A 225 kilómetros de sus familiares ucranianos

Solo 225 kilómetros separan esta mañana a Nuria y Alexander, los artesanos del Jerte que el sábado partieron hasta la frontera con Ucrania, de tres de los familiares a los que van a recoger. «Gracias a la red de voluntarios estamos más cerca de ellos», explicaban ayer por la mañana, a punto de salir de Baviera, donde pernoctaron. Entonces estaban a 800 kilómetros de su objetivo.

Ayer hicieron noche en la localidad polaca de Wielun, situada en el centro del país. «Es de noche y ya no podemos seguir conduciendo más», aseguraron a HOY. Ya el lunes habían hecho más de 1.000 kilómetros, recorriendo la mayor parte de Francia.

Su prima Shasha, su hijo Denis y la hermana de Shasha les esperan ya en Cracovia, en el sur de Polonia.

El trayecto para este grupo ha sido complejo, sobre todo a la hora de salir de Ucrania, donde pasaron más de 30 horas dentro de un tren parado y atestado de gente. Los primeros días se refugiaron en el sótano del edificio de su vivienda, en Kiev.

El lunes por la mañana conseguían llegar hasta la ciudad polaca de Przyemysel, la más cercana a la frontera. Desde allí fueron trasladados a Cracovia, en el sur de Polonia. «Los voluntarios les están tratando de lujo –indica Nuria– gracias a ellos han podido llegar a esta ciudad y están bien, a nosotros nos ahorran 300 kilómetros», señala.

Nuria y Alexander viajan en una furgoneta que, tal y como cuentan, ya se resiente de la gran cantidad de kilómetros que están haciendo. Han recorrido ya Francia, Alemania y Polonia. Eluden carreteras de peaje para abaratar el coste del larguísimo viaje desde Casas del Castañar.

Una vez que recojan a estas tres personas tienen pensado acudir a la frontera con Rumanía, en donde se encuentra la hermana de Alexander con sus hijos, que se enfrentan a un gran embotellamiento de personas, un 'tapón' que se va diluyendo muy lentamente.

Tras recoger a sus familiares de Polonia tienen las plazas de su vehículo completas y no quieren ser multados. Intentan, no obstante, poder solucionar este escollo para traer a sus seis familiares a Extremadura.

Se han puesto en contacto con la división de emergencia de la embajada de España en Polonia para resolver dudas. Entienden que es un momento en el que deben darse facilidades para que los ucranianos puedan salir del país.

En este caso ya tienen punto de destino en Extremadura, en el Jerte. «Las instituciones tienen que implicarse más», reflexiona Nuria, sugiriendo que se habiliten medios de transporte para poder desplazar a los ucranianos. En el país se quedan los hombres entre 18 y 60 años, que tienen que colaborar en la defensa del país.

Esta pareja indica que aunque solamente tienen una habitación en su casa no dudan en traer a sus familiares, a quien buscarán acomodo donde sea.

Acerca de la otra familiar que tienen y que está dentro del país, en la ciudad de Jersón, indican que siguen en contacto con ella y que está bien, a pesar de una dolencia de corazón y de estar infectada de coronavirus.

Aunque en Jersón ha habido importantes ataques en las últimas horas, indican, se ha reducido el número de bombardeos, lo cual les hace estar más tranquilos.

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