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Vino para cuatro años, pero va ya camino de los 18. El médico José Luis Mora Castaño (Huelva, 1975) cumple su mayoría de edad como ... dombenitense; una 'adopción' iniciada tras terminar Medicina y elegir Don Benito para el MIR. Conocía la ciudad por un primo suyo, también onubense, que había sido residente en esta unidad docente; «además, uno de mis mejores amigos de la carrera era de aquí», recuerda.
Ya como calabazón de adopción, él también apostaría años después por el conocido 'matrimonio bonito' (ella de Villanueva y él de Don Benito). «Formamos una familia a la que también llega Diego, nuestro hijo, que ya nace como calabazón», dice sobre estos años en los que su corazón 'choquero-calabazón' también se ha teñido de serón gracias al fútbol. «Me hice socio del Villanovense con la excusa de ver a 'mi' Recre, pero el roce hace el cariño», bromea este médico fiel a la cita de los domingos.
Sin embargo, estos 18 años tuvieron un antes y un después hace algo más de tres años, poco después de que su hijo Diego soplara las velas en su tercer cumpleaños. «Mi hijo ha sido el motor de cambio de mi vida», reconoce el facultativo que entonces pesaba 175 kilos. «Sufría una obesidad mórbida que era mi gran enfermedad; tenía un niño pequeño y no podía tirarme al suelo a jugar con él porque sabía que después no podía levantarme».
Él, que perdió pronto a su padre, no quería que su hijo pasara por lo mismo y decidió cambiar. Tuvo miedo, «los médicos somos muy miedosos», pero Diego fue la razón para afrontar un camino desconocido. «Lo había intentado mil veces con esas dietas sacadas del cajón del despacho de un médico que dan a todo el mundo», explica sobre aquellos intentos fallidos, «me quitaba 5 kilos y ponía 10».
Era consciente de que necesitaba una decisión más drástica, pero no la que tenía que tomar por indicación médica, que era una cirugía bariátrica de bypass. Reconoce que es una intervención que funciona en muchos pacientes, «pero que tiene complejidad, me daba mucho miedo». Así, tras un año inmerso entre decenas de opciones, llegó al 'Método Apollo', una cirugía bariátrica endoscópica, «llega directamente al estómago y, si está todo bien, se hace una sutura del estómago quedando como un tubo». En el primer año, tras la operación, llegó a perder 70 kilos, «quería quitarme el lastre suficiente para volver a vivir».
Una operación difícil, pero solo el primer paso. «Lo complicado viene después, que es cambiar tu vida», dice este médico que desde entonces ha cambiado alimentación, actividad física... «He sido el rey de las excusas, nunca había tiempo para nada, hasta que te das cuenta de que en esta vida no hay que poner excusas, sino buscar soluciones». Considera que no es fuerza de voluntad, sino coherencia: «Yo tengo claro que no quiero volver a ser el que era hace tres años y medio, lo único que tengo que hacer es ser coherente».
Por desgracia, lamenta, la Seguridad Social permite únicamente la opción del bypass gástrico, con una media de tres años de lista de espera. «Te da tiempo a morirte». Así, sostiene, «la solución para los obesos sigue siendo un tema de gente con dinero».
Una economía que influye también en la alimentación, «comer sano no siempre es barato». Pero hay alternativas. «Ahora están de moda las torrijas hechas al horno, no es la buenísima de toda la vida, pero le estás quitando una media de 100 calorías por cada 100 gramos», argumenta.
Consejos y recetas que forman parte de su cambio de vida y le han convertido, sin querer, en 'influencer'. «Siempre he sido un cocinillas y me negaba a que mi alimentación de por vida fuese un pollo a la plancha con lechuga», dice sobre esta iniciativa que comenzó pasando las recetas a sus amistades; el boca a boca hizo el resto. Así nació 'Mi método Apollo', en Instagram y con página web, que gira en torno a recetas que comparten espacio con mensajes de motivación. «Intento que sea un bastón de apoyo para el que lo necesita; a veces soy un poco duro, pero no lo hago para un público que ha puesto tres kilos en verano, hablo para personas que realmente están enfermas».
Y es que, José Luis Mora tiene claro que «la obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial». Y advierte que el obeso no debe culpabilizarse: «Yo cuando estaba muy gordo no me quería, me insultaba; eso no puede ser, porque ese 'imbécil' que tenía 175 kilos y que casi tira todo por la borda fue el que tuvo la fuerza de voluntad y las ganas de cambiar».
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