Secciones
Servicios
Destacamos
Desde hace tiempo vengo observando con la preocupación con que se miran las cosas importantes que las noticias sobre el Servicio Extremeño de Salud, nuestro SES, no son buenas la inmensa mayoría de las veces. La última fue el pasado viernes cuando salieron las estadísticas del Ministerio de Sanidad sobre las listas de espera quirúrgicas y en ellas Extremadura aparece como la quinta comunidad con mayor demora de España (111 días de media, frente a Baleares, Asturias, Castilla y León o Navarra, todas con demora media entre 73 y 62 días). El informe ministerial señala que las listas de espera están altas en todos sitios y además casi como nunca, pero ello no me hace olvidar que el SES ha tenido épocas en que era uno de los sistemas de salud más eficientes y, además, con una Atención Primaria que a su alta calidad se unía una accesibilidad sobresaliente en la que un paciente llamaba por la mañana a su centro de salud para pedir cita y se la daban para esa misma mañana.
Hay otros datos que muestran que la preocupación sobre la situación del SES está calando en los extremeños. Menudean las mociones, las preguntas, las propuestas que salen de los plenos de los ayuntamientos de ciudades con hospitales en los que, con fórmulas variadas, se expresa la inquietud ciudadana sobre la calidad de los servicios sanitarios, cuando no llanamente sobre el temor a que los que hay desaparezcan. Ocurrió hace unos meses en Plasencia, cuando la falta de anestesistas obligó a cerrar la Cirugía Mayor Ambulatoria; ocurre en Llerena, donde la atención ciudadana tiene el foco puesto en el Servicio de Traumatología de ese hospital y en su continuidad o no; ocurre también en Coria, ciudad donde en el pleno de octubre salió adelante una moción unánime (votada, por tanto, también por los concejales del PSOE) en la que se reclamaba a la Consejería de Sanidad respuestas ante las dificultades por la falta de médicos que sufren los servicios de Traumatología, Cardiología, Urología y Digestivo del hospital de la ciudad.
El último conflicto que atañe al SES, el de la huelga de los médicos residentes de Cáceres, no disipa la preocupación sobre nuestro sistema sanitario; al contrario, la acrecienta. Que los médicos MIR se declaren en huelga indefinida para reclamar mejor formación no es precisamente un indicio tranquilizador del nivel organizativo en el que hacen su trabajo. Porque no piden más dinero, sino que el SES -el encargado de convertirlos en especialistas-, los haga médicos mejor formados. Se trata de una exigencia en defensa de sí mismos, sí, pero también de los pacientes. No digo que las autoridades sanitarias aplaudan a los MIR, pero sí cabría exigirles que al menos entendieran que su protesta, a la postre, conduce a mejorar el sistema, y que esa, la mejora del sistema, debería ser una aspiración que tuvieran como propia. La respuesta de las autoridades, sin embargo, no ha sido muy esperanzadora: hasta han dudado de la capacidad de los MIR de pensar por sí mismos, aventando la especie de que estaban manejados por otros desde la sombra. Me temo que con actitudes así el SES tardará en dar buenas noticias.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.