El SES ha pasado en solo diez años de atender 9.649 partos a 6.946. Mientras caían los nacimientos aumentaba la edad media de ... las madres, que de 2010 a 2020 subió de los 30 años a 31,5. También ha subido el porcentaje de cesáreas. Si en 2010 la tasa era del 28%, el año pasado escaló al 30,4%, con desigual evolución por áreas de salud. El complejo hospitalario de Mérida tiene una de los índices más bajos (24,8) y sus responsables quieren reducirlo más. La especialista Marifé Matamoros es la jefa de Ginecología y Obstetricia y conoce bien cómo ha cambiado la atención en los paritorios.
Publicidad
–¿Qué ha supuesto para los equipos del SES ese descenso tan acusado de los nacimientos?
–La bajada de los últimos diez años es bastante impactante y evidentemente nos ha ayudado a una asistencia más personalizada. Pero hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos la atención al parto es de urgencia y no programable, por lo que necesitamos un personal mínimo para que las unidades estén dotadas. Unos días hay muchos partos y otros, pocos. Ahí la atención no ha cambiado. Si bien aunque baja la natalidad hemos tenido que reforzar otros servicios por el envejecimiento de la población. Ha habido un trasvase hacia mujer menopáusica o patología del suelo pélvico.
–¿Y en qué se traduce que las gestantes sean mayores?
–La edad no es un inconveniente aunque obliga a tener en cuenta algunas consideraciones. No necesariamente implica que se vaya a requerir una atención diferente en el parto. Es la misma independientemente de la edad, pero es verdad que hay más incidencia de patologías asociadas.
–¿De qué problemas hablamos?
–Vasculares, más riesgo de hipertensión, diabetes gestacional, amenaza de parto pretérmino o complicaciones de patologías previas. Un porcentaje de mujeres necesita un control más estricto porque van a tener asociada una patología con más frecuencia que gestantes de menor edad. Y además tienen más riesgo de alteración cromosómica o genética.
Publicidad
INTERVENCIÓN EN LOS PARTOS
–¿Se procura que el parto sea siempre lo más natural posible?
–Entendemos que es un proceso fisiológico cuando la mujer no tiene patologías y, por lo tanto, intentamos intervenir lo mínimo. Eso ha reducido los ingresos antes del inicio de la fecha real de parto. Se respeta el tiempo para el desarrollo del parto y se evitan acciones dirigidas a acelerarlo, como el uso de oxitocina o la rotura de membrana.
–¿Cuándo hay que intervenir con esa medicación o instrumental?
–Si durante la monitorización detectamos algún riesgo o problema en el bebé o si la madre tiene patología asociada, por ejemplo diabetes gestacional. Entran en acción una serie de mecanismos necesarios y en salvaguarda de la salud de la madre y del feto.
Publicidad
–Se habla mucho de violencia obstétrica, ¿qué opina?
–Como profesional, me molesta que se use. Todas las actuaciones en un paritorio están encaminadas a salvaguardar el bienestar de la madre y del feto. Por lo tanto, el término violencia obstétrica, que presupone un acto doloso, no se debería utilizar.
–¿Se ulizan maniobras como la de Kristeller (ejercer presión sobre el abdomen de la madre para conseguir que el bebé salga)?
–Cuando no se dan las condiciones que consideramos sanas puede ser necesaria, aunque se recurre más al uso de instrumental para acelerar la finalización del parto. También puede ser necesaria una rotura controlada de membrana o medicación para favorecer las contracciones. Se comentan siempre con la gestante y su acompañante en función de la urgencia. Debemos intentar explicar las cosas aunque a veces resulten traumáticas y puedan ser catalogadas erróneamente de violencia obstétrica.
Publicidad
PARTOS VAGINALES
–¿Qué cosas no se hacen ya?
–No se usan enemas ni se hacen rasurados perianales que antes se realizaban por sistema. Hace unos años se hacían tactos cada hora, y ahora los diferimos cada cuatro. Si hay una dilatación adecuada y el monitor es normal, no hay necesidad de exploraciones tan seguidas. Intentamos también que sea el mismo profesional el que atiende a la gestante, aunque no siempre es posible porque un parto inducido puede durar hasta 36 horas.
–¿Qué complicaciones graves pueden darse a mayor edad?
–Puede haber un prolapso de cordón, que la gestante tenga una hemorragia y necesite una trasfusión, que tenga un desgarro y necesite sutura quirúrgica, un shock hipovolémico o una embolia de líquido amniótico. En cuanto al bebé, cuando la madre es diabética va a tener más riesgo de distocia por macrosomía (neonato grande), más riesgo asociado a la prematuridad en caso de que nazca antes de tiempo o riesgo agudo por hemorragia si hay desprendimiento de placenta.
Publicidad
–Los porcentajes de cesáreas en el SES son altos. La media es del 30% y en algunas áreas como Plasencia llegó en 2020 al 45%. Exceden las recomendaciones de la OMS, que aconseja no pasar del 15%. ¿Qué opina?
–En nuestro hospital la tasa es de un 24% y este año vamos bajando. De todas formas, nos siguen pareciendo muchas cesáreas, por eso tenemos una estrategia para intentar disminuirlas y hacer solo las necesarias. Siempre es mejor un parto vaginal, salvo contraindicación o si no es posible.
Noticia Patrocinada
–¿Qué hacen para intentar reducir el total de cesáreas?
–Hemos implantado la versión cefálica externa. Se da la vuelta manualmente al bebé cuando viene de nalgas y está próximo el parto. En un porcentaje se consigue y hay parto vaginal.
–¿Experimentan igual el embarazo las mujeres más maduras?
–Lo viven no tanto como un proceso biológico sino como una elección. En general las mujeres ahora desean tener un mayor control sobre el proceso de parto y ahí es donde en los últimos años nuestra actividad en el paritorio ha cambiado. Las gestantes son más conscientes de su proceso y quieren participar más. Estamos de acuerdo pero necesitamos la colaboración de la mujer y de su pareja o familiares.
Publicidad
–¿Es ahí donde entra en juego el plan de parto que se puede descargar en la web del SES?
–Es un documento en el que se intenta que las mujeres expongan sus preferencias. No se rellena mucho, pero algunas lo traen. Es un modelo que está bien para que tomemos conciencia de las cosas, pero no se debería enarbolar como 'yo quiero que me hagan esto'. Creo que a veces sería suficiente con hablarlo. Aunque entiendo que rellenen este protocolo porque no saben bien qué van a encontrar. Antes de la pandemia había matronas que traían a grupos de gestantes para que conocieran el paritorio. Se debería ir por ahí.
–¿Cuál es el reto para las maternidades?
–Conseguir la confianza de las mujeres y sus acompañantes e intentar darles toda la información para que tengan menos miedos, eso se traducirá en una mejor experiencia. Por los condicionantes afectivos que implica el parto, se tienen unos ideales y puede que no se cumplan.
Publicidad
–La pandemia obligó a separar a los bebés de las madres que daban positivo y los acompañantes no podían presenciar el parto. ¿Qué cosas han cambiado?
–Tuvimos que adaptarnos, fue un tema logístico, pero conforme se vio que era posible controlar el entorno el acompañante empezó a entrar y dejamos de separar al bebé y a la madre positiva.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.