El horizonte es 2023. En ese año se espera que Lithium Iberia esté extrayendo litio de la mina de Cañaveral, que se inaugure la fábrica de cátodos de Cáceres y que las primeras celdas de las baterías de salgan de la factoría que Phi4Tech pretende construir en la plataforma logística de Badajoz.
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Para cumplir ese calendario, el siguiente paso que dará la empresa será presentar el proyecto ante el Ayuntamiento de Badajoz. Lo harán antes de que finalice el mes de marzo con la intención de obtener lo más rápido posible la licencia para empezar la construcción. «Esperamos tener trabajando máquinas sobre el terreno a finales de este año o principios de 2022», señaló en la jornada de ayer Mario Celdrán, CEO de Phi4Tech, durante la presentación de esta iniciativa industrial.
Una vez que entreguen toda la documentación será el Ayuntamiento el que marque los plazos. «Llevará meses de trabajo desde el punto de vista técnico para que se otorgue esta licencia y se pueda cumplir con las fechas», apuntó Francisco Javier Fragoso, alcalde de Badajoz, muy satisfecho por la instalación de esta industria en la capital pacense.
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La intención de la empresa es construir la fábrica por fases. En concreto cinco. En cada una de ellas sumarán una capacidad de producción de 2 gigavatios (GW). Por ello, cuando entre en funcionamiento en 2023 podrá producir 2 GW, para lo cual se prevé una inversión de 80 millones de euros y la creación de 200 puestos de trabajo.
Si todo avanza según las previsiones de Phi4Tech, en 2024 habrán alcanzado la tercera fase y producirán 6 GW. En el último punto del proceso, con una producción de 10 GW, la inversión estimada es de 400 millones de euros y dará trabajo a 500 personas.
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La mina de Cañaveral
Es el primer paso del proceso. El origen de todo. La extracción de litio de la mina Las Navas, ubicada en el término municipal de Cañaveral, es el proyecto minero relacionado con este material más avanzado de la región.
Lithium Iberia, la empresa que va a explotar la mina, planea empezar su explotación a principios del año 2023. Con anterioridad deberá presentar el proyecto y la documentación ambiental, algo que hará a principios de verano. Junto al yacimiento minero, se instalará la primera planta de transformación para refinar la materia prima.
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Esa planta transformadora se empezará a construir a mediados de 2022 y el proyecto contempla desarrollar la actividad durante 19 años, de los cuales seis serían con explotación a cielo abierto y el resto subterránea.
La inversión estimada para la mina y la planta es de unos 318 millones de euros –175 millones en la fábrica de transformación y 143 en la mina– y la previsión es crear más de 400 puestos de trabajo, tal y como apunto ayer Alejandro Ayala.
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La elaboración de cátodos
El horizonte es 2023. Al igual que el resto de centros de transformación que componen el proyecto del litio en Extremadura, la idea es que la fábrica de cátodos empiece a producir dentro de un par de años. Esta factoría todavía no tiene ubicación exacta, pero sí se ha anunciado que será en la provincia de Cáceres. Allí se recibirá el litio refinado para elaborar uno de los componentes indispensables de la celdas de las baterías: los cátodos. De esta forma se cierra el círculo de transformación del litio en la región, ya que los promotores de la fábrica de celdas de baterías ya habían anunciado que recibirían los cátodos de una empresa externa.
Según el anuncio que se hizo ayer, la inversión prevista es de 200 millones de euros y dará empleo a 360 personas en la madurez de un proyecto cuyos responsables especificaron que está condicionada a la extracción de la materia prima, el litio.
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Mina en Monesterio
La compra de la mina de Aguablanca a Sacyr, cerrada desde 2016, a principios de este mes generó cierta sorpresa. En la sociedad que adquirió el yacimiento figuran Alejandro Ayala, Íñigo Resusta y Mario Celdrán, vinculados al proyecto del litio. Ayer Ayala declaró que esta mina forma parte proyecto para la elaboración de celdas de baterías en Extremadura. De Aguablanca se extraerá níquel, cobalto y oro, aunque hasta la fábrica de celdas de Badajoz derivará la producción de níquel. El cobalto no está previsto utilizarlo en este proceso. El níquel es un material imprescindible para la industria relacionada con la acumulación de energía y que está siendo muy demandado debido al avance del vehículo eléctrico. De hecho, su precio ha crecido un 132% desde que se cerró la mina extremeña. Cuando esté a pleno rendimiento el yacimiento, en él podrán trabajar unas 350 personas.
La fábrica de celdas
Se construirá por fases. En la factoría de Badajoz se fabricarán las celdas litio, que suponen el 80% del proceso completo de la elaboración de baterías. Estas celdas son las pilas de la batería. Están formadas por un ánodo y un cátodo. El primero se procesará en Badajoz y el cátodo llegará de Cáceres. Phi4Tech, la empresa responsable de la fábrica, tiene un acuerdo con Lithium Iberia para recibir litio que procede de la mina de Cañaveral, aunque también les llegará de otros yacimientos.
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La previsión es empezar a construir la fábrica a finales de este año y que las primeras celdas salgan de Badajoz 20 meses después. La capacidad de producción de la factoría será de 2 gigavatios (GW) en una primera fase para la que se necesita una inversión de 80 millones y generará 200 empleos. Cada una de las fases siguientes sumará 2 GW de producción; al llegar a 10 GW la inversión habrá alcanzado 400 millones de euros y unos creará 500 empleos.
Desde ahí, las celdas se enviarán para ensamblarse a otras factorías más cercanas a las plantas de automóviles y formar así las baterías.
Extremadura se postula. A todo. «No renunciamos a nada», declaró ayer Guillermo Fernández Vara, presidente extremeño, en una clara referencia al otro gran proyecto industrial de fabricación de baterías de litio que la ministra de Industria, Reyes Maroto, anunció en su visita a Martorell (Barcelona) hace un par de semanas, y al que aspiran comunidades como Aragón o Galicia. «Para cualquier otro proyecto que se pueda desarrollar en España nosotros estamos presentando nuestra candidatura», apostilló Vara.
Destacó que Extremadura tiene «suelo industrial urbanizado, sol, agua, potencia eléctrica, mano de obra y un tren que nos unirá con Madrid y con Lisboa para que nuestras mercancías salgan». Al mismo tiempo, abogó por seguir siendo discreto en sus conversaciones con Industria para esa otra gran fábrica. También se mostró esperanzado por el futuro de la región vinculado a la «economía verde». «Comienza un nuevo tiempo», dijo. «El de incorporarse a la revolución industrial del siglo XXI».
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