-kHdB-U14095014476DUF-1248x770@Hoy.jpg)
-kHdB-U14095014476DUF-1248x770@Hoy.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Se decía que tener una obra en casa es como una maldición, pero ahora mismo quien disponga de un contenedor de ripios en su puerta ... y obreros entrando y saliendo es un privilegiado. Las empresas de reformas no dan abasto y hay que llamar a varias puertas hasta que alguna te dé la vez. Cuenta Alberto García, gerente de Pronoex 2003, empresa constructora con sedes en Plasencia y Hervás, que ahora mismo tiene entre diez y quince presupuestos pendientes de hacer sobre la mesa que no puede atender porque tiene mucho trabajo. Es otro afectado por la pandemia, pero en sentido positivo. Lleva 18 años en el sector y realiza tanto obra nueva como obra pública y reformas. En los dos primeros ámbitos cada vez hay menos movimiento, pero el tercero es un no parar, dice.
A grandes rasgos reformar cocina y baño, de 10.000 a 20.000 euros. Redistribuir espacios de 20.000 a 40.000, y una reforma integral por encima de los 60.000 euros. Muchas familias han ahorrado en los últimos meses y han decidido reestrenar su hogar.
«En 2019 veía una media de diez presupuestos al mes y ahora veo el doble. Son particulares que deciden reformar su casa y que se suelen gastar entre 15.000 y 30.000 euros. Cocina, baño, patio y zonas ajardinadas suelen ser las prioridades, aunque también piden trabajos menores como pintura o sustitución de puertas y ventanas», explica este empresario de la provincia de Cáceres.
ALBERTO GARCÍA | Pronoex 2003
Debora de Alvarado, que tiene en Badajoz su empresa de reformas Tribeca, también está experimentando este 'boom' de las reformas. En estos momentos atiende solo a tres a la vez porque no quiere verse desbordada y prefiere atender con esmero su trabajo pues sabe que la mejor publicidad es el boca a boca –dice– y tampoco sabe lo que va a durar esta coyuntura. Además, recalca que «a diferencia del cliente de obra nueva, en una reforma la gente busca un valor diferencial».
Según ha observado, «tras el confinamiento nos hemos dado cuenta de que nuestras casas son espacios multifuncionales que lo mismo sirven de oficina que de colegio o de lugar de ocio y algunos cambios en nuestra forma de vivir se van a quedar, así que mucha gente concibe las dependencias de su casa de otra manera».
La directora de proyectos de Tribeca distingue ahora mismo tres perfiles de clientes. «Uno tiene un salario estable y ha ahorrado en los últimos meses porque su dinero no lo ha destinado a ocio; otro es la familia que necesita espacio porque ha crecido o tiene que trabajar en casa, no tiene estabilidad económica y no puede invertir en una casa grande, así que redistribuye sus espacios; y un tercer tipo es el que prefiere el centro de Badajoz, necesita un inmueble amplio que no existe y opta por algo de segunda mano que reforma a su gusto».
Debora de Alvarado | Tribeca
Según esta arquitecta técnica con estudio en Badajoz, si antes de la pandemia había que ajustar cada presupuesto al máximo, la novedad es que ahora ella selecciona a sus clientes. «Nosotros prestamos asesoramiento técnico, estético, de eficiencia energética y algo a tener en cuenta es el cumplimiento de plazos».
Puede ocurrir que en estos momentos un constructor tenga la tentación de correr para atender al siguiente particular. Pero Alberto García, de Pronoex 2003, no lo ve así. «Lo que está pasando es que el cliente tiene que esperar o directamente no encuentra una empresa de reformas». Y ante este aumento de la demanda reconoce que los precios han subido, lo cual tiene que ver, explica, con que no hay personal especializado ahora mismo en Extremadura para atender tantos encargos. «Con la crisis de 2007 los que tenían más de cincuenta años se han jubilado ya, no hubo relevo generacional y ahora no hay oficiales de albañilería, así que te tienes que apañar con el personal que tienes».
Sobre esta cuestión ya alertó la patronal hace dos años, y tampoco era la primera vez. Si en 2007, justo antes de explotar la burbuja inmobiliaria, ya faltaban albañiles en Extremadura porque se iban a las grandes ciudades, donde cobraban el doble, no hace tanto tiempo, durante el verano de 2019, Pymecon (la Federación regional de la pequeña y mediana empresa de construcción y afines de Extremadura) avisó de que era complicado encontrar un albañil con experiencia. Además de las jubilaciones, desde Pymecon se hablaba de un trasvase hacia la hostelería y de las dificultades de que los nuevos obreros adquirieran continuidad y rodaje debido a la escasez de obras.
Miguel Morales | Construmaex
En Construmaex confirman esta situación. «Tenemos muchos más encargos, pero la plantilla es la misma porque no hay personal cualificado. No existen oficiales que hagan de todo como antes, por eso de aquí a poco tiempo habrá inmigrantes haciendo estos trabajos porque gente de la zona no encuentras», indica su gerente Miguel Morales, que tampoco dan abasto estos días con las reformas. Son de Torremegía y el 90% de sus trabajos los realizan en Mérida y alrededores.
Según explica, «con la crisis económica pararon las grandes obras y subían poco a poco las reformas. Llegó el coronavirus y nos asustamos, pensamos que pararía todo, pero ha sido al contrario. De hecho, tras el confinamiento hemos tenido que rechazar por primera vez muchos trabajos, algo que antes no ocurría. Lo que no sabemos es cuánto durará esto».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.