«Me molesta que Extremadura no haya aceptado mis ofrecimientos»

-En principio es útil para cualquier sitio, pero es condición indispensable que haya un presidente que te garantice un presupuesto alto. Es lo que ocurrió allí. Aunque no sólo eso, porque la afición al balonmano en Ciudad Real ya estaba sembrada con anterioridad y el presidente no gastaba su dinero como inversión, sino como amor a este deporte. Esas circunstancias ya son más difíciles de encontrar. ¿Podría trasladarse el modelo a Extremadura? No lo sé. Los políticos de la región me decían que antes que una piscina había que hacer alcantarillas. Naturalmente. Pero aun así lo más delicado de nuestra tierra es que falta sensibilidad aglutinadora para querer salir de determinada situación.

-A cierta edad ya se pueden decir algunas cosas: de Extremadura me ha molestado mucho que me haya ofrecido a mil actividades y proyectos y la respuesta ha sido mínima. Al principio de mi presidencia en la Federación llevamos el torneo internacional a la región; llevamos por el mundo la imagen de la cigüeña con el patrocinio durante dos años de la Selección Española y que creo que dio grandes frutos, pero solo a ese nivel y con las críticas típicas del grupo político de la oposición. Antes, en mi etapa de entrenador, iniciamos en Mérida el Torneo Juan de Dios Román y desapareció. Me ofrecí mil veces para desarrollar el balonmano en la región con cursos, campus... Pero nada. Entiendo que por abandono, porque en política se desprecian los legados y lo que tiene valor es el presente. Esa actitud contrasta con el cariño y la consideración que me expresan los extremeños.