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Primero se convocan oposiciones, luego los aspirantes se inscriben en el proceso y, por último, se presentan al examen. En ese periodo, que por regla general suele durar menos de un año, muchos tiran la toalla y sobre todo sucede en las categorías inferiores ... y para las que se necesita una menor formación, según coinciden los preparadores de este tipo de pruebas.
Cocinero, pinche, ordenanza, celador, ATE cuidador o auxiliar administrativo son algunas de las especialidades en las que se inscriben miles de aspirantes, pero luego se presentan en torno a la mitad de ellos.
Es lo que sucedió en las oposiciones a la Administración General del Estado celebradas recientemente. Estaban convocadas 31.689 plazas y sus exámenes se realizaron en 21 ciudades. Entre ellas, Badajoz, donde habían sido convocados 3.416 aspirantes procedentes de toda Extremadura, pero solo hicieron el examen 1.640.
Entre las razones, según los preparadores de este tipo de procesos, aluden a dos cuestiones: la falta de preparación y que en un mismo día se celebran pruebas para varias especialidades.
«Los aspirantes se suelen llenar de valor para presentar la solicitud, pero no tanto para estudiar. Hay poca gente que vaya a probar suerte. Ya saben que eso no funciona. Por regla general, quienes no se han preparado no acuden a la prueba», indica Roberto González, que está al frente de la academia Cum Laude.
Y para una buena preparación en oposiciones de este tipo como la Administración General, «se necesita al menos un año para intentar entrar en la bolsa de trabajo», apunta González.
Es algo que sucede, tal y como apunta Luisa Castañera, de la academia MC, tanto en las oposiciones de la Administración General del Estado, como en las de la Junta de Extremadura y del Servicio Extremeño de Salud.
«Desde que sale la convocatoria hasta el día del examen la vida puede dar muchas vueltas», comenta antes de aludir a que ahora todas las pruebas tienen una tasa. «Suelen rondar entre los 12 y los 30 euros. Antes no había y eran muchos menos los que finalmente se presentaban», añade Castañera.
A esos aspectos se suma otro que afecta especialmente a al examen que se ha realizado este año. El celebrado a mediados de diciembre se hizo para varias especialidades a la vez. «Ha coincido con otras categorías y los aspirantes han tenido que decidir. Se apuntaron a varias especialidades y finalmente han tenido que optar a una, por lo que se han ido perdiendo muchos inscritos en un primer momento», explica Esteven Murillo, profesor en la academia Torrente Ballester.
En cualquier caso, se trata de una situación que a menudo sucede. Ya ha pasado en convocatorias tanto estatales como autonómicas y locales.
De hecho, según los datos publicados por el Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP) tras la celebración de los exámenes en septiembre de 2023, del total de aspirantes convocados a las pruebas (160.137 personas) se presentaron al ejercicio 81.513 en todo el país, es decir, el 51%.
Son muchos los factores que influyen a la hora de superar una oposición y lograr una plaza pública, pero hay uno que es fundamental y a él aluden las academias de formación extremeñas. Se basa en no tirar la toalla, pues «si no lo dejas acabarás siendo funcionario», indica Roberto González, de la academia Cum Laude. Añade que «los opositores deben ser conscientes de que es un proceso lento». Apunta que hay que tener muy claro a lo que se enfrentan y no centrarse solo en objetivos a corto plazo. A la constancia se suman características que en el opositor también son relevantes, como ser ordenado y meticuloso con las horas de estudio y la preparación.
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