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Violeta Arribas, trabajando desde su casa de Losar de La Vera. Hoy

«Ser nómada digital en Extremadura me da calidad de vida»

Dos emprendedores a través de Internet cuentan su experiencia y aplauden el plan de la Junta de dar hasta 15.000 euros a quien se mude a un pueblo extremeño para teletrabajar

Lunes, 23 de septiembre 2024, 07:12

A Violeta Arribas le iba bien en Madrid. Tenía allí un centro de yoga, psicología y medicina ayurvédica con 300 metros cuadrados y contaba con una clientela consolidada que la buscaba a ella, profesora de profesores, para apuntarse a sus clases, sus consultas y sus ... retiros en la naturaleza. «Después de trece años con el centro abierto, estaba en el momento de mayor éxito –cuenta–. Algunos clientes me preguntaban a veces que cuándo iba a abrir otro en el sur de Madrid, porque el mío estaba en el norte, y yo en lo que estaba pensando era en cerrar». Y eso hizo. Bajó la persiana y se fue a vivir a Losar de la Vera (Cáceres), a una casa en mitad de un bosque de robles, a un kilómetro del pueblo. Y desde ahí hace casi todo lo que hacía en Madrid, pero por Internet: clases de yoga, consultas, seminarios, cursos... Es el suyo un caso paradigmático de nómada digital, un perfil de trabajador que la Junta de Extremadura quiere atraer a la región, y para ello aprobó hace unos días un plan con un anzuelo suculento: hasta 15.000 euros de subvención para quien se empadrone en un pueblo de la región y se quede a vivir y teletrabajar en él al menos dos años.

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«He ganado calidad de vida», resume la empresaria al echar la vista atrás y comparar. «Tengo menos estrés –amplía–, la cabeza más calmada, más sosiego en mi vida. No pierdo tiempo en desplazamientos. Y aunque gano menos dinero porque ofrezco menos servicios, tengo más tiempo, que para mí es lo fundamental».

Lluis Puyol, en el encuentro sobre digitalización celebrado en Cáceres hace unos días. Jorge Rey

Así es su vida desde el otoño del año 2019, cuando se instaló en La Vera. «Siempre he tenido un vínculo con la naturaleza, y en particular con esta zona de Extremadura, porque mi abuelo paterno era de un pueblo abulense de la Sierra de Gredos –explica–. En este lugar he celebrado algunos de los retiros que organizo. Y hace diez años que compré un terreno. Venía todos los fines de semana que podía, pero llegó un momento en el que esos fines de semana no eran suficientes. Yo quería acostarme y despertarme cada día en plena naturaleza. Y me decidí a dar el paso. Me puse una fecha tope, que fue el verano del año 2019, y tras él me vine a Extremadura».

«Gano menos dinero pero tengo menos estrés y más tiempo», resume Violeta, que cambió Madrid por La Vera hace cinco años

En Losar de la Vera vive en una casa alquilada, desde la que presta algunos de los servicios de 'Extrema consciencia', que es el nombre de su proyecto. «Extrema por Extremadura y por la idea de extremar la capacidad del cerebro para vivir de modo saludable e integrados con la naturaleza», explica Arribas, que no siempre puede hacerlo todo desde la casa. Hasta ella no llega la fibra óptica, que sí hay en el espacio de 'coworking' del pueblo. Ahí tiene una buena señal de Internet, también mesas en las que sentarse con su ordenador y si necesita más espacio, puede alquilar una sala. Además, tiene la casa de su hermano en Navalmoral de la Mata.

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Las herramientas digiales

«Cuando decidí venirme a Losar, ya tenía una cierta reputación en el sector, después de 13 años trabajando en él, y sabía que habría gente que me seguiría allí donde fuera, que querría seguir asistiendo a mis clases aunque fueran por Internet».

Y así ha sido. En algunas de las que imparte hay hasta medio centenar de alumnos. Y quien no se puede apuntar a ellas, tiene la opción de ponerse el vídeo de la sesión cuando más le convenga.

«Extremadura ha dado en el clavo con su programa de subvenciones a nómadas digitales», afirma Lluis Puyol, que planea mudarse a la región

Son algunas de las opciones que ofrece su escuela de yoga y salud online, que ha demostrado puede funcionar residiendo en un pueblo del norte extremeño. Por esto, tiene clara su opinión sobre la iniciativa de la Junta de subvencionar con hasta 15.000 euros a los nuevos nómadas digitales. «Qué bien –dice– que se dé dinero para poder hacer realidad el sueño de muchos que quieren esta forma de la vida, la que te ofrece el mundo rural, con su mayor calidad de vida».

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Uno de los que piensa así es Lluis Puyol Perdices, catalán de 40 años que le ha dado un giro a su vida tras decidir plantarse frente a la escalada de precios continua del sector inmobiliario en ciudades como Barcelona. «Se me acabó el contrato del piso en el que vivía yo solo, en el barrio de Sant Antoni, y me subieron la renta de 650 a 900 euros –relata–. Me indigné, y decidí que por dignidad, yo no iba a alimentar ese mercado y me fui a vivir con mi madre. Una mañana, mirando las noticias, me enteré de las ayudas que Extremadura va a conceder a los nómadas digitales, y me compré el billete y me vine para acá».

Una estrategia detrás

Lo cuenta desde Cáceres, donde hace unos días acudió al encuentro sobre digitalización organizado por la Junta. «Pensé que si la región ofrecía esas ayudas a nómadas digitales era porque detrás había una estrategia relacionada con fomentar estos perfiles, y efectivamente, así encontré el plan 'Extremadura digital 2027', que me parece una idea buenísima».

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Violeta Arribas, durante una sesión de yoga. Hoy

Su proyecto profesional consiste en intentar «transformar un pueblo de menos de 50 habitantes en un ejemplo en innovación, emprendimiento y 'start-ups'». ¿Y cómo lograrlo? «Con inteligencia emocional, innovación y neurociencia», responde Puyol, que está relatando su experiencia extremeña en una web en la que próximamente anunciará cuál es el municipio extremeño en el que se instalará.

«Una amiga que vive en Hamburgo (Alemania) y otra que teletrabaja desde Valencia ya me han dicho que se vendrán a vivir a ese mismo pueblo», adelanta el futuro nómada digital, que cree que la región «ha dado en el clavo». «Hay una transformación social inminente en curso –pronostica Lluis Puyol–, que nos va a hacer encontrar el equilibrio entre lo digital y lo natural, que ahora mismo nos tiene en un desequilibrio total y nos causa ansiedad, y el camino para esto son iniciativas como la de Extremadura».

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