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Faltan especialistas en las obras. Ya lo advertía la pasada primavera la Fundación Laboral de la Construcción, que cifraba en 2.000 el déficit de ... profesionales para atender muchas de las inversiones que han ido llegando a la región. Esto explica las oleadas continuas de personal de otras ciudades de España y otros países, lo que ayuda a dinamizar la economía de algunos pueblos a los que les toca una obra cerca.
Entre otros efectos, el mayor impacto en las poblaciones es que alquilan las viviendas vacías. «No hay un solo piso libre para alquilar en Talavera la Real y además los precios se han disparado. Algo que hace unos años costaba 300 euros ahora se alquila por 500. Piso que se vacía, piso que se alquila, hay lista de espera y les da igual con o sin muebles, pero los precios están disparatados porque no hay oferta. Los buscan las empresas de fuera, de Sevilla o de Toledo, que tienen trabajadores en las plantas solares o en el caso de Badajoz, de la obra de Amazon», explica Manuel Guerrero, de la inmobiliaria GyG Soluciones en Talavera la Real, a menos de media hora de Badajoz.
Según indican desde Olivenza, prácticamente en muchos casos no miran su estado ni su dotación. Marta Castillo, que trabaja en la inmobiliaria Inmobelmar desde 2007, afirma que este año ha llegado un aluvión de trabajadores búlgaros y ahora mismo en su pueblo no queda una casa libre. «Va a empezar la obra de una termosolar a diez kilómetros y en abril llegó el encargado para encontrar casa a unas 80 personas. No teníamos para tantos. Le ofrecimos lo que teníamos aquí y en otro pueblo cercano y se las quedaron todas, les daba igual el estado. La mayoría las paga la empresa y pisos que suelen costar 350 euros se alquilan por 600, pero porque se meten en ellos más personas (...) de momento no afecta al mercado de alquiler habitual pues a una familia con un contrato de varios años no le puedes subir tanto la mensualidad de repente».
El otro efecto de esta población flotante es que además hacen gasto en sus bares y restaurantes, otra fuente de gasto transitoria, pero que ningún alcalde desdeña porque reaviva la economía local en lugares que cada año pierden población y por tanto cierran negocios. Torrecillas de la Tiesa, que tiene unos mil habitantes, es un claro ejemplo ahora que está rodeada de plantas solares. «Aquí en el pueblo desde que empezó la obra hay dos restaurantes, reabrió otro y un bar se puso a dar comidas. Pisos vacíos para alquilar no creo que quede ninguno libre», explica su alcalde, Tomás Sánchez, que tiene al lado la obra de la mayor planta fotovoltaica de Europa y cuatro proyectos más en el horizonte también del sector de las energías renovables.
«En los picos de mayor construcción había unas mil personas trabajando, así que estos trabajadores se movían entre entre Torrecillas de la Tiesa, Deleitosa y sobre todo Trujillo, donde hay días en que solo se ve gente con chalecos amarillos a las afueras de los restaurantes. Son trabajadores que vienen de toda España, yo los he conocido de Sevilla, de Granada,...», describe el alcalde, que asegura que en su pueblo no hay paro, pero tampoco profesionales sificientes en toda la comarca para atender estas obras de gran tamaño.
Esto, además de revitalizar la hostelería o negocios de alimentación, provoca que los alquileres hayan subido de precio en los dos últimos años. «Una habitación sale por unos 150 euros al mes», calcula.
Otra de las principales obras de la región está en la plataforma Logística de Badajoz, donde Amazon levanta una nave de 59.000 metros cuadrados hace un año. Allí trabajan empresas extremeñas moviendo tierra, gestionando los residuos, en la jardinería exterior o colocando el aglomerado en estos momentos, pero en otras muchas actividades la mayoría son empresas de otras comunidades las que realizan el trabajo. La falta de especialización y la ausencia de empresas de gran tamaño para acometer obras de cierta envergadura hace que empresas foráneas se instalen con sus plantillas en la región.
