Hoy cumple 200 años el más importante museo español y uno de los más relevantes de Europa y del mundo, junto con el Louvre de París, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery Londres, la Galería Ufizzi de Florencia y el Hermitage de San Petersburgo. Hay, más, es cierto, pero los especialistas coinciden en que este grupo selecto es el top de los museos mundiales.
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El edificio original es obra de Juan de Villanueva y comenzó a construirse por orden del Conde de Floridablanca en época de Carlos III, si bien las obras continuaron durante el reinado de Carlos IV. En un principio se ideó para albergar el Real Gabinete de Historia Natural.
Una de las pocas, poquísimas, cosas que hizo bien Fernando VII fue hacer caso a su segunda esposa, Isabel de Braganza, cuando sugirió recuperar el edificio para ubicar allí una parte de las obras de arte que ya no cabían en el Palacio Real y demás dependencias reales. Bien por el gusto por la pintura o bien porque le estorbaban donde vivía, la reina quiso llevar una parte de la colección real al que se denominó en un primer momento Museo Real de Pinturas, que fue inaugurado discretamente el 19 de noviembre de 1819. La colección inicial estaba compuesta por 311 cuadros expuestos en tres salas, todos ellos de arte español, aunque se almacenaban muchos más que fueron expuestos en ampliaciones sucesivas.
En 1872 se cerró el Museo de la Trinidad, que había sido creado a partir de obras requisadas durante la Desamortización de Mendizábal, y los fondos fueron traspasados al Museo Real, que pasó a llamarse Museo Nacional de Pintura y Escultura, hasta que en 1920 recibió oficialmente la denominación de Museo del Prado, que era como se le conocía popularmente por haberse construido en terrenos del Prado de los Jerónimos.
El museo fue recibiendo patrimonio artístico procedente de otros museos, monasterios, iglesias, colecciones particulares. Durante la Guerra Civil una parte de su colección fue evacuada fuera de España, presidiendo la operación Timoteo Pérez Rubio, pintor extremeño de Oliva de la Frontera y esposo de la escritora Rosa Chacel. Las obras se expusieron en Ginebra y fueron visitadas por más de cuatrocientas mil personas, récord para la época.
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El Prado siguió creciendo y cada vez tenía más problemas de espacio. Sus magníficas colecciones contaban ya con una amplia presencia de Velázquez, el Greco, Goya, Tiziano, Rubens, el Bosco, Murillo, Zurbarán. por citar solo a algunos. En 1995, el PP y PSOE acordaron modernizarlo y ampliarlo. El elegido fue el arquitecto Rafael Moneo, muy conocido ya en asuntos de museos por la construcción del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y por el Thyssen-Bornemisza.
Hoy en día, el Museo del Prado es uno de los más visitados del mundo y, junto con el Thyssen y el Reina Sofía constituye el 'triángulo del arte', un conjunto que atrae cada año a millones amantes del arte provenientes de todos los rincones del planeta. Todo un lujo. Y un orgullo.
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