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Las trabajadoras de Dilee Extremadura dirigen la sesión en la que además de leer se realizan diversas dinámicas para fijar los contenidos y trabajar la memoria. :: pakopí
Literatura para recordar

Literatura para recordar

Los clubes de lectura fácil ayudan a los mayores a trabajar la memoria y a diferentes colectivos a acceder a la cultura

JOSÉ MANUEL MARTÍN

ARROYO DE SAN SERVÁN.

Domingo, 24 de noviembre 2019, 13:23

Un relato de Inma Chacón y otro de Luis Landero. Sin embargo, las historias que protagonizan la sesión son las de Claudio, Teresa, Feliciano o Isabel. «Yo soy de Calamonte, pero viene a actuar dos veces a Arroyo de San Serván», dice Claudio cuando el texto de Landero se refiere al ocio de los años 50. «Antes los ajuares se exponían en las casas y los hombres también tenían su ajuar», rememora Isabel tras leer sobre las costumbres previas a la boda. «He trabajado mucho en el campo y conozco perfectamente los chozos», responde Feliciano a la pregunta de Ángela García, una de las coordinadoras de la actividad, sobre qué eran estas construcciones que cita Chacón en su cuento.

Todos ellos son miembros del club de lectura fácil para mayores que se desarrolla una vez por semana en la biblioteca de Arroyo de San Serván. En estas reuniones la literatura se convierte en un vehículo para que los asistentes, todos residentes de la residencia de ancianos o usuarios del centro de día, trabajen su memoria a largo plazo y se mantengan activos a través de la lectura.

En la sesión, de casi dos horas de duración, se avanza poco con el libro. La mayor parte del tiempo se dedica a conversar y a explicar algunos conceptos, pero también se proyectan vídeos y canciones relacionadas con los temas que se tratan en las obras.

«Los usuarios prefieren salir del centro y moverse, por lo que las sesiones las hacemos en la biblioteca»

María Antonia Cortés | Bibliotecaria

Como en la última semana la reunión terminó sin que pudiesen acabar el relato 'El puente de Ayuda', de Inma Chacón, el inicio de la sesión se dedica a recordar qué habían leído. Una vez puestos en antecedentes, la lectura es común.

Cada uno de los participantes lee una página en voz alta y el resto lo hace en voz baja en su libro. Son apenas un par de párrafos, tal y como indican las directrices de la lectura fácil, para que sean más accesibles para los mayores. Además, en cada pausa se comenta lo leído para que todos fijen el contenido. «Es una forma de trabajar la memoria a corto plazo», explica María Antonia Cortés, la responsable de la biblioteca Luis Chamizo de Arroyo de San Serván.

Este tipo de libros están adaptados para facilitar su comprensión. «Están dirigidos a personas con discapacidad intelectual, con escasa formación, inmigrantes con poco dominio del idioma y, por supuesto, a personas mayores que van perdiendo facultades debido a la edad», expone Ángela García al finalizar la sesión, que añade que personas de estos colectivos pueden acudir a los clubes de lectura fácil.

Ella es una de las creadoras de la cooperativa Dilee. Esta empresa sirve de asistencia técnica a la Diputación de Badajoz para el programa de promoción de la lectura fácil en las bibliotecas de la provincia en el que se encuadra este club. En la presente edición, además de en Arroyo de San Serván, el proyecto se está desarrollando en Castuera y Montijo. «Es el cuarto año y ya se ha llegado a 14 bibliotecas», aporta García.

Su tarea es formar a los responsables de las bibliotecas y dirigir las dos primeras sesiones. A partir de ese momento, son los propios espacios de los pueblos los que se encargan de continuar con los clubes. En el caso de la biblioteca Luis Chamizo será Cortés, la bibliotecaria, quien dirigirá las futuras sesiones. «Las seguiremos haciendo aquí, aunque puede que algún día de frío o de lluvia nos desplacemos hasta el Centro de Día, pero en principio los mayores prefieren moverse», afirma.

