Hay en Extremadura tres personas que conocen mejor que nadie en qué consistirá Inteligencia Artificial (IA), asignatura optativa de primero de Bachillerato a partir del ... curso 2022/23. Una de ellas es María Dolores Moreno Rabel, ingeniera en Electrónica Industrial y Automática, máster universitario de Investigación en Ingeniería y Arquitectura especialidad en Ingenierías Industriales, y doctora en Ingeniería Electrónica y Automática en la línea de investigación de Visión Artificial. Todos estos estudios los realizó en la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Extremadura en Badajoz. El curso pasado dio clases en el IES Miguel Durán de Azuaga, lo mismo que María Manuela Ferrera Calderón, la otra docente que ha ayudado a diseñar las claves de la nueva materia. El trabajo de ambas lo ha coordinado Roberto Correas Abad, docente en el IES Zurbarán de Navalmoral de la Mata.
–¿Es posible definir la Inteligencia Artificial sin tecnicismos?
–Por supuesto. Es la inteligencia que los humanos proporcionamos a máquinas como los ordenadores o los 'smartphones' para que resuelvan problemas de identificación de objetos o realicen acciones como si fueran una persona, de forma automática. Hay que matizar que en muchos casos, esta inteligencia la van mejorando en base a la experiencia, como hacemos los humanos.
–La IA está detrás del 'big data' o del lector de huellas o rostro de los móviles. ¿Y de qué más?
–De los reconocedores de voz del altavoz inteligente Alexa, los smartphones, las 'smart tv' o los automóviles, o de las recomendaciones que navegadores de Internet, redes sociales o aplicaciones de música nos hacen en base a nuestras compras, visitas o movimientos previos. También del GPS que nos indica en tiempo real la mejor ruta según el tráfico y el estado de las carreteras, o del asistente de carril de los coches que corrige la trayectoria y gira el volante si identifica que nos vamos a salir. En la industsria, un ejemplo es la clasificadora-selectora que hace que en la bolsa de patatas o el cartón de huevos que compramos, todos sean del mismo tamaño, al identificar el calibre y clasificarlos.
–¿Qué estudiarán los alumnos de IA? ¿Será algo así como una introducción a ella?
–Sí, principalmente porque no da tiempo a más, al no haberla cursado antes y tener que hacer en un único curso y con una carga lectiva de cuatro horas semanales, como se ha planteado en Extremadura –en otras regiones se imparte también en segundo de Bachillerato–. Además, al alumnado de esta etapa le faltan conocimientos matemáticos y de programación para llegar a una comprensión completa de esta disciplina. Una buena profundización solo es posible en estudios superiores más especializados, de FP, grado o postgrado. En Bachillerato, solo podemos mostrarles que existe y cómo se usa, que ya es bastante. En esta materia comprenderán que un sistema basado en IA usa la información capturada del entorno mediante sensores, al igual que los humanos lo hacemos a través de los sentidos. Y que luego, mediante la IA asociada, equivalente entre comillas a la humana, actúa en consecuencia, usando si lo necesita los actuadores adecuados, como nosotros usamos las partes de nuestro cuerpo. Así entenderán algunos sistemas de IA y resolverán problemas sencillos con las herramientas educativas disponibles, sin olvidar la ética y la normativa ligadas a los datos.
«La materia les ayudará a entender cómo funcionan muchas de las cosas que utilizan a diario»
–¿Qué cree que les aportará estudiar IA?
–Los conocimientos necesarios para comprender las múltiples tecnologías que usan directa e indirectamente cada día. Y los riesgos que entraña el uso inadecuado de los datos vinculados a ellas. Desgraciadamente cada vez con más frecuencia conocemos noticias donde se habla de usurpación o uso indebido de datos ajenos, pero por lo general, poco o nada sabemos de los riesgos que implica el manejo de datos.
–¿A qué les puede ayudar?
–Especialmente, a entender que muchas de las cosas que manejan no son fruto de la ciencia ficción, sino de aplicar técnicas basadas en análisis y predicción de datos, por parte de personas como ellos, sin poderes extraordinarios, aunque con cierta formación, obviamente. Y que estos desarrollos permiten resolver problemas cotidianos. Les ayudará, por ejemplo, a saber que muchos de los accesorios de sus videoconsolas identifican la localización exacta y los movimientos a partir de la información que captan los sensores de posición incorporan. Y que esto lo que permite que el jugador virtual haga lo mismo que nosotros.
–¿Tendrá semejanzas con algunas otras asignaturas?
–Sí y no. Porque el currículum está ideado para que no se solape con otras materias. Inteligencia Artificial viene a complementar lo aprendido en Tecnología y Digitalización, Robótica, Matemáticas, y sobre todo, en Tecnología e Ingeniería, donde se estudian en mayor profundidad los sensores y actuadores que captan la información del entorno y actúan en consecuencia. Esta materia servirá también para que pongan en valor la importancia de los conceptos matemáticos que tantos años llevan estudiando y desgraciadamente, tan abstractos e inútiles creen que son.
«Probablemente, muchos de los trabajos del futuro estarán relacionados con la Inteligencia Artificial»
–¿En qué consistirá la parte práctica?
–En desarrollar proyectos individuales y en equipo donde aplicarán las herramientas de IA disponibles gratuitamente. Así pondrán en práctica esas técnicas, y comprenderán los imperativos legales y éticos que deben respetar en su manejo. Por ejemplo, harán una pequeña aplicación para móviles que reconozca sus caras. En todo esto seguiremos el modelo implantado en Galicia el curso pasado, basado en el proyecto AI+ de la Universidad de la Coruña en colaboración con varios centros educativos. Y tendremos en cuenta lo que han hecho países pioneros en esta materia, como Estados Unidos y China.
–¿Habrá más teoría que práctica?
–No, al revés. La materia está planteada para ser casi en su totalidad práctica. Los alumnos aprenden más haciendo que memorizando. Y más si se trata de una materia optativa, en la que buscan relajarse de las troncales. El curso pasado pude comprobar en las olimpiadas de ingenierías industriales que el mejor rendimiento del alumnado se obtiene cuando se le involucra en proyectos prácticos. Entonces dan lo mejor de sí, aprenden mucho más rápido y lo que es mejor aún, como gran parte de lo que hacen lo razonan, no lo olvidan. Y eso es lo que se busca en la materia Inteligencia Artificial.
–¿Por qué es importante que estudien esta nueva materia?
–Porque la enseñanza, aunque no pierda su esencia, ha de adaptarse a las tendencias actuales. Y la IA es una disciplina que ha llegado para quedarse. Cada vez son más los dispositivos y elementos de basados en ella. Probablemente, muchos de los puestos de trabajo del futuro estarán relacionados con la IA. Si desde Bachillerato se les enseña qué es y su potencial, les facilitamos decidir si quieren o no orientar su vida académica o laboral por esta rama. Y conseguimos que dejen de verla como una disciplina compleja e ingenieril. Porque la IA es una disciplina más, que se puede abordar tanto desde carreras de Ciencias Sociales como de ingenierías. Y aunque en un futuro no vivan de ella, es importante que la estudien para que la comprendan y la usen razonadamente cuando sea necesario.
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