![«El Partido Comunista llegó a tener en Extremadura más afiliados que el PSOE»](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/03/10/comunistas-R53A79hYpmlbKUb6QWJ6A4N-1200x840@Hoy.jpg)
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El enorme catálogo de fechas que José Hinojosa (Granja de Torrehermosa, 1966) tiene en su cabeza acaba de crecer con una nueva: el 3 de marzo de 2023. Ese día, el historiador leyó su tesis doctoral en la facultad de Filosofía y Letras del ... campus cacereño, en una sala tan llena que un grupo tuvo que escucharle desde la puerta. El jurado le concedió un sobresaliente cum laude, colofón extraordinario para un trabajo que empezó a gestarse en 1989, lo que significa que lleva con él más de media vida.
Ha visitado 14 archivos repartidos por España; ha entrevistado a figuras claves de lo que estaba estudiando, aunque eso implicara viajar al extranjero; ha recopilado documentos de aquí y allá; se ha encerrado a escribir durante horas; y todo ello, para poder trazar la evolución del comunismo en la región entre los años 1936 y 1939, una época clave de la historia del país.
'El Partido Comunista de España en Extremadura durante el Frente Popular: República y Guerra (1936-1939)'. Así se titula la tesis de Hinojosa, que ha tenido como director y codirector a los profesores de la Universidad de Extremadura (UEx) Enrique Moradiellos y Juan García, respectivamente.
«Los orígenes de esta investigación están en el plan de trabajo que me marqué al acabar los estudios universitarios, en 1989», retrocede el autor, que siendo un veinteañero llegó a ocupar cargos de responsabilidad en Comisiones Obreras. Dedicó su memoria de licenciatura a la historia del PCE en la comunidad durante la II República, y luego quiso profundizar en dos momentos concretos: los meses de gobierno del Frente Popular (la coalición de izquierdas que ganó las últimas elecciones de la Segunda República) y la Guerra Civil.
Los dirigentes locales, provinciales y regionales, la evolución en el número de afiliados y el perfil del comunista extremeño, las grandes líneas de la actuación política del partido en la comunidad, su relación con los socialistas... Todo esto lo ha analizado el historiador en su tesis, que está salpicada de nombres propios, entre ellos los de varias mujeres. Alguna, adelanta Hinojosa, con una vida merecedora de una biografía. «Están –cita el experto– Mariana Merino, Apolonia Gozalo o Rosa Caballero, que luego, en 1940, coincidieron las tres en la cárcel de Cáceres».
«El surgimiento de los primeros núcleos organizados de militantes del PCE en Extremadura durante el primer semestre de 1932 –explica Hinojosa– estuvo íntimamente relacionado con la aparición de fuertes tensiones internas en organizaciones políticas y sindicales de matiz socialista, como el PSOE, las Juventudes Socialistas o la UGT, en las dos capitales provinciales, desde donde intentaron expandirse al resto de una región eminentemente agraria y fuertemente ruralizada».
A finales de ese año, 1932, «el PCE decía contar con 500 afiliados, y a mediados de 1933 eran entre 1.000 y 1.500». Pero en 1934 se dan dos acontecimientos que el historiador considera «los verdaderos puntos de inflexión de las organizaciones comunistas extremeñas», que a partir de entonces empezarán a expedir carnés a un ritmo hasta entonces desconocido.
Son, concreta, «la huelga general campesina y la huelga general de octubre». En 1935, la formación había cogido la fuerza suficiente como para llevar acabo «una importante tarea de reorganización, consolidación y expansión en Extremadura». Y el triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936 supone un empujón crucial.
«En julio de 1936 –ese mes empieza la Guerra Civil–, el PCE tenía en Extremadura entre 8.000 y 9.000 afiliados, una cifra nada desdeñable y que podría situar a este partido con una afiliación igual o incluso superior a la del PSOE en la región». Eran casi todos hombres, la mayoría trabajadores del campo, «si bien en la ciudad de Cáceres, el militante tipo del PCE era un hombre joven, casado, con trabajo, asalariado, afiliado a la UGT y sin experiencia política previa».
Entre 1936 y 1939, la labor de los comunistas extremeños se centró en «el trabajo sindical, la defensa de la URSS, las actividades solidarias, una novedosa atención a las mujeres y la denuncia de autoridades tachadas de fascistas». «Ahora bien –amplía la tesis–, hay dos asuntos que recibieron una especial atención desde mediados de febrero a mediados de julio de 1936: el denominado problema del campo y la unidad de acción con los socialistas». Esta última, expone el historiador, no se logró en la medida que los comunistas deseaban.
Por la investigación de Hinojosa desfilan nombres de referencia en el PCE regional de esos tres años trascendentales. Entre ellos, los cuatro testimonios orales que ayudan a sustentar su tesis. Son Francisco Cordero Bazaga (de Aldea del Cano y candidato comunista en las elecciones a Cortes de 1933); Francisco Ruiz Morgado (de Torremocha, concejal en su pueblo tras el triunfo del Frente Popular); José Manzanero Martín (toledano, secretario general del PCE en Extremadura desde mediados de 1937 y a quien Hinojosa entrevistó en la localidad francesa de Bennecourt en el año 2002); y Alejo Mena Jiménez, cacereño que fue un miembro destacado de Juventudes Comunistas.
Otros nombres que aparecen en la investigación son los de Luis González Barriga, Severo Suero, Amalio Fatuarte, Juan Rodríguez, Nicañor Almarza, Joaquín Pérez, Benito Sánchez, Antonio Domínguez, José Montes, Máximo Calvo Cano, Antonio Villarroel Villarroel o Rafaela Brú Casanova.
Entre unos y otros van tejiendo la historia de una formación que mediado el año 1936 tenía radios (organizaciones comunistas locales) en más de cien poblaciones de la provincia de Cáceres, detalla Hinojosa, que es profesor de Secundaria y en el Centro de Educación de adultos de Cáceres.
Él explica en su trabajo que en octubre de 1936, los militares sublevados ya dominaban Extremadura, a excepción de las comarcas de La Serena y La Siberia en Badajoz, y de la localidad de Alía en Cáceres. La evolución de la contienda acabaría situando en el poder a los franquistas, «y tanto socialistas como anarquistas responsabilizaron a los comunistas de la derrota republicana en tierras extremeñas», expone el nuevo doctor en Historia, que tiene publicados una treinta de artículos sobre el siglo XX en la región.
Además, ha coordinado varias obras colectivas y es autor de dos libros (uno sobre las tropas republicanas en el frente extremeño durante la Guerra Civil y otra sobre Miguel Hernández y los combatientes republicanos en la región). En el ámbito asociativo, preside el Grupo de Estudios sobre la Historia Contemporánea de Extremadura y pertenece a varios colectivos que trabajan por la recuperación de la memoria histórica, como Amececa, Amical de Mauthausen o RedPromedex, entre otros.
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