Segunda persona viva más longeva de España
«No es normal vivir tantos días, ella sabe que algo histórico está pasando»Segunda persona viva más longeva de España
«No es normal vivir tantos días, ella sabe que algo histórico está pasando»A Blanca Iñigo Arroyo, de 55 años, no le terminan de salir las cuentas cuando trata de concretar el número de tataranietos de su abuela Silveria. «Puedes poner nueve o diez», dice. Biznietos le calcula 25, pero tampoco está segura. Nietos sí sabe cuántos hay, ... 17, porque ella misma entra en ese grupo. Y es que la historia de Silveria Martín Díaz no es fácil de recorrer pues se trata de la persona extremeña de mayor edad y entre sus descendientes más lúcidos aún aparecen lagunas. Ese récord lo ha conseguido este jueves, 5 de octubre, al haber sumado 113 años y 107 días, por lo que supera Josefa Santos, de Burguillos del Cerro y fallecida un 22 de diciembre de 2019.
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De todo esto se ha dado cuenta hoy en un acto celebrado en la residencia de mayores el Prado de Villanueva de la Vera, donde vive Silveria. «Ha estado muy tranquila y muy contenta. Me parece muy importante lo que significa y aunque le hemos dado a probar tarta y no quería, ella sabe que algo histórico está pasando, ya que no es normal que una persona viva tantos días», ha explicado tras el acto su nieta Blanca.
Además, ella es desde hoy la vigésimo primera persona más anciana de todo el mundo y la segunda persona viva más longeva de España por detrás de otra española, María Branyas, nacida en 1907 y que a sus 116 años es la persona con más edad de todo el planeta. Entre las personas más longevas de la historia de España desde que se empezaron a acreditar este tipo de registros la extremeña sería la octava.
Silveria Martín nació un 20 de junio de 1910 en una casa, como ocurría antes. Fue en la que había en la calle Ribero de un pueblo que ya no existe, Talavera la Vieja, conocido como Talaverilla y que quedó inundado por las aguas del embalse de Valdecañas en 1968. En el diploma acreditativo que le han entregado este jueves sale hasta la hora de nacimiento, las siete de la mañana. «Esto es importante porque si alguien impugna estos títulos y coincide el día de nacimiento hay que ir a mirar la hora para ver quién sería mayor», apunta Daniel Germán, un joven montijano que ordena una página de extremeños centenarios y desde este año es delegado en España de LongevityQuest, organización que confirma este tipo de récords y que hoy jueves ha entregado el diploma acreditativo a Silveria.
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Inicialmente estaba previsto que este sábado se presentaran en la residencia de Villanueva de la Vera, donde vive Silveria, dos estadounidenses de LongevityQuest para participar del acto que le han preparado, pero se ha descartado porque la salud de la protagonista está delicada y temen que le afecte tanta emoción y bullicio durante el homenaje. De hecho, la familia ha aceptado que le entreguen el diploma y haya fotos con ella, pero ha tratado de evitar traslados y demasiada gente a su alrededor.
Huérfana de madre a los tres años, casada en 1932 con José Arroyo, emigrante en Francia, luego en Vitoria, viuda desde 1974... la vida de Silveria ha sido recorrida hoy en la residencia de Villanueva de la Vera, adonde llegó poco antes de la pandemia de 2020 tras pasar por otras localidades de la misma comarca. Más de tres años después de aquel episodio global que segó la vida de tantos centenarios, Silveria resistió la amenaza del coronavirus y se acaba de convertir en «la persona más longeva en toda la historia de Extremadura', como acredita el diploma que le ha entregado este jueves tanto Daniel Germán, investigador Sénior de LongeviQuest España. Al acto ha acudido el alcalde de Villanueva de la Vera, Daniel González, quien la ha obsequiado con un ramo de flores.
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Según su nieta Blanca, la de Silveria fue una vida llena de penurias como ocurrió a tantas mujeres de su generación que atravesaron una o varias dictaduras en una sociedad machista. Su madre murió cuando ella tenía tres años, por lo que creció con una madrastra. Luego, Silveria tuvo cinco hijos de los que hoy aún viven tres. La mayor, Andrea, tiene 90 años y es la hija de mayor edad de España con un progenitor vivo. Se quedó viuda en 1974, hace por tanto 49 años.
Cuenta su nieta que hasta los 103 años Silveria hacía una vida prácticamente autónoma. «Cocinaba, salía a la calle a comprar el pan y hacía ganchillo sin gafas. De mis hijos de cuatro o cinco años estuvo cuidando hasta que tenía unos noventa años sin ningún problema, pero cuando se cayó con 103 años y se rompió la cadera le pusieron andador y luego ya, con 108, se fracturó el fémur y dejó de ser la misma».
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Su nieta explica que Silveria prácticamente no ve y no oye por un oído, pero cree que es consciente de su récord de longevidad pues hay otros detalles, como el día que nació, el nombre de su padre y de su madre, que aún menciona cuando es preguntada.
No es la primera vez que Silveria sale en los medios pues hace tiempo que ostenta el título de la persona con más edad de la región. La pregunta de cuál podría ser su secreto es recurrente. En otras ocasiones, su nieta Blanca ha comentado que su abuela enfermó y la llevaron a un curandero en la localidad extremeña de El Gordo. «Tenía una especie de reuma y le dieron un bote del que estuvo bebiendo un tiempo. Ahora que ha alcanzado esta edad en la familia nos preguntamos qué sería aquello que le dieron», relata enigmática.
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Sonia Guinea ve a diario a Silveria. Es la directora de la Residencia de mayores El Prado, en Villanueva de la Vera, donde la persona más anciana de Extremadura vive desde hace unos cinco años. Pócimas como las que sugiere su familia, genética o hábitos, Guinea saca pecho y cree que una de las claves de esta longevidad de récord tiene que ver con el trato que recibe en la residencia de mayores que dirige desde 2001, año en que fue inaugurada. Según Blanca, nieta de Silveria, antes había estado en otras cuatro residencias, pero fue en esta última donde mejor le empezó a ir a su abuela. En la actualidad la residencia de Villanueva de la Vera atiende a unas cien personas de la localidad, dice. Sesenta son residentes internos y el resto acuden como usuarios a su centro de día para dependientes válidos. Además, reparten comida a domicilio a quien lo necesita. En total tiene una plantilla de cuarenta empleados, indica la directora. «Creo que Silveria, con todos los años que tiene disfruta de una cierta calidad de vida en comparación con otros usuarios que tenemos con menos edad. En su caso recibe sesiones de fisioterapia de lunes a viernes y la terapeuta ocupacional trabaja con ella a menudo. Lleva una dieta personal acorde a su salud y recibe muchos cuidados de enfermería. Diría que Silveria está viviendo tanto por lo bien cuidada que está», declara orgullosa Sonia Guinea.
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