No antes de final de año. El proyecto de regadío en Tierra de Barros se retrasa. La Junta da a entender que la licitación de las obras no se producirá hasta el próximo año. Aunque no dio apenas información del proyecto, de su competencia, y ... menos aún habló de fechas, la consejera de Gestión Forestal y Mundo Rural, Camino Limia, insinuó este viernes en la Asamblea de Extremadura que no se producirá la licitación antes de final de año, como manifestaron tanto el anterior Gobierno regional y la comunidad de regantes en la legislatura pasada.
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Limia acudió al Parlamento extremeño para presentar las líneas generales de su Consejería, la que tiene Vox por el pacto de gobierno con el PP. Habló de gestión forestal, de caza, de toros, pesca y transhumancia. Entre su competencia está también los nuevos regadíos, con dos fundamentales para Extremadura.
Uno, el de Monterrubio de la Serena, está encauzado: 1.200 hectáreas regables, 330 comuneros y 17,5 millones de coste. Las obras arrancaron en octubre de 2020 y deben finalizar lo largo de este invierno tras un parón el año pasado debido a la renunciar por parte de la concesionaria de la obra a seguir haciéndola.
Pero queda pendiente el que está llamado a ser el principal proyecto de regadío en Extremadura en décadas, el de Tierra de Barros. Sus números son mayúsculos: 272,3 millones (con financiación tanto pública, la mayoría, como privada, 65 millones), 15.000 hectáreas con riego de apoyo y 1.200 regantes.
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Una previsión ajustada a la realidad indicaba en la legislatura pasada que no estaría en marcha antes de 2026 cumpliendo plazos como el de licitación e inicio de las obras entre finales de 2023 y principios de 2024. Eso no va a ocurrir. El proyecto no avanza y tampoco la presencia de Limia en el Parlamento despejó dudas.
"El trámite medio para licitar una obra de esas características oscila entre los seis y los siete meses una vez cumplimentado todos los requisitos. Es imposible comenzar la licitación" sin estar antes finalizado ese proceso.
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Con esta frase, la consejera de Mundo Rural insinuó que la licitación no será inmediata. Se lo dijo a la diputada socialista Marisol Mateos, quien le había reclamado precisamente celeridad. "Licite ya, que tienen un problema. Y no mientan a la comunidad de regantes", subrayó Mateos.
La respuesta de Limia fue la de afear al Gobierno de Vara su "desidia e ineficacia" a la hora de la tramitación final del proyecto. Dijo que la Junta tenía que haber iniciado el proceso de licitación de las obras en junio de 2022, antes de haber firmado en noviembre el convenio con la comunidad de regantes. Después, la consejera de Vox señaló que todavía quedan trámites por resolver que hacen que no se vaya a licitar las obras a corto plazo. Ya se ha terminado el informe de afección a hectáreas en la Red Natura.
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Ahora quedaría pendiente confirmar los regantes. Este diario adelantó el 11 de agosto que faltaba documentación de 300. Limia ha aseverado que quedan solo 6 propietarios para "cumplimentar alguna salvedad". HOY preguntó este viernes a la Junta sobre previsión de licitación e inicios de la obra del proyecto. No ha obtenido respuesta.
«Nos parece irresponsable y peligroso que una persona como usted, con un demostrado negacionismo climático, gestione nuestro medio natural: manipular los datos, negar la ciencia y hacer lamentables chascarrillos sobre los desastres medioambientales no debería premiarse de esta manera». Irene de Miguel, de Unidas por Extremadura, fue clara con Limia. Aunque pueda compartir postulados en materia de gestión forestal, rechaza que la visión de Vox gestione esas materias. Mateos (PSOE) tampoco aflojó la crítica. «Nos ha sacado un discurso de Atapuerca (..). Nos va a regalar días de gloria con sus discursos negacionistas y populistas. Habla de desarrollo rural sin saber de lo que habla». Limia manifestó a la socialista que era «una superviviente de la política y yo una superviviente del mundo rural, que no viene a jugar con su miseria. Cuanta más miseria, más votos a la izquierda» . A De Miguel le señaló miembro de un «ecologismo radical» que propugna derribar presas. A las dos les dijo que «la verdadera emergencia» no es la climática sino «la demográfica y económica» y que con las políticas que propugnan y se han desarrollado estos años los extremeños son "una especie en vías de extinción".
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