La construcción del nuevo almacén para albergar los residuos de la central nuclear de Almaraz ya tiene el visto bueno medioambiental. En una resolución publicada ... el pasado 5 de marzo, el Ministerio para la Transición Ecológica resuelve que concede la declaración de imnpacto ambiental al proyecto.
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Como viene publicando HOY, el Gobierno ha planificado la construcción de almacenes temporales individualizados, denominados ATI, en las centrales de Ascó, Vandellós II, Cofrentes y Almaraz, donde se ubican los siete reactores nucleares que operan en España. Allí se recogerán los residuos de alta actividad que se generen en las mismas hasta que cierren y vaciar las piscinas de combustible gastado para permitir empezar el desmantelamiento de las instalaciones. El fin de la actividad previsto para Almaraz es de 2027 para un reactor y 2028 para el otro.
En el caso de Almaraz será un ATI 100. Esto es, con capacidad para más de 100 contenedores, frente a los 20 que tiene el almacén actual, que empezó a recibir residuos en 2018. Su coste será de más de 20,4 millones de euros, según el proyecto que la Subdirección General de Energía Nuclear publicó en diciembre de 2023, cuando se inició el procedimiento para conseguir la preceptiva declaración de impacto ambiental.
El ATI actual es una instalación a la intemperie diseñada para el almacenamiento en seco de contenedores que albergan, «debidamente acondicionados, los elementos de combustible gastado una vez que han sufrido un periodo de decaimiento y enfriamiento».
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En las 83 páginas del proyecto se recogen desde los antecedentes, el objeto y el alcance hasta un amplio apartado de planos, pasando por requisitos de diseño, localización geográfica, geología y geotecnia, protección radiológica, gestión medio ambiental y de residuos de construcción o los componentes principales de la instalación (que se situará al este del actual ATI, al norte de la central) como zona de almacenamiento, viales, sistemas auxiliares y vallados.
Sobre ese último apartado se destaca que la losa de almacenamiento es el elemento estructural «más importante de la instalación». Se concibe como una estructura de hormigón armado, con unas dimensiones de 125,10x32,5 metros, de espesor 1,07 m y capacidad para 132 contenedores.
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La función principal de esa losa es «constituir una superficie de apoyo estable a los contenedores, depositados verticalmente sin anclar, evitando el vuelco o deslizamiento de los mismos en caso de sismo». Por ello la losa será sísmica, y a la que se unirán plataformas de aproximación y mantenimiento, pozo de transferencia, muro de blindaje, muro de reducción de impacto visual o naves de almacenamiento de equipos en zonas controlada y no controlada.
Al margen de abundantes aspectos técnicos, el documento también recoge el presupuesto y la planificación de los trabajos a realizar. El coste estimado de la ejecución material ascendía cuando se concibió a 14,900.000 euros, que se elevan hasta casi 21,5 con un 13% de gastos generales, el beneficio industrial y el IVA. Ahí figuran demoliciones y trabajos previos, área de almacenamiento, servicios e instalaciones auxiliares, sistema de anillo de Protección contra Incendios, viales, vallados, Plan de Vigilancia Ambiental o seguridad y salud.
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En cuanto a la planificación de la obra se plantea una duración de 14 meses de ejecución y cuatro de pruebas de puesta en marcha. La previsión inicial era que esté operativo en el año 2026, aunque dependería del desarrollo de los trabajos una vez resueltas las alegaciones que pudieran presentarse, para dar paso a la adjudicación de las obras.
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