![«Una mala calidad o cantidad del sueño se relaciona con multitud de enfermedades»](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/07/26/jaime-RNpug275qUmEDzc6VYVYcZJ-1200x840@Hoy.jpg)
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Jaime Corral Peñafiel es jefe de Neumología del Hospital Universitario de Cáceres, un servicio que cuenta con la unidad multidisciplinar de sueño de alta complejidad. En esta especie de laboratorio, que analiza por qué se duerme mal y busca soluciones, se han realizado a ... nivel asistencial más de 30.000 estudios y algunos de ellos están relacionados con la temperatura corporal y ambiental.
«El calor afecta al sueño», asegura Corral, que indica que dormir es uno de los procesos biológicos más importantes. De hecho, «una mala calidad o cantidad del sueño a lo largo de los días se relaciona con multitud de enfermedades». Habla de insomnio, alteraciones cognitivas, embotamientos mentales, obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus e incluso está relacionado con determinados tipos de cáncer y envejecimiento prematuro.
Corral detalla que «para que nuestro sueño sea estable, la temperatura corporal debe estar por debajo de 36 grados y la ambiental de 21». Eso sí, lo ideal es 18,3, matiza el neumólogo.
Con temperaturas de más de 24 grados por las noches (esta semana en Extremadura el termómetro se ha movido entre los 20 y los 25 grados de mínimas en muchos municipios) nuestro sueño no alcanza estabilidad y unas fases profundas, según explica Corral.
Dormir mal y sometidos a estrés térmico puede tener muchas consecuencias a corto, medio y largo plazo, tal y como recoge el Plan de Vigilancia y Prevención de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud, elaborado por la Consejería de Salud para este 2024,.
«Se sabe que la disminución de nuestra temperatura ocurre sobre todo al inicio del sueño y esto contribuye a que se estimule la producción de ondas delta, que son las que se producen en las fases de sueño profundo. De ahí que sea tan necesario que nuestro sistema se regule en función de la temperatura ambiental, en cuanto a nuestros ritmos circadianos que nos marcan las pautas de nuestros procesos biológicos».
Finalmente, Corral da unas pautas para una buena calidad del sueño. Alude a hábitos saludables, «con una buena hidratación, comer alimentos frescos, que no sean comidas copiosas sobre todo por la noche, que pasen dos horas entre la cena e irse a la cama, ducharse antes de dormir con agua fresca y disminuir la actividad física cercana a la noches, es decir, no hacer ejercicio más tarde de las ocho y realizarlo preferiblemente por la mañana».
A nivel ambiental, indica que «hay que preparar la habitación, con una ventilación adecuada cuando no hay sol, así como aprovechar ventiladores, aires acondicionados e incluso enfriadores de cama para tener una temperatura lo más agradable posible».
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