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El precio del transporte y de la luz. Son los motivos directos que han encarecido la cesta de la compra en los últimos meses. Pero ... hay más causas. En un mundo globalizado, todo se convierte en una cadena y la guerra de Ucrania, el alza del petróleo y del gas y, más recientemente, la huelga de transportistas –provocada por ese incremento de los carburantes– están causando una mayor inflación en los alimentos.
Es algo que se lleva notando varios meses. El año se cerró con una subida de 7,1 puntos del IPC en Extremadura, seis décimas más que la media nacional. Un incremento desconocido en décadas, pero que en el último dato ofrecido por el INE (el relativo al mes de febrero) se ha vuelto a superar: 8,1% para la región y 7,6% en España.
Sin embargo, la situación se está agravando y es en las últimas semanas cuando los precios se han incrementado de manera excepcional en algunos productos. «Una docena de huevos cuesta euro y medio; hace menos de dos meses estaba a un euro», reconoce la dependienta de un comercio de comestibles mientras cobra a una clienta. «Me estoy gastando más del doble en la compra», exagera un poco ésta a la vez que saca el dinero de su monedero.
En otros alimentos se están observando encarecimientos similares. Las manzanas, los tomates o las naranjas también están más caras que hace una semana. «Las verduras es lo que más ha subido, mucho más que la fruta», aporta Martín Oxley, propietario de Frutas Koke, en el barrio de San Fernando de Badajoz.
El kilo de calabacín ya roza los tres euros, más de un euro de incremento en pocas semanas; los plátanos de Canarias, que llegaron a estar a poco más de un euro tras la erupción del volcán de La Palma, también cuestan casi tres euros el kilo. «Y no repercutimos a los clientes todo lo que se nos ha encarecido el producto; estamos renunciando a parte de nuestro margen», añade Martín, que señala las cámaras frigoríficas para mencionar que no solo los costes de los productos están aumentando para los pequeños empresarios. Los precios de la luz y del carburante con el que llena la furgoneta que utiliza para los repartos también afectan negativamente en sus beneficios.
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Precisamente, el precio de los productos energéticos, del transporte y de la alimentación son los principales responsables del aumento del IPC en Extremadura, del 8,1%, y en España, del 7,6%. «Es curioso que la inflación que registra el INE haya sido mayor en la provincia de Badajoz, el 8,4%, que en Cáceres, del 7,6%; es casi un punto de diferencia», señala el economista Julián Ramajo, que achaca esa peculiaridad al mayor peso que tienen las grandes poblaciones en las estadísticas del INE.
En cualquier caso, son porcentajes que no se habían alcanzado desde los años 80 del siglo pasado y que no tienen en cuenta, al estar calculados para febrero, los últimos acontecimientos, como la invasión rusa de Ucrania o el paro del sector del transporte en nuestro país.
Lo lógico es que el IPC de marzo marque una cifra bastante mayor a la de febrero. Lo que se detecta en las tiendas y en la calle es que el alza de los precios ha sido muy fuerte en las últimas semanas.
En las tiendas de comestibles informan de que sus proveedores les han subido el pan tres veces en dos semanas. «Lo cobraba a 95 céntimos y ahora lo he puesto a 1,20 euros», detalla Victoriano Muñoz, propietario del asador de pollos La Parrilla, en la avenida Carolina Coronado.
Este coste lo ha terminado trasladando a sus clientes. Con el pollo no ha hecho lo mismo y se ha encarecido bastante. «Desde hace tres días estoy pagando 50 céntimos más por el kilo de pollo, con lo que ya es un euro más caro que en diciembre», comenta este pequeño empresario. De momento, asume reducir sus ganancias.
En la carnicería se repite la conversación. La cinta de lomo –«que se la lleva mucho la gente», apunta una trabajadora– está 40 céntimos más cara y se acerca a los 4,5 euros por kilo. En la pechuga de pollo el incremento ronda los 25 o 30 céntimos y en los filetes de ternera la subida es mayor: rozan los 10 euros, que es un 20% más que hace menos de dos meses.
Así han subido los precios
Unos 20 céntimos más caro está el litro de leche.
La docena cuesta 50 céntimos más que hace un par de meses.
El kilo se ha encarecido casi un 50% y ronda los tres euros.
Unos 40 céntimos el kilo está más cara la cinta de lomo.
Ronda los 3,00 euros el kilo, 50 céntimos más caro.
Es de los productos que más han subido en un año, según el INE
Superan los 2,90 euros el kilo y hace seis meses estaban a 1,20.
Los filetes rozan los 10 euros el kilos; 1,5 euros más que en enero
La última subida ha sido de entre 10 y 30 céntimos por unidad
Cerca de un euro más cuesta el kilo y supera los 10,5 euros
Todos estos datos hacen suponer que el IPC de marzo arroje un cifra histórica. «Si se observa una subida demasiado elevada no tendría una justificación directa con lo que está sucediendo», según Ramajo.
Es algo de lo que ya se quejan los consumidores, que creen que hay alzas en los precios que no tienen relación con los mayores costes, pero sí intentos de maximizar los beneficios por parte de algunas empresas. «No tiene sentido lo que subió el aceite en un par de días», declara un cliente en la cola de una gran superficie.
Ese aceite es el que utilizan los panaderos para elaborar sus productos. «Ha subido mucho, como el harina y las semillas», certifica el responsable del Horno Los Monjes. Tras aguantar bastante tiempo, el pasado lunes subió los precios entre 10 y 25 céntimos, dependiendo de los productos.
Y las materias primas no es su problema más grave. Los hornos que tiene son eléctricos y de gas. Consumen mucho y los precios de la energía han aumentado. «Estamos tratando de ahorrar lo máximo posible, pero sin hornos no podemos trabajar», se encoge de hombros.
En la pescadería también se puede observar la inflación en los indicadores de los precios. La merluza de pincho roza los 11 euros por kilo. «Es un euro más que la semana pasada», dice un cliente. «La lubina está a 7,5 euros, yo nunca la había visto tan cara», añade el mismo comprador, que tiene a sus espaldas el pasillo en el que habitualmente está la leche y que se encuentra completamente vacío.
Pese a no verse cartones ni botellas, a causa del paro del transporte y de la acumulación de algunos compradores, sí están las etiquetas con los precios. Las marcas blancas han subido entre 10 y 15 céntimos y algunas de las otras hasta 30 céntimos, comenta un trabajador tras asegurar a un cliente que por la tarde repondrán y podrá acudir a comprar leche.
Los tres conceptos que más han repercutido en el IPC de febrero son: productos energéticos, transportes y alimentación. «Son los responsables de que en Extremadura la inflación haya sido mayor en la tasa interanual que en el resto de España», explica el economista Julián Ramajo, sobre el 8,1 de alza de precios que marca el INE para la región frente al 7,6 de la media nacional.
Los productos energéticos han registrado un incremento del 31,3% en el último año en la región, casi seis puntos más que la media nacional, y los transportes un 14,4%, un punto y medio más. «Son diferencias que se notan en el IPC final», señala Ramajo. Por el contrario, en la alimentación la diferencia es mucho menor: 5,4% frente a 5,6% desde febrero de 2021. Así el resultado final es que la subida de precios sea mayor en la región.
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