«La juventud crecida entre la crisis de 2008 y la crisis sanitaria, todavía en curso, protagoniza uno de los periodos con mayor incertidumbre y ... zozobra de la historia reciente». Con esa frase se presenta el estudio 'Demoscout', una investigación que ha propiciado la organización Scouts de Extremadura y ha contado con la asistencia técnica y colaboración científica de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza. En ella ponen de manifiesto datos poco esperanzadores, como que casi el 70% los jóvenes extremeños ve «nada o poco probable» tener hijos o que la mitad ve «bastante probable» dejar esta comunidad autónoma antes de 2023.
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A través de una encuesta realizada a 660 personas de 15 a 29 años de la región, han analizado las condiciones de vida, los problemas, los intereses y las necesidades de los jóvenes a partir de cuestiones como los estudios, el empleo, la vivienda, el ocio, la sanidad, el asociacionismo y participación ciudadana, la movilidad y las perspectivas de futuro. A las preguntas respondieron entre noviembre de 2019 y el 15 de marzo de 2020, justo cuando entró en vigor el estado de alarma declarado por la pandemia.
Precisamente, sobre ese futuro se desvelan uno de los detalles más llamativos de esta encuesta que alude a la posibilidad de formar un nuevo hogar. El 67,2% ve como «nada o poco probable» tener hijos. El estudio entiende que «postergarán la paternidad y la maternidad más allá del periodo de tiempo considerado», es decir, más allá de los 30 años, «o que accederán a convivir en pareja sin asumir nunca ninguna carga de cuidado y crianza».
Se trata de un asunto directamente relacionado con la precariedad laboral, pues el 50,1% ve como «poco o nada probable» encontrar un trabajo estable y el 50,2% no se plantea en absoluto montar su propia empresa. La gran mayoría de la muestra (94,4%) no cree que la juventud extremeña tenga acceso a empleos de calidad, es decir, con buenas condiciones de trabajo. Más de la mitad (57%) de quienes han trabajado acumulaban antes de la pandemia entre dos y cinco contratos.
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Además, el 88,7% opina que los jóvenes no reciben un trato justo y en igualdad de oportunidades a la hora de encontrar un empleo. Creen que tener contactos pesa más (31% de encuestados) que una buena preparación (24%), y solo uno de cada cinco lo atribuye a la suerte.
En cuanto a la emancipación, las respuestas no son esperanzadoras. El 52,6% de las personas encuestadas vivían con al menos uno de sus progenitores y casi el 46% no se había emancipado nunca. Un 45% señaló que había salido en algún momento del hogar familiar y de ellos el 34% compartía piso con amigos y/o compañeros. El porcentaje de quienes disfrutaban de una vivienda en propiedad, ya sea comprada o heredada, era residual.
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Otra de las cuestiones relevantes en cuanto al futuro de los jóvenes en esta tierra pasa por saber si en un plazo de tres años los encuestados seguirán residiendo en Extremadura. Cuando se les pregunta si se quedarán en esta región, el 51,1% respondió que ve bastante probable que tenga que dejar esta comunidad autónoma antes de 2023, algo que según el estudio «está principalmente vinculado a la búsqueda de mejores oportunidades profesionales y a la adquisición de mayor experiencia laboral».
De ellos, el 43,2% prevé que se marchará del municipio donde reside actualmente pero sin salir de la región, mientras que es más numeroso (47,3%) el grupo de encuestados que ve como «muy o bastante probable» emigrar a otra comunidad en el próximo trienio. Al contrario, son comparativamente pocos los que con «bastante o mucha» probabilidad saldrán de España para irse a otro país de la Unión Europea (22,7%) y aún menos los que incluso cruzarían las fronteras continentales para buscar suerte en otras partes del mundo (13,3%).
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El estudio pone de manifiesto que es más probable que se marchen al extranjero, sin salir de la Unión Europea, los encuestados procedentes de Cáceres, Badajoz y Mérida (25,6%) que los residentes en otros municipios con menos de 10.000 habitantes (18,5%).
Los organizadores de este estudio ponen de manifiesto que esta investigación es relevante porque en las últimas décadas, hasta la fecha en que se inció este proyecto (finales de 2019), «el Instituto de la Juventud de Extremadura no ha desarrollado estudios exhaustivos sobre su colectivo de referencia que contasen con datos estadísticamente significativos y generalizables». Añaden que sí hay informes publicados por el Instituto de la Juventud, aunque la última muestra planteada para Extremadura era de 530 personas en 2016 y se obtuvo una muestra real de 177.
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En este caso, el 33,5% de la muestra está representado por adolescentes de 15 a 19 años, el 43,3% pertenece al grupo de 20 a 24 y el 23,2% al de 25 a 29. El 59,2% han sido mujeres y el 40,8% hombres. De ellos, 56,8% vivían en Cáceres Badajoz o Mérida y el 43,2% en municipios con menos de 10.000 habitantes.
660 Es el número de jóvenes encuestados en este estudio en el que han participado extremeños de 15 a 29 años que han respondido a preguntas entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, justo en el mes que estalló la pandemia.
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