Jubiladas paseando por San Francisco, en Badajoz. HOY

Todo el mundo se jubila

Fiebre de retiradas. Hay tanta jubilación que algunas pensiones extremeñas se tramitan en Cádiz

Lunes, 26 de septiembre 2022, 07:30

Está jubilándose tanta gente que las oficinas de la Seguridad Social no dan abasto y trasladan los expedientes de una provincia a otra, dependiendo del ... trabajo que tenga cada una. Las extremeñas están hasta arriba de peticiones de jubilación. Tanto que a mi mujer la están jubilando en Cádiz, aunque se ha retirado en Cáceres. Si quiere saber cómo va lo suyo, ha de preguntar en Cádiz, donde no saben, no contestan porque, ya digo, los expedientes de jubilación se acumulan formando montañas de papeles y jubilarse hoy en España implica esperar y tener algunos ahorros hasta que te paguen la primera pensión.

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En mi entorno, no se habla de otra cosa. El otro día, estuve en Galicia para la inauguración de una exposición sobre una revista escolar que tuve la suerte de crear en diciembre de 1981 y se sigue publicando. Hace 40 años, en el número de la primavera de 1982, editamos un especial de sexualidad. Era lo lógico: estábamos en primavera y yo tenía 24 años así que no se nos ocurrió mejor tema. Pero el otro día, esperando el comienzo de la ceremonia conmemorativa, los colegas de entonces, todos jubilados menos un servidor, no hablábamos de sexualidad, sino de retiros y achaques, lo cual me llevó a proponer en el discurso de inauguración que la revista del instituto publicara este otoño un especial sobre cataratas y jubilaciones.

Hace una semana, tuve que acudir a un velatorio. Había fallecido un vecino muy apreciado y allí estábamos todos los del bloque cuando apareció el presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Los vecinos, todos talluditos, nos acercamos a saludarlo, hicimos corro y hablamos, claro está, de jubilaciones. Ibarra nos confesó que a él, desde que se había jubilado, los días se le hacían más cortos así que de aburrirse nada.

A jubilarse y a divertirse, es la consigna. Nos estamos retirando la generación de las familias hípernumerosas y la gran pregunta es quién va a trabajar para pagar las pensiones de tanto retiro. Y con esas pensiones, ya digo, a pasárnoslo bien, que todos entendemos que consiste en viajar. Pero ahí aparece el otro tema del que se habla en todas las tertulias de mayores de 55: cuidar a nuestros padres.

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Leía el otro día que el exbanquero y primer ministro Mario Draghi tiene la mejor agenda del mundo. Aquí, en Extremadura, con esa agenda no iría ni a la vuelta de la esquina. En nuestra región, tener una buena agenda es tener el teléfono lleno de direcciones de cuidadores y cuidadoras de ancianos. Este verano ha sido muy duro porque casi todos los trabajadores de la dependencia estaban ocupados, las familias se querían marchar de veraneo y no sabían cómo dejar atendidos a los padres. Si no fuera por los inmigrantes, no nos moveríamos de casa. Al pasar de los 50, nos convertimos en acérrimos defensores de la inmigración porque es gracias a ella que podemos respirar tranquilos sabiendo que nuestros padres están en buenas manos.

Y así, con cierta paz interior y estableciendo turnos, los jubilados pueden hacer realidad su sueño de viajar a Grecia o a Sicilia. Es tal la fiebre viajera 'jubilata' que, dentro de un par de años, la temporada alta empezará en octubre, que es cuando vuelan por medio mundo los mayores de 65 años.

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Y a la vuelta, los turnos. Mi agenda, aunque siga en activo, no está llena de reuniones de trabajo, sino de días y horas a las que me toca estar con mis padres o con mi suegra. Los fines de semana hay que repartirlos entre los hermanos y cuñados y así, entre cataratas, pensiones, padres e ilusiones, el jubilado jubiloso disfruta lo que puede, que es bastante menos de lo que soñaba.

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