Peraleda de la Mata tiene algo fuera de lo común, inusual en un sentido literal de la palabra, y este sábado quiso presentarlo en sociedad ... . Es su círculo sagrado, que «básicamente es eso, un círculo cuya huella se ve clara aún en el entramado urbano y que tenía una función sagrada», explica Ángel Castaño, presidente de Raíces de Peralêda, la asociación que organizó el acto de difusión del hallazgo.
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En él, Castaño resumió una investigación de varios años. Que empezó él de manera casual. «En enero del 2016 –retrocede–, estaba buscando posibles restos de la antigua calzada que atravesaba Peraleda desde el antiguo pueblo romano de Valparaíso hasta la ciudad de Augustóbriga». Buscando esa línea recta con imágenes aéreas de Google Maps, el investigador –es profesor de inglés e hijo de Eusebio Castaño Castaño, cronista local– se sorprendió al descubrir que entre el caótico entramado urbano del pueblo se ocultaba la estructura de un círculo casi perfecto.
Ángel Castaño
Presidente de la Asociación Raíces de Peralêda
«Lo comenté en mis redes sociales, obtuve respuestas rápidamente y me puse a profundizar», continúa Castaño, que pensó primero que podía ser la plaza del pueblo, pero lo desestimó por el tamaño del círculo, demasiado grande. Más tarde trabajó con la hipótesis de que se tratase del pueblo en sí mismo, creado «dentro de un muro o empalizada circular».
Nuevas pesquisas le llevaron a bucear en el pasado y a manejar la idea de que ese círculo tuviera una función ritual asociada a algún lugar sagrado cercano. Y reparó en las ruinas de la iglesia de Santa María, hoy en mitad del campo. La intuición le llevó a medir el diámetro de esa estructura redonda, y a extrapolarlo en dirección a esa iglesia. Y resultó que los 126,70 metros que medía el círculo era también la distancia que había desde uno de sus extremos (donde se ubicó una de las cuartas puertas de acceso al círculo) hasta el centro del viejo templo.
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En esta línea de investigación, Ángel Castaño rescató los caminos de peregrinación a Santiago de Compostela en época medieval, y advirtió que Peraleda de la Mata era el punto en el que se cruzaban dos de ellos, lo que convertía al pueblo en un lugar de encuentro de peregrinos. Y recordó también los rituales extendidas en algunas partes del mundo, que se desarrollaban en recintos circulares y que buscan purificar a la persona, llenarla de energía positiva.
«Pensé –reconstruye– en cómo sería un lugar sagrado para los cristianos, para los romanos, para los celtas e incluso para los prehistóricos, pues Peraleda está en una importante zona megalítica y cerca del dolmen de Guadalperal». Y ahí, en esta última palabra, puede estar la clave.
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Porque el estudioso cree que ese círculo «claramente estuvo funcionando en la Edad Media pero muy probablemente, al menos en su parte física, fue creado en tiempos del dolmen de Guadalperal como parte del conjunto de estructuras megalíticas asociadas a él, y en ese caso estaríamos hablando de cinco ó siete mil años de antigüedad».
Ángel Castaño
Presidente de la Asociación Raíces de Peralêda
Hay que recordar que el dolmen del Guadalperal es un conjunto megalítico sumergido en el embalse de Valdecañas, que en los últimos años ha emergido varias veces, en años de sequía. Una de las últimas fue en 2019. La asociación Raíces de Peralêda, en su afán por divulgar el patrimonio local, se hizo eco de ello y atrajo la atención nacional e internacional. Incluso el Gobierno central envió expertos a estudiar el dolmen y se barajó la opción de trasladarlo a un lugar visible, fuera del agua, dada su valía.
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«El círculo tuvo su origen en una serie de crónlechs (monumentos megalíticos) que fueron erigidos en la zona probablemente en la misma época que el famoso dolmen de Guadalperal». «No olvidemos –continúa el presidente de la asociación– que esta zona del antiguo Vado de Alarza –una de las pocas en las que se podía cruzar el río Tajo– es una de las más interesantes de la península para la arqueología, desde tiempos paleolíticos, aunque hoy la mayor parte de los restos están sumergidos bajo el embalse y fuera de ahí no se han hecho excavaciones ni estudios serios».
En ese contexto del dolmen de Guadaluperal hay que situar el círculo sagrado, como hipótesis más factible, opina Castaño, que junto a sus compañeros de Raíces de Peralêda ha señalizado toda la estructura y el camino para llegar a él desde el Ayuntamiento, siguiendo unas flechas pintadas en el suelo. Además, han instalado varios paneles explicativos. Y este sábado presentaron en sociedad esa estructura enigmática, misteriosa, que esconde una historia sobre la que probablemente, no está dicha la última palabra.
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