«Teníamos comida, pero ya no nos quedaba agua y la Guardia Civil tuvo que traerla»

Tras pasar un día estupendo en el área recreativa 'Isla Margarita', justo al lado de la estación de Cazalla, sobre las 18.15 horas cogieron el tren para volver y cuando llevaban unos 15 minutos de viaje el tren frenó bruscamente causando una gran confusión. La causa, un conato de incendio en el Media Distancia 18779 entre Sevilla y Cáceres que obligó a interrumpir la circulación entre las estaciones de Guadalcanal y Cazalla. Una vía única en la Sierra Norte de Sevilla sin acceso por carretera.

La avería se registró a las 19 horas y los 170 viajers tuvieron que apearse y esperar hasta las 22.30 horas de la noche para empezar a ser trasbordados

Así lo recuerda Vanessa de Alba, una de las madres que viajaba con sus dos hijos y su marido. «Nosotros estábamos justo detrás del vagón de la locomotora, al principio, y de repente comenzó a llegar gente a nuestro vagón, a quienes los responsables del tren habían indicado que se desplazan hasta allí porque los motores del último vagón habían comenzado a arder y había mucho humo. Nos pusimos nerviosos, como es lógico, también por la zona en la que nos encontrábamos, en plena sierra y cerca de grandes pendientes que hacían difícil bajar del tren, y más con niños, pues había niños de todas las edades y bebés, que hacían el viaje con sus familias», explica Vanessa, que calcula que serían unas 150 personas de la AMPA del Manuel Marín las que hicieron el viaje, además de otros viajeros que también hacían esa ruta.

Poco a poco, como pudieron, bajaron del tren y se colocaron en una pequeña zona junto a las vías. Acudieron a asistirlos la Guardia Civil y los bomberos, que lograron controlar el fuego sin que hubiera consecuencias más graves.

«Lo peor fue la espera, en plena sierra, sin posibilidades de movernos por el terreno de pendientes y precipicios, y que se hizo de noche. En un principio nos dijeron que un tren que venía de Cáceres nos recogería en poco más de una hora, pero fue mucho más tiempo, estuvimos esperando hasta las 22.45 horas, cuando por fin llegó a por nosotros otro tren. Teníamos comida, porque llevamos de sobra para compartir entre todos, pero ya no nos quedaba agua, y la Guardia Civil tuvo que traerla», continúa Vanessa, que lamenta que no hubieran dado una solución más rápida a este suceso. «Fueron muchas horas de espera, sin poder movernos, con niños muy pequeños que, aunque se portaron bien, estaban muy cansados».

Finalmente llegaron a Zafra sobre las 12 de la noche, cuando la hora prevista eran las 19.30 horas aproximadamente, tras pasar muchos nervios y con mucho cansancio.