La cacereña María Lumbreras, madre de de Paula, de siete años y Paula, de cinco, a quien cuidó mientras trabajaba durante el confinamiento. jorge rey

La pandemia aumenta la carga familiar de las madres extremeñas

Según el Instituto de la Mujer las medidas para evitar la propagación del virus agrandaron la brecha en el reparto de los cuidados

Cristina Núñez

Cáceres

Domingo, 2 de mayo 2021, 08:00

Hace un año en este mismo diario María Lumbreras, madre de una niña y un niño de siete y cinco años, contaba cómo se ... había enfrentado al reto de la conciliación en lo más duro de la pandemia. La foto que ilustraba el texto era de lo más gráfica. Mientras ella trabajaba desde casa (es teleoperadora en la empresa Atento de Cáceres) su hijo ejecutaba un salto circense en el sofá. 365 días después las circunstancias han mejorado notablemente, pero la normalidad no ha vuelto del todo. Las limitaciones establecidas y la cautela han hecho que aún no se hayan retomado muchas de las actividades de conciliación a las que recurren las familias.

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El uso de extraescolares, el comedor escolar o el apoyo de abuelos u otros familiares se ha reducido. «Hasta que empezó de nuevo el curso fue un año estresante. Al no tener la ayuda de los abuelos y mi pareja trabajar como servicio esencial sí que se intensificó la tarea de ser mamá», señala María, que lleva todo el curso cruzando los dedos para que las clases de sus hijos no tuvieran que hacer cuarentena, porque tendría que volver al diabólico tándem de trabajo y cuidado de niños a la vez. «Ahora está todo mejor por tener colegio y por el hecho de que los abuelos, ya vacunados, puedan dedicarle tiempo a los niños», ilustra esta madre, que ese año ha renunciado al uso del comedor escolar.

Las familias con niños llevan más de un año encerradas en una burbuja con poco margen de movimiento, algo que notan especialmente las madres por el desigual reparto de tareas domésticas. Aunque la Consejería de Igualdad no dispone de datos regionales, el Instituto de la Mujer de España ha elaborado un informe en el que se aborda cómo ha afectado la pandemia a las mujeres que tienen cargas familiares, sean estas madres o cuidadoras. «El 70% de las tareas de cuidado recae en las mujeres. Además, a las dificultades habituales de conciliación y falta de corresponsabilidad debe sumarse el cierre de los centros educativos (durante el pasado curso), el teletrabajo y el confinamiento de la población en sus domicilios, provocando una sobrecarga de trabajo». Especialmente afectadas, destaca este estudio, son las familias monoparentales, ocho de cada diez encabezadas por mujeres.

La jurista cacereña Marisa Soleto es la directora de la Fundación Mujeres, que tiene sedes en distintos puntos de España, también en Extremadura. El porcentaje de mujeres extremeñas que se dedican en exclusiva al cuidado de sus familias es superior que en resto de España. El paro femenino supera en nueve puntos al masculino. Para esta experta «cualquier lectura que se haga sobre las repercusiones sociales de la pandemia tiene que tener en cuenta que en cualquier lugar del mundo y en España particularmente la tarea de cuidados que se refieren a la familia y al cuidado doméstico sigue siendo comprendida socialmente como una responsabilidad de las mujeres». Es un mal endémico que el contexto extremeño hace que se extienda en más medida: «Muchas mujeres renuncian o no están presentes en el mercado laboral porque entienden que su función es ocuparse del cuidado familiar».

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Excedencias

Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, el 90 % de las excedencias laborales que se piden en Extremadura fueron solicitadas por mujeres. De las 680 pedidas en la región durante 2020, solamente 66 las disfrutaron hombres.

En este contexto ya lastrado se nos echa encima una pandemia. «La pandemia lo que ha hecho ha sido incrementar de una forma muy visible la carga de cuidados, cuando se incrementa el trabajo de las familias son las mujeres las que principalmente atienden esa responsabilidad», indica Soleto,

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Otro de los factores que han contribuido a que muchas madres se hayan visto ahogadas por las condiciones impuestas por la pandemia ha sido hecho de que muchas de las profesiones consideradas esenciales estén feminizadas, como la de enfermeras, farmacéuticas o empleadas de supermercado, sin posibilidad de teletrabajar.

¿Ha sido la sociedad consciente de lo complicado de la situación para las familias y en especial para las madres? Marisa Soleto indica que «es una preocupación de primer orden para las personas», lo cual no siempre se corresponde con la presencia en «artículos o en los discursos políticos». «Se suele identificar como un problema sectorial, de mujeres». Para Soleto días como el de la madre «deberíamos echarle un vistazo al tratamiento social y político que se hace de este tema para garantizar que tenemos una sociedad que además de reconocer la generosidad de las madres y de las mujeres que cuidan a otras personas, intentáramos que el desempeño de esas tareas no suponga una renuncia a los derechos».

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