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El ozono, único contaminante en el aire extremeño

El ozono, único contaminante en el aire extremeño

Calidad ambiental. Las emisiones de sustancias nocivas en la comunidad están casi todas muy lejos del tope legal

Sábado, 4 de julio 2020, 21:06

El ozono troposférico es la única de entre las sustancias más contaminantes que está presente en Extremadura en una cantidad superior a la legal, según el último informe anual de Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en España. La investigación señala que «los niveles de los restantes contaminantes regulados (dióxidos de nitrógeno y azufre, monóxido de carbono, benceno, benzo(a)pireno y los metales pesados arsénico, cadmio, níquel y plomo) presentan el carácter de fondo regional, muy por debajo de los límites legales y de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud».

Los autores (de Extremadura se ha ocupado Juan Antonio Aranda) llegan a estas conclusiones tras analizar los datos de varias instalaciones industriales y también los de nueve estaciones medidoras de la red de vigilancia de la contaminación de la Junta. Son las ubicadas en Badajoz, Cáceres, Mérida, Plasencia, Zafra, Barcarrota, Burguillos del Cerro, Medina de las Torres y Monfragüe. Cinco de ellas captaron durante el año pasado para algunas sustancias menos datos de los exigidos legalmente, aunque este déficit en la recogida de información es una rémora que afecta a gran parte del país.

El trabajo que la asociación conservacionista publica desde hace más de una década especifica que durante el año 2019, «en todo el territorio de la comunidad se registraron niveles elevados de ozono troposférico, no obstante más bajos en general que en años anteriores, especialmente en la parte occidental y meridional, coincidiendo las menores temperaturas estivales registradas».

Más concentración en verano

En este sentido, conviene explicar que, según define el estudio, el ozono «es un potente agente oxidante que se forma a partir de otros contaminantes cuando se dan ciertas condiciones meteorológicas, y los episodios más agudos se producen en las tardes de verano».

Según el documento presentado esta semana, la respuesta del cuerpo humano a la exposición a a esta sustancia varía según la genética, aunque en términos generales afecta más a las personas mayores, a quienes padecen afecciones respiratorias y también a deportistas y niños porque al respirar inhalan más aire. Según la cantidad de ozono y el tiempo de exposición, puede irritar ojos, superficies mucosas y vías respiratorias, reducir la función pulmonar o agravar el asma. De las 33.000 muertes que se producen al año en España achacables a la contaminación del aire, unas 1.500 –o sea, el 5%– se deben al ozono troposférico, detallan los autores del informe.

La legislación actual no permite superar los 120 microgramos por metro cúbico más de 25 días al año durante un trienio (o sea, 75 días al final de ese periodo). Y siete de las nueve estaciones de la Junta –se salvaron Badajoz y Zafra– rebasaron ese umbral más de 75 días durante 2019, lo que significa que en doce meses sobrepasaron el máximo legal establecido para un trienio. La radiografía empeora si se toman como referencia las recomendaciones de la OMS, que opina que la concentración no debe superar los 100 microgramos por metro cúbico en vez de los 120 que fija la ley.

«Los peores datos se registraron en las estaciones de Cáceres, Medina de las torres, Plasencia y Monfragüe, que alcanzaron respectivamente los 140, 124, 108 y 107 días de superación», detalla el trabajo, que añade que «todos los cultivos, montes y espacios naturales de Extremadura están expuestos a niveles de ozono que dañan la vegetación».

El episodio de mayor contaminación el año pasado se produjo el 21 de julio y estuvo «ligado a la entrada de aire contaminado por el valle del Guadiana procedente de Portugal». En esos días, «la Junta volvió a incumplir su obligación legal de avisar a la población especialmente sensible para que se protegiera», afirma Ecologistas en Acción. El colectivo considera que la comunidad necesita hacer «un análisis en profundidad para identificar las fuentes de emisión de este contaminante, presumiblemente relacionadas con el desplazamiento de masas de aire a lo largo de los valles del Tajo o el Guadiana desde las áreas metropolitanas de Madrid o Lisboa, según la dirección de los vientos».

Por último, la investigación recoge que «durante 2019, los niveles de partículas en suspensión descendieron significativamente, afectando solo a las estaciones de Zafra y Burguillos del Cerro, perteneciente esta última a la red de Siderurgia Balboa, con más de tres superaciones de las medias diarias recomendadas por la OMS, aunque muy lejos de las 35 que permite la ley para las partículas menores de diez micras y de las 25 de tope para las de 2,5 micras».

Un plan pionero en España pero vacío

Ecologistas en Acción aplaude que Extremadura fuera la primera región con un plan para mejorar la calidad del aire, pero afirma que este apenas es útil porque está vacío. «El documento –valora– carece de un diagnóstico de las causas del problema, limitándose a ser un catálogo de medidas genéricas sin concretar, programar ni presupuestar». «Y con el sorprendente objetivo –añade– de que solo dos de las seis estaciones incumplidoras (Mérida y Plasencia) cumplan con los valores objetivo para la protección de la salud y de la vegetación en un período de cuatro años».

Precisamente esta semana la Junta ha puesto en marcha un protocolo ante la presencia de ozono. El 112 informará a la población a través de las redes sociales cuando la concentración de esta sustancia supere el umbral de información (180 microgramos por metro cúbico) o el de alerta, fijado en 240 microgramos.

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