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'Abonad con Nitrato de Chile'. La figura oscura de un jinete con sombrero montado a caballo sobre un fondo de color amarillo y negro ... nació a principios del siglo pasado como una imagen publicitaria.
Pero hoy se ha convertido en todo un icono histórico. Estos mosaicos cerámicos aún se conservan en muchas localidades extremeñas.
Los pueblos de la región donde no ha habido estos paneles se pueden contar con los dedos. La leyenda estaba expuesta en multitud de fachadas de casas, negocios, iglesias y ayuntamientos. Aunque gran parte de ellas ya han desaparecido, todavía se conservan una veintena ubicadas en sus emplazamientos originales, y que se han convertido en todo un símbolo de una época que pertenece ya al imaginario colectivo.
La mayoría de esos carteles que se mantienen en pie permanecen en buen estado. Sin embargo, la amenaza se cierne sobre este sello con casi un siglo de historia, ya que algunos muestran un avanzado estado de deterioro con azulejos rotos, piezas perdidas, llenos de suciedad o con vegetación.
Con el objetivo de preservar estos carteles, Adenex ha pedido a la Consejera de Cultura la protección de los que aún quedan en la región. La solicitud, que se envió a la Junta a finales de septiembre, iba acompañada de un inventario de los carteles que en la actualidad se conservan, 21 según este trabajo. En el escrito se reclamaba a Cultura que aplicase alguna de las figuras de protección contempladas en la ley: que sean declarados Bien Inventariado o Bien de Interés Cultural.
Desde la Dirección General de Patrimonio Cultural confirman que la solicitud está en estudio. Están analizando las posibles formas de protección de estos bienes, aunque reconocen la dificultad de aplicarse ya que los carteles se encuentran instalados en el espacios públicos y en ocasiones cerca de viviendas y en propiedades privadas que se verían afectadas por dicha declaración.
«Hay que agradecer a la sensibilidad de los vecinos y de los Ayuntamientos de estos municipios que tengamos la fortuna de poder contemplar los murales de Nitrato de Chile que han llegado hasta nuestros días», apuntan desde Adenex.
Desde la asociación consideran necesaria su conservación por varias razones, entre ellas su valor estético como testimonio del movimiento artístico del momento, el Art Decó, y especialmente porque forman parte de la memoria colectiva de la sociedad. «Nos hablan de un pasado agrícola donde el monocultivo extensivo de cereal era la base de la economía rural de amplias zonas de Extremadura en las que los anuncios murales eran unos de los pocos canales publicitarios», sostienen.
Adenex también hace un llamamiento a las corporaciones municipales para que formalicen la conservación que de modo informal han venido realizando, mediante la inscripción de estos murales en su Catálogo Municipal de Bienes Protegidos. «De este modo, entre la protección local y la regional podremos seguir disfrutando de su presencia y, lo que es más importante, legárselos a las generaciones futuras como testimonio de los tiempos pasados», manifiestan.
Cecilio Venegas, coleccionista de ilustraciones, ha destacado en varias ocasiones la importancia de la imagen publicitaria del Nitrato de Chile en España, y especialmente en las comunidades extremeña, andaluza y riojana, donde la agricultura tiene un peso significativo en su economía. Además, posiblemente constituya la primera campaña seria de publicidad.
Estos carteles comenzaron a colocarse en la década de los años 20 del pasado siglo en muchos pueblos extremeños, generalmente a la entrada de los mismos y en un lugar fácilmente visible. En esa época el gran aumento de la producción y comercialización de nitratos como fertilizante para uso agrícola propició la exportación de este producto chileno a Europa, especialmente a España y Portugal.
El famoso mural fue diseñado hacia el año 1925 por Adolfo López-Durán (1902-1998), estudiante de arquitectura, y fabricado por la cerámica valenciana Ramón Castelló. Durante los años treinta y cuarenta fueron centenares las instalaciones realizadas, por esquinas estratégicamente situadas.
El paso del tiempo ha hecho que la mayoría de estos murales haya desaparecido, generalmente como resultado del derribo de las antiguas edificaciones situadas a las afueras de los pueblos y sobre las que se había fijado el cartel. Ahora Adenex quiere evitar que los pocos que quedan sigan ese mismo destino.
Según el catálogo realizado por Adenex, hoy todavía se pueden ver en Alburquerque, Alconchel, Almoharín, Casas de Don Pedro, Don Benito, Fregenal de la Sierra, Fuente de Cantos, Granja de Torrehermosa, Madroñera, Montijo, Olivenza, Puebla de la Calzada, Puebla del Maestre, Siruela, Talavera la Real, Torrejoncillo, Trujillo, Valencia del Ventoso, Villamesías, Zarza de Granadilla y Zorita.
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