«Al principio pensé que era una broma», reconoce José Luis Quiñones sobre cómo se enteró de que le concedían la cruz de la Orden del Mérito Civil por su contribución a la sociedad que en la mañana de este miércoles le ha impuesto Felipe ... VI. «Recibí una llamada de la Casa Real, pero tardaron varios días en mandarme el mail y tras intercambiar varios correos electrónicos ya fuimos tomando conciencia de que era verdad», afirma.
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Cerca de un mes ha tenido este empresario de origen navarro, pero afincado en Extremadura desde mediados de los años 90, que guardar el secreto de la condecoración. «Nos pidieron ser discretos y no lo sabía ni mi familia», asegura por teléfono a este diario a punto de iniciar el viaje de regreso a Extremadura.
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Sí lo sabía, por supuesto, Cristina Fabo, su mujer, junto a quien fundó en 2013 en la localidad de Fregenal de la Sierra (Badajoz) la firma de Entre Encinas y Estrellas, dedicada al astroturismo y al alojamiento de telescopios. Ambos trabajan también en la compañía de origen belga Resilux Ibérica, que tiene su factoría en Higuera la Real (Badajoz) y en la que Quiñones –ingeniero mecánico de formación– ejerce como consejero delegado desde 1996. «Es un reconocimiento familiar para nosotros, pero también para Extremadura y para todos los extremeños», manifiesta Quiñones.
Los dos han estado en la recepción celebrada en el Palacio Real, donde otras 18 personas han recibido la Orden del Mérito Civil, una por cada comunidad autónomas y también representantes de Ceuta y Melilla. «Es un acto que impacta por su seriedad y porque es muy ceremonial, pero en el que nos han hecho sentirnos especiales», detalla Quiñones, que en la jornada del martes tuvo el ensayo del protocolo del acto. «Eso también te hace ir más tranquilo», asegura.
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Al concluir la imposición de las insignias, los condecorados han tenido ocasión de compartir unos minutos con los reyes. «El trato con ellos ha sido muy cercano; conocían nuestro proyecto e, incluso, el rey nos ha dicho que le gustaría verlo», comenta el fundador de Entre Encinas y Estrellas.
También han intercambiado unas palabras con la reina Letizia. «Normalmente vas preparado y preocupado por los que te vayan a preguntar o a decir, pero no ha transcurrido como me esperaba, ha sido muy familiar la conversación con ellos», explica agradecido Quiñones.
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Emocionado por el reconocimiento, este empresario destaca de Entre Encinas y Estrellas su singularidad. «Lo aceptamos con orgullo y más porque hay mucha gente haciendo cosas maravillosas en Extremadura: creo que nos han elegido por la creatividad y la sostenibilidad del proyecto», comenta.
Y es que Entre Encinas y Estrellas es una original idea de negocio que, en plena dehesa extremeña, ofrece alojamiento turístico en un entorno único quiera disfrutar de la astronomía y servicios dedicados al turismo del conocimiento, organizando cursos y observaciones astronómicas. Además, es el mayor centro de alojamiento de telescopios de Europa, como se mencionó en el nombramiento a Quiñones para la imposición de la medalla, con más de 100 telescopios en 'hosting' de 17 países distintos.
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Hasta sus instalaciones vuelven Quiñones y Fabo tras recibir la condecoración. «Nos volvemos sí, mañana hay que seguir trabajando, eso sí lo haremos con una sonrisa», concluían antes de iniciar el viaje hacia Extremadura.
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