José A. Magariño se dispone a entregar un paquete, ayer en Cáceres L. C.

«No podemos entrar en las casas, por nuestra seguridad y la de los clientes»

Protagonistas del coronavirus ·

José Antonio Magariño Morgado, mensajero de Seur, explica a HOY cómo ha cambiado y transcurre en estos días de estado de alarma su jornada laboral

Miércoles, 25 de marzo 2020, 22:22

José Antonio Magariño Morgado tiene 43 años y es de Cáceres, donde reside con su pareja. Hace diez que trabaja de repartidor en Seur, con nave en Las Capellanías, desde donde diariamente entrega puerta a puerta cientos de paquetes en su ruta urbana. Primero formó parte de la plantilla de la compañía como contratado y hoy es autónomo. Reconoce que, personalmente, no pasa miedo porque va bien protegido. Sin embargo, otros compañeros, temerosos a infectarse del virus en las calles que recorren cada día, han optado por coger vacaciones.

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–Los repartidores son de las pocas personas que están trabajando en la calle, ¿cómo lo lleva?

–La verdad que bien, con respeto pero sin miedo porque llevo las medidas de seguridad oportunas. En las entregas no damos el paquete directamente, se deja en el felpudo y te apartas. Tampoco se firma en la 'PDA', con el nombre y DNI es suficiente. Otros compañeros, en cambio, lo llevan peor, sobre todo los que hacen pueblos. Al que tiene asignada la ruta de Arroyo de la Luz no le hacía gracia ir allí. Pero aquí en Cáceres lo llevamos bien.

–¿Ha cambiado su rutina laboral en estos últimos días?

–Sí, ha cambiado el ritmo de trabajo, que ha bajado. Por lo demás, las medidas de seguridad dentro de la propia empresa también se han extremado. Por ejemplo, no podemos acercarnos a las mesas de las compañeras de oficina, hay unos limites, y tenemos que mantenernos a dos metros.

–¿Cuál es el protocolo de entregas en estado de alarma?

–No tener contacto con el cliente. Puntualmente he tenido que entregar una cinta de correr a una señora y no se la iba quedar en el rellano porque pesaba 30 kilos. Le dije: «Señora, apártese usted», y se la dejé dentro de casa. Pero fue algo excepcional. Tenemos totalmente prohibido entrar en los domicilios, tanto por la seguridad de los clientes como por la nuestra propia.

–¿Teme contagiarse usted o contagiar a algún familiar?

–Yo no, porque guardo las medidas de seguridad y las respeto. Tenemos geles desinfectantes y cada cierto tiempo me lo aplico en las manos y guantes. Aunque puedo tener la mala suerte de contagiarme,

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–¿Cómo percibe el sentir de la calle y de los ciudadanos, usted que está fuera?

– Veo que hay miedo; la gente tiene miedo y se ha incrementado en esta última semana, sobre todo a la hora de entregar paquetes. En la calle a primera hora sigue habiendo tráfico, a las 07.30 de la mañana, que es cuando nosotros empezamos. Creo que un porcentaje bastante alto está concienciado pero siempre está el típico que se salta a la torera las normas.

«Laboralmente esto nos va a afectar a todos y nos va a costar salir, pero hay que salir, no queda otra»

–¿Están realizando más o menos entregas a domicilio que antes del decreto?

–Precisamente lo que se ha incrementado es la paquetería a domicilio y ha bajado la de entrega en empresas porque muchas están cerradas, excepto algo de farmacia y recambios para coches, como ruedas.

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–¿Ha tomado su empresa alguna medida de ajuste económico en estos momentos?

–Por ahora no se ha aplicado nada. Se están dando o tomando vacaciones voluntarias. El compañero que hacía Arroyo de la Luz, por ejemplo, se ha cogido diez o quince días.

–En sus años de trabajo, ¿recuerda alguna otra parada sectorial y económica tan drástica como esta?

–Nunca he vivido una situación así. El futuro próximo, de hecho, lo veo complicado, es un tema serio, laboralmente nos va a afectar a todos. Nos va a costar salir pero hay que salir, no queda otra. En lo personal, como he dicho, le tengo respeto, no miedo, guardando siempre la seguridad.

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