La ministra Margarita Robles se dirige a los militares en presencia de sus familiares. C. MORENO

Los militares extremeños viajan a Líbano: «No os preocupéis, seis meses pasan pronto»

El tercer grupo de cascos azules extremeños que parte hacia la frontera de Israel recibe la visita de la ministra de Defensa en las horas previas al despegue

Viernes, 24 de noviembre 2023, 21:36

Dicen que las despedidas difíciles deben ser cortas para evitar que se prolongue el sufrimiento. Pero la de este viernes en el Aeropuerto de Badajoz no cumplió ese patrón. La presencia en Badajoz de la ministra de Defensa, Margarita Robles, estiró durante varias horas la ... partida del último grupo de militares extremeños que viaja a Líbano para defender la paz en una franja de terreno próxima a Israel donde la tensión se ha incrementado desde que Hamás atacó la frontera israelí.

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«No se preocupen, van a estar bien. Seis meses se pasan pronto», dijo uno de los cascos azules justo antes de terminar el acto organizado en la sala de embarque del aeropuerto para oficializar la despedida. «Yo lo siento por las familias, pero ustedes son profesionales», añadió la ministra después de agradecer el esfuerzo que hacen quienes dejan su casa durante medio año para participar en una misión de paz que se ha complicado.

«Son momentos muy difíciles para el mundo, momentos difíciles para la paz. Pero los militares españoles son cascos azules que trabajan en la defensa de la paz», expresó Margarita Robles antes de pronunciar un sentido «cuídense mucho». Sus palabras eran seguidas tras el cristal por los familiares de quienes iban a viajar a Beirut en un vuelo de varias horas. Ellos son los últimos 60 militares que parten de Badajoz para participar en la misión internacional Libre Hidalgo, cuyo objetivo es defender la paz en la frontera que separa a Israel de Líbano.

En ese lugar se encuentra la Base Cervantes, donde trabajará una brigada operativa formada por 612 soldados y mandos que en su gran mayoría procedente de la Base General Menacho, un potente recinto militar que aporta a esta misión 472 profesionales.

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Entre ellos se encuentra Irene Beltrán Toscano, que a sus 30 años deja su hogar en la barriada pacense de Ciudad Jardín para participar por primera vez en una misión internacional. «Yo le dije que no se fuera, pero ella se tiene que ir, se quiere ir», explicaba convencida su hija Lucia, que a sus 14 años pasará los próximos seis meses con sus abuelos maternos. «Da miedo, está la cosa complicada», confirmaba Irene, que después de estudiar Magisterio decidió enrolarse en el Ejército. «Lo que más me cuesta es dejar a mi hija».

Manuela Toscano, la abuela, coincidía en que la situación está «muy mal» en Israel, pero asumía la misión como parte del trabajo elegido por su hija. «Es su decisión y ya está. Pero no es fácil encajarlo», añadía su padre.

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Con mayor normalidad parecía llevarlo Pedro Ceballos Ribera. Él nació en San Vicente de Alcántara y hace tres años ingresó en el Ejército. «Se tiene más miedo por lo que se ve en televisión y por lo que se escucha».

Pedro se despidió este viernes de sus padres y de sus hermanos, que estuvieron acompañados en el aeropuerto por Capitán, su perro de compañía. «Lo más duro es despedirse de la familia, conseguir que no se preocupen. Pero yo no he dudado en enrolarme como voluntario en esta misión».

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A su lado se encontraba David Gil Jiménez, un sevillano de 22 años. «Seguro que la situación es mucho mejor de lo que imaginamos. Mi hermana ha estado en Líbano en la anterior rotación y me ha dicho que no me asuste, que cuando llegue allí voy a estar más relajado que antes de ir».

Las palabras de estos tres militares resumían el sentimiento de las alrededor de 200 personas que desde las 12.00 del mediodía llenaron el aparcamiento del aeropuerto en una espera que se prolongó hasta bien entrada la tarde.

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A las 13.30 los 60 componentes de la Brigada Mecanizada Extremadura XI formaron por primera vez y a las 16.00 horas pasaron por el arco de seguridad para formar ante la ministra, que también dio ánimos a otros 30 militares que, procedentes de madrid, compartieron avión con la tropa extremeña.

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