Precisamente la bajada de las temperaturas de la última semana motivó que el grupo se redujese en la cita del club que sirvió de despedida a las responsables de Dilee. Apenas cinco minutos a pie separan el centro de Día de la Casa de la Cultura en Arroyo de San Serván, pero algunos mayores habían cogido algo de frío y prefirieron no salir a la calle y otros tenían que acudir al médico. Eso hizo que el número de participantes se quedara en siete, cuando el primer día hubo una quincena de lectores.

De esta forma, los mayores participaron más activamente, ya que les tocaba leer cada menos tiempo. En la sesión también estuvieron, y es algo habitual, algunos usuarios del centro de día que no saben leer. Sin embargo, atienden a la lectura y sí forman parte de las conversaciones, con lo que se sienten integrados en la actividad. Del mismo modo comentan los vídeos. «Se trata de que cada cita sea muy dinámica para que no se aburran», reconoce García.

Temáticas

Son trucos que van perfeccionando para conectar con los mayores. En este sentido, la temática elegida para las lecturas es uno de los más importantes. 'El puente de Ayuda' se ambienta en la posguerra española, en la década de los 30 y 40 del siglo pasado. «Es una época que ellos han vivido y de la que tienen recuerdos», según Ángela Pajuelo, la segunda coordinadora de la actividad de Dilee. Esto sirve de excusa para que los mayores expongan sus vivencias, pero también tienen comprobado que son historias que les atraen. «Me gusta mucho leer, siempre he leído mucho, periódicos, revistas; pero lo que más me gusta es la Historia y aprender sobre lo que pasaba antes», afirma Claudio Moreno, uno de los miembros más activos del club.

Tiene 84 años y vive en la residencia de Arroyo de San Serván. La mayoría de los integrantes del grupo son de la zona y en las conversaciones que surgen aparecen nombres y espacios que tiene en común.

Además, al finalizar cada obra, los lectores dan su opinión. «La historia me ha parecido preciosa», dice Teresa Becerra, un momento antes de que Moreno empiece a recitar una poesía que se sabe de memoria y que tiene cierta relación con el relato de amor que narra la escritora extremeña.

En la misma línea, la acción del cuento de Landero, 'Ningún libro en ninguna casa', se desarrolla en los años 50. Esto sirve a las dinamizadoras del grupo para lanzar diferentes preguntas a los mayores. «¿Qué es un chinero?», cuestiona García, al mismo tiempo que en el proyector aparece una fotografía de este mueble. «En mi casa estaba dentro de la pared», aporta alguien.

Que el autor sea extremeño, de Alburquerque, y que en esta narración hable de sus propios recuerdos en la región también sirve para que el relato sea más cercano a los mayores y para que las dinamizadoras de la actividad encuentren conexiones entre lo que se lee y las vivencias de los miembros del club.

Landero habla de su familia y la pregunta de Pajuelo va en la misma línea. «¿Cómo recordáis a vuestra madre?», lanza. Las respuestas abren un nuevo abanico de cuestiones para seguir la conversación. El modo en el que se vivía el luto hace más de medio siglo, las tareas domésticas, la religión, la vestimenta... «Yo tenía un pantalón en el que había más tela de remiendos que del propio pantalón», ríe Moreno. «Mis padres siempre se dedicaron al campo», rememora Becerra, que trabajó como fotógrafa en Arroyo de San Serván y que tomó numerosas instantáneas tanto en su pueblo como en la zona. «Me gusta leer sobre temas relacionados con la naturaleza», añade.

Los responsables de los clubes tratan de adaptarse a estos gustos, aunque tienen una oferta limitada. Los libros que llegan a los lectores pueden tener varios orígenes. Es la propia Diputación de Badajoz la que presta a las bibliotecas, pero también existe un listado de la Junta de Extremadura y Plena Inclusión dispone de obras adaptadas a lectura fácil, aunque normalmente las destina a los diversos clubes de personas con discapacidad intelectual que tiene activos en la región. «Por lo general estos catálogos se mueven poco, porque al ser lecturas comunes y con sesiones muy dinámicas, se tarda más tiempo en acabar cada obra, unos dos meses», concluye la bibliotecaria de Arroyo de San Serván que será la encargada de dirigir la próxima sesión con los mayores.

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