Pero si ya el mercado de aquiler estaba al límite en Badajoz, con una demanda que supera a oferta, las grandes obras terminan de trastocarlo e influyendo en los pueblos cercanos.
Diego Domínguez, de la unmobiliaria pacense IHS, señala que hoy día los pisos se alquilan prácticamente todos en la primera visita. Esto significa que el propietario puede prácticamente elegir. Y si hay gente que pone como condición no alquilar a estudiantes, también se da el caso de no alquilar a cuadrillas de trabajadores que solo van a estar unos meses de manera temporal», apunta para terminar de explicar que los pueblos no muy alejados de las grandes obras aprovechen esta presencia, masiva pero pasajera, de trabajadores que no son extremeños.
En la zona de Aceuchal, por ejemplo, se benefician el dinamismo generado por las plantas solares que se construyen entre Almendralejo y Solana de los Barros. Andrés Vicario tiene una inmobiliaria en esta población de la provincia de Badajoz situada a treinta minutos en coche de Mérida y quince de Almendralejo y no para de atender clientes este año.
«(En Aceuchal) no suele haber pisos vacíos. Yo ahora los tengo alquilados a los de las placas solares. A principios de año vinieron unos sesenta de Bulgaria, ahora son la mayoría colombianos y nicaragüenses, aunque pertenecen a una empresa de Sevilla. Los pisos suelen ser de 500 euros al mes con cuatro habitaciones para cuatro personas y los paga la empresa y lo normal es que se queden tres, cuatro, cinco o seis meses como máximo, aunque yo pongo siempre en el contrato 'hasta fin de obra' por si acaso», explica este profesional del sector inmobiliario.
Vicario trabaja en la comarca de tierra de Barros, una zona eminentemente rural, y lleva dos décadas en el sector. Según ha ido observando, hay temporadas en las que se quedan los pisos vacíos, pero esos periodos no se suelen prolongar más allá de dos o tres meses. En cualquier caso, subraya que sus inquilinos suelen ser de la construcción, no jornaleros del campo. «El problema es que estos trabajadores solo vienen en campaña unos veinte días como mucho y por ese tiempo no alquila nadie su piso, pero a los de la construcción sí», concluye.
«Han llegado a pagar viviendas, con luz, agua y basura, que no han utilizado, por si acaso la necesitaban, para que no se quedasen sin ellas», apunta desde la inmobiliaria Romel, en Trujillo, donde a pocos kilómetros se ha construido la planta fotovoltaica más grande Europa, denomiada 'Francisco Pizarro'.
Un ejemplo para ilustrar la dificultad de encontrar vivienda fue el una empresa de Albacete que necesitaba alojar a 13 montadores. Tras las numerosas llamadas que hicieron al final tuvieron que ir 'puerta a puerta' para conseguir tres viviendas en Garciaz, un pueblo de 700 habitantes a 43 kilómetros de Trujillo. Hay que recordar que la 'Francisco Pizarro' ha dado empleo a unas 1.300 personas, muchas llegadas de diferentes puntos de España. «Ahora, más que operarios, lo que vienen son técnicos», apuntan en inmobiliarias de Trujillo, donde los precios se dispararon ante una demanda repentina. Incluso si no había casas disponibles, alojarse en un hostal ha sido la alternativa.
Carlos Marqués, de la empresa Ametel, es de Cádiz y lleva 17 meses en el Hostal Julio de Trujillo. Ha estado trabajando junto a otros 30 compañeros en la línea de evacuacióna Almaraz, labor que finalizó hace unos 15 días. No obstante, ha vuelto a Trujillo para hacer otros trabajos en Cáceres.
Aunque ahora la presión sobre los alquileres ha bajado, la previsión es que vuelva a subir porque ya han comenzado trabajos de una nueva planta solar fotovoltaica en el término de Torrecillas de la Tiesa. De hecho, en inmobiliaria Román ya mantienen conversaciones con una entidad para empezar a alojar a sus operarios.
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