En Monfragüe sobran la mitad de los jabalíes y uno de cuatro ciervos. Es la conclusión a la que llega la Junta de Extremadura, que en su Plan de acción selectiva para el control de ungulados silvestres en el parque nacional 2023/24 ordena ... abatir 644 jabalís y 419 ciervos, o sea, el 50% y el 24% de las poblaciones de estas especies, respectivamente, según los censos recogidos en el documento publicado este miércoles en el Diario Oficial de Extremadura.
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En él se especifica también que en el caso de los ciervos, tres de cada cuatro animales a abatir deben ser hembras, por lo que el objetivo fijado es matar a 483 reproductoras y 161 machos. En el caso de los jabalíes, no se distingue entre sexos, aunque "se recomienda incidir especialmente en hembras adultas, por ser las que tienen un mayor potencial reproductivo".
La principal novedad del plan recién conocido es que recupera las batidas cinegéticas como método de control poblacional. Como ya anunció la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenibles, se harán sin perros y solo en fincas públicas. Participarán en ellas personal de la administración regional y miembros de las sociedades locales de cazadores, en colaboración con la Federación Extremeña de Caza.
El nuevo plan menciona la posibilidad de usar del sistema de capturas en jaulas y cercones más eutanasia con bala cautiva, implantado en el año 2021 y vigente hasta la entrada en vigor del recién elaborado. Sin embargo, la Consejería adelanta que aunque siga apareciendo como una opción, "no se contempla su uso si el método aprobado de acción cinegética para el control poblacional resulta suficiente".
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El plan para este año y parte del próximo recoge que «se ha constatado que buena parte del parque nacional presenta densidades de cérvidos que ejercen una presión insostenible sobre la vegetación leñosa y su regenerado». En el espacio más protegido de la comunidad autónoma no debe haber más de diez ciervos y cuatro jabalíes por kilómetro cuadrado, una densidad que "a la vista de los daños por ramoneo, no se ha alcanzado", por lo que "para la sostenibilidad del mismo, continúa siendo necesaria la reducción de la población de ungulados".
Según los últimos estudios, la carga actual es de 15,5 ciervos por kilómetro cuadrado en el conjunto del parque nacional, aunque esta cifra varía por zonas. Hace un año superaba por poco los 11 ejemplares. A estos efectos, el espacio está dividido en cinco áreas. En una de ellas no hay que cazar cérvidos porque hay pocos (no llega a cuatro por kilómetro cuadrado), mientras que en las otras cuatro hay 13, 14, 23 y 24 respectivamente.
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El Plan de acción selectiva 2023/24 explica que "estudios epidemiológicos indican que la incidencia de tuberculosis es elevada en todo el área de Monfragüe, y por tanto en el parque nacional y su zona de influencia". "La especie más afectada por tuberculosis es el jabalí, siendo el mayor propagador de la enfermedad", añade el documento, que también especifica que "la incidencia de la enfermedad hemorrágica epizoótica sobre la población de ciervo del parque nacional y su área de influencia no está suficientemente contrastada con los datos recogidos hasta el momento".
El nuevo Plan analiza la situación de cada una de las dos especies cuya superpoblación más afecta al espacio. Sobre el ciervo, dice que «a pesar de los esfuerzos para su control, parece que la población ha seguido aumentando». «Esta evolución se explica -continúa- porque una vez alcanzados determinados umbrales de densidad de ciervos, existe una complejidad para el mantenimiento de las mismas en valores más o menos estables a pesar de los esfuerzos que se realizan para su gestión. Tenemos que tener en cuenta que una vez disminuye la densidad de ciervo en una determinada zona por las acciones de control, estas con el paso del tiempo son ocupadas por nuevos individuos que vienen de reservorios donde no se realizan dichas acciones».
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Esta superpoblación tiene varios efectos. Uno de ellos son los daños a la vegetación, que asume «cargas inadmisibles» de animales en dos tercios del parque.
En cuanto a los jabalíes, el problema es mayor que con los ciervos. Porque hay más superpoblación, porque la tuberculosis en ellos está en cifras muy altas y porque además, son el principal vector de esta enfermedad, que pueden transmitir a la cabaña ganadera de la zona. «La capacidad reproductiva, la movilidad y estado sanitario de los jabalíes de Monfragüe hacen que no se observe, con los datos actuales, un escenario de control poblacional sin que se lleve a cabo una presión de extracción intensa y constante». Es decir: no hay manera de solucionar el problema actual si no se abaten muchos jabalíes y sin descanso.
Ahora bien, «este objetivo es especialmente complicado de conseguir, ya que las poblaciones periféricas de jabalí tienden a llenar las áreas desocupadas por los controles realizados», advierte el nuevo Plan. «La oferta alimenticia de los alrededores del Parque -sigue- permite mantener la población en los momentos en los que por las condiciones naturales, las poblaciones tienden a autorregularse. Sin embargo, con la caída de la bellota en los bosques de encinas de la zona protegida y las cercanas, los jabalíes regresan al interior del parque. Y en las zonas con más protección, durante los meses de enero y febrero, las jabalinas tienen la mayoría de los partos».
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Ya hay fecha y lugar para el regreso de la caza a Monfragüe. Será a finales de este mes en Jaraicejo. La acción cinegética de control poblacional de ungulados, que es la denominación oficial de este tipo de batidas autorizadas por la Junta de Extremadura, contará con la presencia de la sociedad local de cazadores. Y con la colaboración de la Federación Extremeña de caza, que será la entidad encargada de ayudar a que todo salga bien en estas jornadas. «Estaremos ayudando a las sociedades locales y a la administración, acompañaremos a los cazadores y a la dirección del parque nacional en lo que podamos resultarles útiles», resume José María Gallardo, presidente del colectivo regional. Será la primera batida de varias, una vez que el nuevo Plan de acción selectiva de control de ungulados silvestres en Monfragüe recupera la actividad cinegética como el método preferible para intentar reducir las poblaciones de ciervos y jabalíes, tras ser prohibida en el año 2021. La batida de Jaraicejo a finales de mes y también las siguientes se desarrollarán en terrenos públicos y sin perros, dos condiciones recogidas por el nuevo Plan, que regirá este año y una parte del próximo.
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