Un rincón con encanto
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Un rincón con encanto
Antonio J. Armero
COLLADO DE LA VERA.
Jueves, 29 de agosto 2024
Otras se llevan la fama, como las de Cuartos o Alardos, pero la piscina natural de Collado de la Vera tiene algo especial. Quizás sea el restaurante, que a las ocho y media de la tarde de un día de julio tiene encendida una ... cortina de luces que le da al espacio un aire diferente. De algún modo, este lugar recuerda a algunos charcos de Sierra de Gata, otra maravilla extremeña sobrada de agua.
En la Extremadura veraniega, seguramente La Vera gana en fama por sus gargantas y pozas y cascadas y saltos, aunque Sierra de Gata esconde lugares especiales. Y Collado de La Vera tiene algo que evoca a esa otra comarca cacereña que en estas fechas se llena de turistas paisanos, como le pasa a Las Hurdes. Vascos, sobre todo.
Collado es de esos pueblos que no están en la carretera EX-203, la que cruza La Vera de una esquina a otra (Plasencia a límite provincial con Ávila es el nombre oficial de esta vía que suele tener bastante tráfico, en especial los fines de semana). Y los municipios que no son atravesados por esa vía de referencia lo pagan con una menor dosis de popularidad turística. Le ocurre a otros, como Viandar, Talaveruela o Pasarón. Pero en todos ellos hay sitios que merece la pena conocer en verano, como la piscina natural de Collado.
Las Pilas se llama esa zona de baño situada más allá del pueblo, al que se llega tras dejar atrás Jaraíz, la cabecera de la comarca. Tres kilómetros y medio es la distancia que separa Jaraíz de Collado. Hasta la piscina natural de esta última localidad hay alguno más, porque como ya se ha dicho, está pasado el pueblo. Son unos diez minutos en coche desde el centro de Jaraíz hasta Las Pilas, por una carretera con el asfalto impecable (es la provincial CC-89, de la Diputación de Cáceres).
En el destino, recibe un aparcamiento amplio, en el que también están los aseos. Todo bien acondicionado, con un aire moderno que diferencia a esta piscina natural de otras próximas. A esta sensación contribuye también el restaurante, que tiene una terraza estupenda. Está elevada sobre el cauce fluvial, y es fácil imaginarse en ella al atardecer con una cerveza helada en la mano.
Bajo esa terraza queda la piscina natural en sí, que no anda sobrada de espacio en el que extender la toalla y tumbarse, pero que tiene una lámina de agua generosa y está rodeada de verde. Las Pilas debe otra parte de su encanto a esto, su ubicación en medio de un paisaje frondoso y tranquilo, sin ruido. Es la otra cara de estar más alejado de la carretera EX-203. Lo que se pierde en ajetreo, se gana en tranquilidad.
Al aparcamiento se accede justo antes de atravesar un puente. Ahí se acaba el asfalto y empieza el sendero de arena y piedras pequeñas, cómodo, ya en el término municipal de Cuacos de Yuste, según avisa un cartel informativo. Unos 450 metros más arriba está El Calambuco, una poza de buen tamaño, rodeada de rocas, estupendo ejemplo de las pozas que guarda La Vera.
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