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Ana B. Hernández
Jueves, 22 de junio 2023, 14:07
Convulsión, ruido, enfado, incertidumbre y calentón son algunas de las palabras con las que militantes y simpatizantes del PP extremeño definen lo que se está viviendo en el partido y lo que sienten ante el fracaso del pacto con Vox.
«El problema no es ... un gobierno con o sin Vox, sino no llevar a cabo el objetivo prioritario, que es echar al PSOE de la Junta», dicen fuentes consultadas. Por eso, explican, «hay desconcierto entre la militancia y la gente que ha dado su voto al PP para quitar a Guillermo Fernández Vara del Gobierno regional». Extremeños, añaden, que han visto cómo el triunfo con el que se cerró la noche electoral del 28-M se está derrumbando.
En estos momentos parece poco probable, aunque nada en política es imposible, que PP y Vox puedan alcanzar un acuerdo, aunque por parte de uno y otro partido dicen que siguen con la mano tendida. Los últimos en hacerlo han sido los líderes regionales de ambas formaciones, María Guardiola y Ángel Pelayo Gordillo.
Sin embargo, también los dos mantienen sus posicionamientos y, con ellos, la complicada posibilidad de encontrarse. Los de Abascal siguen reclamando entrar en el Ejecutivo regional y la presidenta del PP de Extremadura mantiene que cumplirá con su palabra.
Este compromiso de María Guardiola, su no rotundo a un gobierno de coalición con la ultraderecha, tampoco convence a militantes y votantes del PP. Al menos no a todos. «Es algo positivo, sí, pero es que el objetivo es echar a Vara», reiteran. Desde su punto de vista, «quienes lo aplauden no son en su mayoría votantes del PP; su compromiso ha recibido un aplauso izquierdoso que no vale el terremoto creado, un terremoto innecesario», dicen.
Porque en menos de un mes, desde el 28 de mayo hasta el 20 de junio, «hemos pasado de tener la Junta en nuestras manos a verla cada vez más complicada». Porque, además, el escenario de una repetición electoral, el que a día de hoy sigue siendo el más probable, no gusta en el PP.
«El problema es que la gente se desilusione y se desmovilice ante una nueva cita con las urnas», reconocen en el partido. «Y esto puede ocurrir si tenemos en cuenta que hemos contado con mucho voto prestado, con un respaldo para cambiar el signo político de la Junta». Por eso, si hay que volver a votar, «después de haber tenido la ocasión de conseguir el Gobierno regional y no hacerlo, el resultado es muy incierto».
Sin embargo, otras fuentes del partido consideran que no hay otra solución que la repetición electoral porque, llegados a este punto, el ejecutivo que pudiera liderar Guardiola «sería un gobierno preso». Y explican: «Con las diputaciones, Fempex y Mesa de la Asamblea en manos del PSOE, no va a poder gobernar».
Los culpables
La presidenta del PP de Extremadura ha antepuesto sus principios, su compromiso y su palabra a las exigencias de Vox. «Y esto es loable, pero en política hay que saber negociar», dicen otros militantes de la formación. «Y no parece que lo hayan hecho cuando solo ha habido dos encuentros».
Para otros, no obstante, aunque también consideran que «en política no es conveniente ir a un máximo, y esto es lo que ha hecho Guardiola», la responsabilidad de lo que está ocurriendo en Extremadura no pasa solo ni mucho menos por la presidenta regional del PP. «La culpa es de Vox, del partido para el que esta región es solo un peón más en el tablero de juego, porque nos consta que los diputados autonómicos veían bien el acuerdo planteado por Guardiola y fue la dirección nacional desde Madrid la que lo rechazó».
Pero hay más culpables. «Alberto Núñez Feijóo no hizo ningún favor a Guardiola cuando dijo que gobernara la lista más votada, aunque eso supusiera perder Extremadura». Creen en el PP que estas declaraciones colocaron a la líder regional en una posición débil para iniciar la negociación. «Y el pacto valenciano remató esa debilidad; si en otras comunidades se llega a acuerdos, si el PP no tiene problemas para cogobernar con Vox, ¿por qué no es posible también en Extremadura?».
El problema ahora, coinciden también algunos de los consultados, es que «esta situación en la que estamos perjudica a PP y Vox, porque no han sido capaces de configurar una alternativa, y engrandece a la izquierda, a la que se le va a dar otra oportunidad para resurgir».
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