PRUG. Es el acrónimo clave en Monfragüe, la biblia del parque nacional extremeño, el código o manual que aclara lo que se puede y no se puede y se debe y no se debe hacer en el espacio natural más protegido de la comunidad autónoma. ... El Plan Rector de Uso y Gestión se aprueba cada diez años, y el nuevo está en camino. Si no hay sorpresas en su tramitación, y no se esperan, verá la luz el próximo mes, y sustituirá al que entró en vigor en febrero del año 2014. El nuevo PRUG ya tiene borrador. Son 88 páginas. Aquí van algunas de sus claves.
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La fotografía del río Tajo atravesando escuálido el parque nacional se ha repetido varias veces en los últimos años, y siempre ha resultado impactante para quienes conocen el parque. E indignante para muchos.
El PRUG aprobado hace una década mencionaba la necesidad de alcanzar acuerdos con la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) para «compatibilizar la oscilación del nivel de llenado de los embalses de Alcántara, Torrejón-Tiétar y Torrejón-Tajo». El borrador del nuevo Plan aborda esta materia de manera mucho más profusa, y plantea la necesidad de que esos desembalses y oscilaciones «no afecten negativamente a la biodiversidad». Incluso limita en 50 centímetros al día la oscilación máxima de la lámina de agua en los dos embalses de los Saltos de Torrejón.
En otro punto plantea que «se asegurará que los caudales ecológicos sean los adecuados para el mantenimiento de la calidad de los recursos hídricos». Y también que la CHT incorpore estos requerimientos a su gestión y planificación.
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El nuevo Plan recoge una partida de 55.000 euros para el «estudio integral del impacto ambiental ocasionado por los aprovechamientos hidroeléctricos».
El anterior PRUG aludía al lince solo para reflejar que se apoyarían medidas para su reintroducción. El nuevo va más allá. De inicio, se marca un objetivo claro: el «asentamiento de la especie, recuperando el territorio ocupado históricamente dentro del parque nacional con una población autosostenible». Y eso pasa por medidas como mejorar las poblaciones de sus especie presa (conejo, sobre todo), facilitar corredores naturales entre las zonas donde ya hay lince y las favorables a su reaparición, o solucionar el punto negro por alta mortalidad de la especie que supone la autovía A-5 en el entorno del puerto de Miravete.
Se considera prioritario eliminar algunas «estructuras artificiales que afectan negativamente al paisaje». Por ejemplo: el repetidor de telefonía del alto del puerto de la Serrana, y las antenas que hay junto al castillo de Monfragüe. También el soterramiento de la línea eléctrica entre los Saltos de Torrejón y la entrada a la finca Las Cansinas, si bien tanto esta intervención como la anterior ya aparecían en el Plan aprobado hace una década. Ahora se añaden dos más: la integración ambiental de las líneas eléctricas Plasencia-Trujillo y Almaraz-Alcántara, y la adecuación de márgenes e integración de quitamiedos y señales en la carretera de la Bazagona y el tramo de la EX-208 (Plasencia-Trujillo, la vía que atraviesa el parque) entre Villarreal de San Carlos y el límite norte del parque.
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El borrador del nuevo Plan profundiza en un asunto sobre el sector turístico que ya aparecía en el anterior pero que hasta hace solo unos meses no se ha desarrollado del modo en que se planteaba hace una década. Es la implantación de un sistema propio de acreditación de guías. Esta acreditación «será obligatoria al año de la entrada en vigor del nuevo PRUG», recoge el documento que ahora está en la fase de exposición pública. Además, todo guía que ejerza en el parque, con o sin ánimo de lucro, deberá tener la titulación oficial reglada que les habilita para ello. En realidad, a los guías se les exige la acreditación desde el pasado 1 de octubre. La novedad principal ahora es que este requisito figura en el Plan Rector.
En este punto, el planteamiento es continuista, y pasa por «eliminar paulatinamente las masas de eucaliptos» y también por «la evolución paulatina de los pinares hacia formaciones de bosque y matorral mediterráneo».
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El fuego es seguramente la principal amenaza para el espacio más protegido de la región. El pasado verano se comprobó, cuando un incendio forestal arrasó 2.357 hectáreas, 400 de ellas dentro del parque nacional. El nuevo PRUG incluye hacer un seguimiento a la evolución de ese paisaje quemado y recoge también que se elaborará un plan de prevención de incendios, herramienta con la que el parque no cuenta a día de hoy. De hecho, será el primer parque nacional español en tenerlo.
Una de ellas es la de la Garganta del Fraile, que en la práctica está operativa desde hace años pero que ahora se incorporará al catálogo oficial de itinerarios del parque nacional. De hecho, este camino que parte de Serradilla ganó el concurso para elegir el mejor sendero de España, convocado por la Federación Española de deportes de montaña y escalada. La otra que se aprobará como itinerario será la senda de Peñafalcón. Se prevé destinar a estas dos nuevas rutas una partida de 47.940 euros.
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Es una de las grandes novedades del nuevo PRUG. El Plan de adaptación del parque nacional al cambio climático deberá identificar las especies y hábitats especialmente vulnerables a este fenómeno, y también los corredores permeables al movimiento de especies «en respuesta al desplazamiento de los nichos climáticos». Tiene que definir objetivos a largo plazo pero evaluables en el corto, establecer medidas para favorecer la adaptación de los hábitats y especies más expuestos y definir un sistema de seguimiento con indicadores evaluables. Ha de aprobarse antes del año 2029, tendrá una vigencia indefinida y se revisará cada cinco años. Está dotado de entrada con 100.000 euros.
Hay un margen de un lustro para elaborarlo, y una vez que entre en vigor, su vigencia será indefinida. Su razón de ser es identificar los principales riesgos para el lugar y tener contemplado cómo actuar ante ellos. Debe «prever las posibles situaciones de emergencia», clasificarlas según su grado de amenaza y daños potenciales, fijar cómo podría afectar una emergencia a los valores ambientales del parque, a sus habitantes y a sus infraestructuras, y plantear el modo de reaccionar. Se destinan 97.559 para su elaboración.
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Al igual que el anterior, el nuevo PRUG incluye una estimación económica de las 65 medidas que han de desarrollarse para alcanzar los objetivos fijados. El importe total ronda los 7,5 millones de euros, de los que 3,5 serán para el «seguimiento de las especies exóticas y actuaciones para su control y erradicación».
Además, 441.00 euros se destinará a adecuar caminos existentes en las fincas de la Junta de Extremadura». Y un millón permitirá desarrollar actuaciones para conservar la flora, fauna y hábitats naturales en estas propiedades de la administración regional. Con 30.000 euros serán se hará un catálogo de árboles notables que incluirá medidas para su conservación. Y 90.000 euros serán para estudiar «el efecto de la competencia por las plataformas de nidificación del águila real, águila perdicera, águila imperial, buitre negro, cigüeña negra y otras rapaces con el búho real y el buitre leonado dentro del parque».
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