![De niño patera en Senegal a empresario en Las Hurdes](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202111/19/media/cortadas/MASS-MBAYE-U120190564316RUB-RgNSN31VlUjTE4ZumPrOZQN-1248x1570@Hoy-Hoy.jpg)
![De niño patera en Senegal a empresario en Las Hurdes](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202111/19/media/cortadas/MASS-MBAYE-U120190564316RUB-RgNSN31VlUjTE4ZumPrOZQN-1248x1570@Hoy-Hoy.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
«Me acuerdo perfectamente de las fechas de mi viaje en patera, porque yo soy un loco del fútbol y me pilló en plena travesía la final del Mundial de Francia, la del cabezazo de Zidane a Materazzi (9 de julio de 2006). Yo soy ... senegalés, y mi país fue colonia francesa, así que nosotros animamos a Francia. Pero eso era entonces. Ahora soy de España, por supuesto». Ocho días estuvo Mass Mbaye atravesando el Atlántico, en un cayuco «con más de cien personas», rememora. Llegaron todos. Engañados pero vivos. Al final del viaje, no había en la orilla un señor con un contrato de trabajo en una mano y las llaves de una casa en la otra, que es poco más o menos lo que les cuentan para convencerles de que inviertan sus ahorros en echarse al mar. Fue todo mucho más difícil.
Quince años después de aquello, su vida no tiene nada que ver con el sueño español que le llevó a subirse a ese cayuco precario y atestado. No vive en una ciudad sino en un pueblo. Y no se ha hecho famoso jugando al fútbol. Pero ha vivido momentos emocionantes como defensa central de Las Hurdes CF, y es feliz entrenando a los cadetes del club. A chavales de la edad que él tenía cuando se subió a aquella embarcación que acabaría llevándole a Extremadura, a Pinofranqueado (1.692 habitantes), el sitio en el que ya nadie le ve como un niño patera, sino como un empresario al que le va bien. Es el dueño del bar 'El negro' –se llamaba Wembley, pero la clientela lo rebautizó– y el próximo 3 de diciembre abrirá su segundo negocio, la discoteca 'Mamá África', que ya explotó este verano como chiringuito. Para la inauguración ha contratado a Christopher, concursante del programa televisivo 'La isla de las tentaciones'.
«A mí no me asustaba lo de subirme a la patera, porque ya sabía lo dura que es la vida en el mar –evoca–. Había trabajado como pescador con mi hermano, que ya me había ofrecido antes pagarme el viaje a España y yo no había querido. Pero a la segunda oportunidad que me salió, acepté. No tuve que pagar nada porque el que lo organizaba era amigo suyo, de jugar al fútbol juntos. El viaje lo recuerdo como algo duro. Hace un año murieron siete chavales de mi pueblo (Sant Louis, en la costa noroeste senegalesa) haciendo ese mismo viaje en patera. Y hace tres o cuatro meses, otros tres más. Te dicen que vas a llegar a España y que allí vas a estar mucho mejor que en tu país. Y claro, la gente se gasta todo su dinero en subirse a la patera».
Él se bajó de la suya en Canarias, donde permaneció durante medio año. «Estuve en varios centros, hasta que nos llevaron a Extremadura. Primero fuimos al centro de menores Valcorchero, en Plasencia. Estuvimos allí dos o tres semanas, hasta que nos mandaron al centro de acogida de menores Isabel de Moctezuma de Caminomorisco».
No ha olvidado Mass su primer día en el pueblo (1.181 habitantes). «Éramos ocho chavales, dos de ellos de Malí y los demás de mi país. Cuando llegamos era de noche, y como vimos varios semáforos, pues pensamos que era una gran ciudad. Por la mañana fuimos a dar un paseo para conocerla, y vaya, el paseo se acabó a los cinco minutos».
Lo cuenta entre carcajadas, justo antes de dejar claro que él adora Las Hurdes. «Este es un sitio impresionante. Yo estoy aquí muy bien. Muy contento. Feliz. La gente me trata de maravilla. Yo soy muy de pueblo. No me gusta la ciudad. Cuando he ido a Madrid ha sido para coger el avión para ir a ver a mi madre y mis hermanos a Senegal (su padre murió cuando él tenía once años)».
Su periplo hurdano
Su primer contacto con la comarca fue el centro de Caminomorisco, donde reconoce que dio algún que otro disgusto a las educadoras que intentaban reconducirle. «Al principio era un rebelde, me hacía el valiente –admite–. Me juntaba con gente que no me daba buenos consejos, pero luego ya empecé a hacer caso a los mayores». Y a aprender español. No en el instituto –«duré unas tres semanas, porque me aburría», admite–, sino con la música. «Aprendí el idioma con las canciones de Andy y Lucas», cuenta ahora Mass, que al cabo de tres años en Caminomorisco se marchó con un joven de Malí a Azabal, otro pueblo hurdano.
«Me fui para allá porque me ofrecieron un trabajo de carpintero. En el centro de Caminomorisco había hecho cursos de cocina y de electricidad, pero de carpintería no sabía nada. Aprendí el oficio allí, y a los tres años me fui a Pinofranqueado, a trabajar montando muebles primero y luego como camarero en bares y restaurantes». Hasta hace cuatro años, que se decidió a abrir su propio bar. El bar El Negro. «A mí me flipa que me llamen 'el negro' –dice Mass–. Sé que es con cariño, sin ninguna mala intención. Aquí es imposible sentir rechazo de la gente. No he tenido ningún problema en ningún sitio. En esta zona, vayas donde vayas la gente te trata fenomenal».
Y eso, añade, es uno de los motivos principales de que esté tan a gusto. «Sinceramente, me ha ido bien. Cada día soy más feliz aquí. La vida da muchas vueltas, pero yo tengo claro que quiero seguir en Las Hurdes».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.