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«No hay en ningún momento supervisión», «se entiende como normal que los residentes se encuentren sin tutorización presencial por las noches» o «todos los ... que hacen guardias de Urgencias tienen una supervisión cuestionable». Estas frases son afirmaciones de médicos internos residentes en Extremadura recogidas en el último estudio realizado por la Asociación MIR, una agrupación que aglutina a jóvenes facultativos en formación de todo el país.
Acaba de publicar un informe que evalúa la formación ofrecida a los MIR en los hospitales de España. Y en él, el 88,6% de los médicos internos residentes extremeños asegura que no existe supervisión en sus guardias en Urgencias por parte de facultativos adjuntos.
Para ello, entre abril y junio de este 2024, han realizado una encuesta a 5.229 profesionales de 207 hospitales. Todos ellos están en formación de segundo año o realizando su residencia en el último curso de Medicina Familiar y Comunitaria.
Es una encuesta especialmente representativa para Extremadura, pues uno de sus hospitales, el Universitario de Badajoz, que es precisamente el que más residentes acoge de esta comunidad autónoma, ha sido uno de los centros que más respuestas ha registrado del país, junto a otros como La Fe de Valencia o el Virgen del Rocío de Sevilla.
En concreto, Extremadura es la segunda región, siempre según dicho estudio, en la que menos supervisión hay en las guardias en Urgencias. Solo Cantabria, con un 93,2%, le supera en este dato negativo. La media del país se sitúa en el 71,4%.
Por tanto, de forma general, los MIR aseguran que en Extremadura no se cumple el decreto que regula la formación de especialistas en Ciencias de la Salud, que indica que es obligatorio que los residentes cuenten con supervisión de sus responsables. Este marco normativo determina que eso no es solo una práctica recomendada, sino una obligación regulada.
Y no solo lo dicen los datos de este estudio, sino también los testimonios de los MIR que en ocasiones han hecho públicas estas carencias. Es el caso de Celia, residente de Medicina de Familia en Cáceres que este verano contaba en una red social su situación durante una jornada de guardia en Urgencias el pasado agosto, un mes que de por sí suele estar bajo mínimos por las vacaciones de los profesionales.
La falta de supervisión a los médicos internos residentes (MIR) por parte de facultativos adjuntos ya supuso al SES una huelga en noviembre de 2019, justo antes de que estallara la pandemia. Se cumplen cinco años de aquello, cuando los MIR del Complejo Hospitalario de Cáceres iniciaron una huelga en las guardias de Urgencias. Tras varias reuniones con la gerencia del SES en Cáceres (el gerente del área de salud era Juan Carlos Escudero ) y no llegar a un acuerdo, pararon una semana. Dijeron que a finales del primer trimestre de 2020 volverían a analizar la situación para comprobar si se producían las mejoras prometidas. Y así fue. Se volvieron a sentar con la gerencia del SES en marzo de 2020 y zanjaron de forma definitiva su conflicto con el SES tras lograr más médicos adjuntos para supervisar su formación y la creación de una puerta de Pediatría en Urgencias, que nunca había existido en la ciudad de Cáceres. Ahora se sigue manteniendo, aunque Escudero llegó a decir en aquel momento que los cambios no se debieron a la presión ejercida por los residentes, sino que la remodelación formaba parte de unos cambios ya programados.
Según detalló, el equipo de guardia estaba compuesto por un residente en observación en Urgencias y otro en puerta, quien a su vez tenía a dos MIR de primer año a su cargo. No había ningún adjunto, dice. «¿Cómo se supone que nos tenemos que partir la noche?, ¿o es que tenemos que estar 24 horas despiertos?», se quejaba la MIR.
Ante eso, los residentes contactaron con el encargado de la guardia, quien les respondió que enviaría un correo a la directiva del centro hospitalario para notificar la incidencia.
Como esa situación en la capital cacereña, se repiten otras similares en muchos puntos del país. De hecho, el estudio determina que solo cuatro regiones (Galicia, La Rioja, Comunidad Valenciana y Castilla y León) tienen más hospitales con valoraciones positivas que negativas.
En la parte opuesta de la tabla, está Extremadura junto a otros territorios como Aragón, Islas Baleares, Canarias y Cantabria, que no tienen ningún centro hospitalario con valoraciones positivas en este estudio.
Hay que matizar que algunos de los hospitales de la región sí han obtenido una valoración positiva, pero su número insuficiente de respuestas ha provocado que no se tenga en cuenta en los resultados de este informe.
De los centros extremeños, ninguno de los que incluyeron respuestas suficientes cumple con la supervisión de sus MIR.
En la provincia pacense, un 86% de los residentes encuestados del Hospital de Mérida dice que no existe una correcta supervisión en las guardias en Urgencias; en el Perpetuo Socorro asciende al 92%, en el Universitario de Badajoz al 97% y en los de Llerena y el Zafra al 100%.
En la provincia cacereña, el Hospital Universitario de la capital sigue la línea de los centros de Badajoz. El 86% considera insuficiente su supervisión y en el Virgen del Puerto de Plasencia ese porcentaje asciende al 100%.
Este diario ha preguntado a la Consejería de Salud por esta cuestión, pero por el momento no ha recibido respuesta.
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