Un paso por delante de la pandemia

CARTA DE LA DIRECTORA ·

Manuela Martín

Badajoz

Domingo, 20 de septiembre 2020, 11:11

El verano ha terminado de la manera más abrupta. Y no solo porque hayan llegado las lluvias, sino porque de repente nos hemos dado de bruces con ese coronavirus que hemos querido olvidar en julio y agosto. Subida fuerte de contagios e incremento continuado del número de hospitalizados y muertos. Y restricciones. Muy fuertes en Madrid y más suaves en Extremadura. Las previsiones que hicieron en mayo los expertos, que llegaría una segunda ola en otoño, pecaron de optimistas. La ola se ha generado en pleno verano y nos ha empezado a golpear cuando todavía no se ha inaugurado el otoño.

Publicidad

«La pandemia siempre va un paso por delante», afirmaba el viernes la presidenta de la Comunidad de Madrid en un intento de explicar por qué se ha llegado a una situación tan complicada en la capital de España. Esa justificación, que podía valer en marzo, no es aceptable hoy. La pandemia debería ir un paso por detrás. En Madrid se ha tardado demasiado en tomarse en serio la crisis sanitaria. No se han puesto los medios que todos los expertos recomiendan: más test y más rastreadores. Mientras las tasas de contagios se desbocaban, con más de mil infectados por 100.000 habitantes en varios barrios, el Gobierno de coalición perdía el tiempo en guerras internas y demoraba la toma decisiones. Ojalá no sea tarde.

Extremadura no es Madrid ni en incidencia del virus ni en configuración urbana. Pero llevamos semanas observando cómo la situación empeora, y hasta los pueblos más pequeños han sentido el zarpazo de la pandemia con brotes que dan lugar a hospitalizados e incluso muertos.

Si para algo ha hecho esta pandemia, además de matar a cientos de miles de personas, es aplicar curas de humildad a diestro y siniestro. Países o regiones (y políticos) que sacan pecho hoy ven cómo en apenas una semana el pico de contagios empieza a subir y se descontrola. Toca agachar la cabeza y asumir que el virus nos iguala y que no se puede bajar la guardia ni un día.

Hasta ahora, Sanidad solo había aplicado restricciones en pueblos con brotes. Ayer el Gobierno extremeño dio un salto importante al aprobar nuevas limitaciones de aforo en la ciudad de Badajoz, la más poblada de la región. El incremento sostenido de positivos y el hecho de que estén repartidos por la ciudad hace temer a las autoridades sanitarias que la situación se descontrole. Y se quiere atacar antes de que eso ocurra. ¿Son suficientes las medidas aprobadas? Es probable que para muchos vecinos resulten excesivas esas limitaciones.

Publicidad

Badajoz, al contrario que Cáceres, tuvo la suerte de no ser demasiada afectada por la primera ola. Esa diferencia (en el área de Cáceres han fallecido 276 personas por 33 en la de Badajoz) ha provocado probablemente que los pacenses no perciban con tanta crudeza la gravedad de la pandemia.

La noticia de ayer –más positivos, nuevas restricciones en bares y reuniones– es un bofetón que hará ver a la ciudad, y a toda Extremadura, que el verano, la relajación que acompaña a todos los veranos, tiene que acabar si no queremos que el virus nos arrolle.

Publicidad

El hecho de que las medidas restrictivas se hayan tomado con el apoyo del Ayuntamiento, gobernado por el PP, puede ayudar a que se cumplan. Evitar las peleas políticas, que tanto han entorpecido la gestión de la crisis en España, ya es un éxito en sí mismo. Se trata al fin de conseguir entre todos ir un paso por delante de la pan

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad