![El litio, un recurso minero estratégico pero todavía sin explotar](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/12/20/ENERGIA%20(20)-knLC-U2303497492259E-1200x672@Hoy.jpg)
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Redacción
Viernes, 20 de diciembre 2024, 22:39
El sector extremeño de la minería lleva años pendiente de los dos mayores proyectos extractivos previstos en la región, ambos de litio, que son el de Infinity Lithium en el yacimiento cacereño de San José-Valdeflórez y el de Lithium Iberia en Las Navas (Cañaveral). Ninguno de ellos ha conseguido todavía los permisos para iniciar la actividad y se encuentran en distintas etapas de la tramitación administrativa.
También tienen en común ambos proyectos que contemplan no solo la extracción de este mineral declarado estratégico por la Unión Europea, sino su transformación en hidróxido de litio en plantas de procesado ubicadas en los mismos yacimientos. De hecho, es en ese refinado donde se encuentra el verdadero negocio, ya que el hidróxido de litio es el compuesto que se comercializa para la fabricación de baterías.
A las críticas por el impacto ambiental de estas dos minas de litio por parte de colectivos conservacionistas se ha unido en los últimos meses una nueva sombra de duda que afecta a demás al corazón de ambos proyectos ya que se refiere a su viabilidad económica. Se trata del frenazo a nivel mundial que atraviesa el sector de la movilidad eléctrica, que ha puesto en pausa, e incluso anulado, algunas inversiones previstas dentro de la cadena de valor de las baterías. Eso ha provocado un desplome del precio en los mercados internacionales del hidróxido de litio, que se ha abaratado un 80 por ciento desde los máximos que alcanzó hace dos años, y que ahora mismo se encuentra en el filo de 10.000 dólares por tonelada, lo cual amenaza directamente la rentabilidad de los nuevos proyectos mineros.
Esta situación del sector ha hecho a Infinity Lithium solicitar al Gobierno de España que le permita retrasar hasta más allá de noviembre de 2028 la fecha límite para utilizar la ayuda de 18,8 millones de euros recibida en el Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC), una petición que ha sido rechazada. También Lithium Iberia ha recibido una subvención del Perte para la planta de procesado de Cañaveral, en concreto de 13,3 millones, pero en su caso no hay constancia de que haya solicitado aplazar el gasto.
La empresa australiana Infinity Lithium lleva ya cerca de ocho años tratando de sacar adelante sus planes de extraer litio en la capital cacereña, y alrededor de seis la española Lithium Iberia intentando hacer lo propio en Cañaveral. No obstante, esta última ha tomado la delantera en la tramitación administrativa de los permisos, pues hace ya casi cuatro años que registró el proyecto completo y el estudio ambiental para solicitar el llamado pase a concesión, que equivale al permiso de explotación, mientras que Infinity Lithium no lo hizo hasta el hasta el pasado mes de junio.
Si esas fechas sirven como referencia, lo más probable es que la tramitación del proyecto de Lithium Iberia será la primera en resolverse. En su caso la documentación ya salió hace tiempo a información pública y, una vez que la empresa responda a todas las alegaciones presentadas, la Junta de Extremadura decidirá si le concede no la autorización ambiental integrada, y con ella la licencia de explotación para que tanto la mina como la planta de procesado puedan iniciar la actividad. En cualquier caso, el cronograma que había hecho público inicialmente la empresa, que tenía previsto comenzar a extraer litio en 2023, ha quedado a estas alturas más que obsoleto.
La inversión anunciada por Lithium Iberia en Cañaveral es de 340 millones de euros, con 430 puestos de trabajo previstos entre la mina y la planta, donde se producirían en torno a 30.000 toneladas anuales de hidróxido de litio durante los 30 años de funcionamiento del complejo minero.
Por su parte, Extremadura New Energies, la filial de Infinity Lithium que gestiona el proyecto minero de Cáceres, dijo en junio de este año que su objetivo era tener los permisos este mismo año 2024 e iniciar en la primera mitad de 2025 las obras de su complejo minero en Cáceres, lo cual es ya evidente que no va a ocurrir. No obstante, el, proyecto de Valdeflores ha sido declarado por la Junta de interés regional (Premia) y puede otorgarle algún tipo de ventaja en la tramitación con respecto a la mina de Cañaveral, que no es Premia porque tampoco lo solicitó.
En su caso, entre la mina y la planta de procesado de Cáceres prevé invertir 1.430 millones de euros, para una producción anual de 33.000 toneladas de hidróxido de litio y 700 puestos de trabajo consolidados durante los 26 años de vida del proyecto.
Otra cosa que distingue a los proyectos de Cañaveral y Cáceres es su perfil mediático. Mientras que el primero avanza en sus trámites con poca oposición política y social y sin apenas hacer ruido, el segundo se encuentra permanentemente en el ojo del huracán. El motivo principal es el notable rechazo social que ha generado desde sus inicios, el cual pareció atenuarse cuando la empresa renunció a la explotación de la mina a cielo abierto a cambio de una subterránea, pero que en los últimos meses ha vuelto a resurgir, como se pudo comprobar el la manifestación convocada el pasado 10 de noviembre por la plataforma ciudadana Salvemos la Montaña, que logró reunir a más de 6.000 personas.
Otro aspecto diferencial es que Infinity Lithium es una empresa que cotiza en la bolsa australiana, y como tal está obligada a hacer pública cualquier información relevante que pueda influir en el valor de sus acciones. La última ha sido este mismo mes de diciembre, cuando la compañía ha informado de que el Gobierno de España rechazó ampliarle el plazo para hacer uso de los 18,8 millones de PERTE, lo cual había solicitado debido a las «malas perspectivas» del sector de la movilidad eléctrica, que ha empujado muy a la baja el precio del hidróxido de litio.
Los proyectos de Cañaveral y Cáceres son los más avanzados, y hoy en día los únicos viables en Extremadura, pero hay más planes para extraer litio en la región.
Hace unos meses se presentaron en la Junta tres solicitudes de permisos de investigación en la Sierra de Gata. Detrás de dos de ellos está la empresa Omega Real Estate Sociedad Limitada Unipersonal, con sede en Oleiros (La Coruña) y afectan a ocho municipios: Valverde del Fresno, Eljas, San Martín de Trevejo, Villamiel, Acebo, Hoyos, Perales del Puerto y Villasbuenas de Gata. Los tres primeros también están incluidos en el terreno objeto de un tercer permiso solicitado por Technology Metals Europe S. L., además de los términos municipales de El Payo y Navasfrías, en la provincia de Salamanca.
La concesión de esos permisos de investigación implica que las empresas pueden llevar a cabo prospecciones para determinar la viabilidad de los yacimientos, como ya hicieron en su momento Infinity Lithium en Valdeflores (Cáceres) y Lithium Iberia en Las Navas (Cañaveral). Se han producido en la Sierra de Gata las primeras movilizaciones vecinales para oponerse a estos proyectos, contra los cuales han anunciado que presentarán alegaciones ante la Junta de Extremadura y recurrirán por todas las vías a su alcance.
Hay otro gran yacimiento en la región, en este caso de níquel, a la espera de retomar su actividad. Se trata de la mina de Aguablanca, en Monesterio. Tiene declaración de impacto ambiental favorable desde 2017, pero ha cambiado de manos, de Valoriza a Río Narcea Recursos, y por el momento no hay una fecha concreta para que vuelva a explotarse, esta vez mediante galerías subterráneas.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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