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Lidia Tercero
Jueves, 11 de julio 2024, 15:25
La avería mecánica que se producía este miércoles durante el trayecto Sevilla-Plasencia, entre las localidades sevillanas de Cazalla y Guadalcanal, hizo que el viaje ... fuera toda una odisea para los pasajeros.
El fallo se producía sobre las 18.20 de la tarde, poco después de comenzar el viaje. Tras 15 minutos, un operario les informó que intentarían reparar la incidencia técnica pero los mecánicos no lo lograron. El tren se paró y no podían arrancarlo y se quedaron sin luz.
El convoy se detuvo en una zona de difícil acceso y con cierto peligro, ya que era una zona con bastante pendiente y pedregosa. Por ello, el revisor aconsejó a los 88 pasajeros que no salieran fuera.
Sin embargo, en el interior del tren no había cobertura por lo que algunas personas prefirieron salir, bajo su responsabilidad, con el fin de informar a sus familiares o incluso, conseguir agua ya que el tren no disponía de ella ni de comida. Las máquinas expendedoras no funcionaban al no disponer de electricidad, al igual que dejó de funcionar el aire acondicionado y tuvieron que abrir las puertas.
Tras un aviso por parte de la compañía Renfe, la Guardia Civil se personó hasta el lugar del incidente para obtener información y cooperar. Los pasajeros pidieron suministros por lo que se contactó con la Policía Local del siguiente pueblo donde pararían para que les proporcionaran agua al llegar.
El viaje comenzaba a las 16.50 y debía finalizar a las 20.30 en la ciudad de Mérida para continuar después hasta Plasencia. Sin embargo, se alargó más de tres horas para desgracia de los afectados.
Los viajeros veían a los funcionarios «ir de un lado para otro» pero no les proporcionaban suficiente información lo que provocó intranquilidad entre los afectados, lo cual hizo que el revisor les confirmara que llegaría otro tren desde Zafra o Mérida, pero tardaría entre una y dos horas, confirma uno de los viajeros.
«Íbamos a esperar la llegada de dicho tren para rescatarnos, pero no llegó» recuerda el afectado. Una hora más tarde, pudieron poner en marcha de nuevo el convoy y llegar al siguiente pueblo, donde le dieron el agua. Posteriormente, hicieron transbordo en Guadalcanal. Finalmente, llegó a Mérida sobre las 23.45 horas.
El perjudicado, como muchas otras personas, se lamenta de que los fallos e interrupciones no son sucesos esporádicos: «Mi madre suele visitarme desde Sevilla y le ha pasado varias veces, el tren se para cada dos por tres», critica.
Además, le resulta un itinerario demasiado pesado ya que el tren realiza muchas paradas por diferentes pueblos. «Las comunicaciones por tren desde Extremadura son lamentables. No es un secreto».
Pese a ser un contratiempo que no es una excepción, protesta que la información que les aportaba la tripulación «era escasa» y que no se contara con previsiones si es algo habitual.
Otra pasajera con destino a Hervás, llegó a Plasencia sobre las 1.40 de la mañana aproximadamente y a su localidad alrededor de las 3.00 horas de la madrugada.
El testigo afirma que hubo informaciones remitidas desde Renfe pero al no haber cobertura o luz para cargar las baterías de los móviles, no llegaron en esos momentos. Por ejemplo, él recibió el mensaje del retraso una vez que pudo encender su teléfono: «Decía que había una demora de 200 minutos», se sorprendía el afectado.
Igualmente, este jueves le han enviado una notificación en la que informaban sobre la devolución total del importe del billete como figura en su política de indemnizaciones y posventa. Mientras que a la mujer afectada no le ha llegado información por lo que va a poner una reclamación.
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