Aula de la escuela Montessori de Jerez. Casimiro Moreno

El método Montessori se abre paso en la región

Las escuelas de Jerez de los Caballeros y Zafra son las únicas homologadas por Educación para ofrecer integralmente esta métodología pedagógica

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 29 de marzo 2021, 07:30

En las escuelas Montessori no hay premios ni castigos, tampoco hay exámenes, ni deberes. Hay dos adultos por clase (no son maestros como tal sino guías y asistentes), menos horas lectivas y más de patio, porque los periodos de aula están concentrados en bloques ... de tres horas. Los espacios son diferentes y si uno espera encontrarse una clase típica con sus pupitres alineados y en perfecto orden se equivoca, porque todo está organizado por áreas de conocimiento. Hay contacto directo con la naturaleza y se tiene muy presente el método científico, sin las clásicas fichas. El bilingüismo en inglés tiene mucho peso.

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Llama la atención que una pedagogía acuñada hace más de un siglo (en 1912 la educadora y pedagoga María Montessori publicó su célebre método) sea sinónimo ahora de innovación. Hace un par de años trascendió que los hijos de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton acudían a una escuela Montessori, algo que suscitó cierta curiosidad hacia esta forma de enseñar a la que se han sumado 130.000 escuelas en el mundo. El método avanza lentamente pero de manera firme en Extremadura. Curiosamente las dos escuelas en marcha, privadas, no han emergido en grandes núcleos urbanos, donde suelen prender más estas iniciativas, sino en núcleos rurales, y solo en la provincia de Badajoz, y a 39 kilómetros de distancia entre ellas.

Iniciativas paralelas

Hace cuatro años, en septiembre de 2016, abrió sus puertas la Rooter School de Zafra, la primera escuela Montessori homologada por la Consejería de Educación. En septiembre de 2020 lo hizo la Montessori School de Jerez de los Caballeros.

t El patio es un elemento central en esta pedagogía. Casimiro Moreno

Son los dos únicos centros (que además, colaboran entre sí) que cuentan con la autorización oficial, aunque no son pocas las escuelas denominadas 'libres' o incluso los colegios públicos o concertados convencionales que aplican, en mayor o menor medida los métodos acuñados por Montessori, teorías surgidas a través del trabajo y la observación del comportamiento de los niños que la educadora hizo en un barrio desfavorecido de Roma.

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La principal característica de este método, tal y como describe Carmen García Pintado, directora de la escuela de Jerez, «es el respeto hacia el niño, hacia su ritmo, evolución e intereses. Él es el protagonista, se cultiva su deseo natural por aprender y recibe una educación para la vida, a través de la paz».

La recién estrenada escuela tiene este año inaugural nueve alumnos, aunque hay «muchas familias» interesándose. Este primer curso cuentan con un aula para niños de entre los tres y los seis años, el próximo curso darán cabida a menores de entre 15 meses y tres años. Y en un par de años quieren abarcar la Primaria.

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«Espero que en un futuro no muy lejano todas las escuelas públicas sean así»

Carmen García Pintado | Jerez

La fundación Ricardo Leal ha sido básica para hacer este proyecto realidad, ya que han cedido las instalaciones de una antigua fábrica de Cristian Lay y han costeado las reformas, el acondicionamiento, mobiliario y material. «También están ayudando a sufragar los gastos del profesorado y el mantenimiento hasta que el proyecto se establezca», detalla García Pintado. Aunque no da precios exactos asegura que las tarifas de esta escuela privada son las mismas que lo que cuesta lo que conocemos como una guardería pública. Este precio suele rondar los 200 euros al mes, aunque hay bonificaciones en función del nivel de renta.

Rocío Bonilla es la directora del colegio Montessori de Zafra, que cuatro años después de su apertura cuenta con 35 alumnos de entre cero y 12 años. Reconoce que la aceptación por parte la comunidad de su propuesta educativa ha sido buena, «pero más lenta de lo que nos esperábamos».

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Transmitir en qué consiste su propuesta es una parte importante de su labor. «Es un trabajo desde cero, explicando cómo funciona el proceso de educación, la escuela que conocemos, para mostrar las diferencias». Para Bonilla es importante que los padres vean el espacio, para a partir de ahí poder explicar las cosas más abstractas del método. «Explicamos cómo funciona el cerebro para que se entienda el trabajo que hacemos».

«La aceptación de la escuela fue buena aunque más lenta de lo que esperábamos»

Rocío Bonilla | Zafra

¿Quién se acerca a este tipo de escuelas, hay una familia promedio? Bonilla apunta que muchas llegan atraídas por la cercanía, en el periodo de 0 a 3 años, para optar al servicio que se conoce comúnmente como de guardería. También hay quien busca el método pedagógico, sobre todo en Primaria. Y reciben también a familias que necesitan una propuesta diferente a la que les ha ofrecido la enseñanza convencional cuando ésta ha resultado fallida. «Son niños a los que en el contexto tradicional se les ha etiquetado como movidos o con dificultades de aprendizaje».

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Sobre la popularidad del método, que hace que otros centros lo hayan adaptado parcialmente o utilicen materiales Montessori, Bonilla cree que «hay una tendencia creciente por parte de los docentes a adoptar esta pedagogía que ha inspirado materiales manipulativos que van de lo concreto a lo abstracto», apunta. «Pero es solo la punta del iceberg, no es solo el material, sino la filosofía educativa». El coste por cinco horas este curso es de 2.241 euros anualmente, con una matrícula de 250 euros.

Para Carmen García Pintado, la aspiración es que «en un futuro no muy lejano todas las escuelas públicas puedan ser así para que todos los niños reciban una educación respetuosa» apunta esta docente, que no oculta su ilusión por haber echado a andar este proyecto.

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