«Hemos podido perder la vida. Gracias a Dios pudimos salir de la ambulancia a tiempo». Así resume María Isabel Martínez los dramáticos momentos vividos ayer junto a su marido en un trayecto de Extremadura a Madrid. El vehículo sanitario de Tenorio salió ardiendo en la A-5 y acabó calcinado en el arcén cerca de Valmojado (Toledo). En la ambulancia viajaban seis personas: tres pacientes, uno de ellos Juan Pablo Delgado, marido de María Isabel, otros dos enfermos, un segundo acompañante y la conductora. Eran enfermos extremeños que se dirigían a los hospitales madrileños de La Princesa y Ramón y Cajal.
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El vehículo sanitario había recogido al matrimonio en Olivenza a las cuatro de la madrugada y después pasaron por Badajoz y Villanueva de la Serena para buscar al resto de pacientes. A Juan Pablo le iban a quitar unos puntos. «Fue operado la semana pasada. Le acababan de instalar unos estimuladores en el cerebro y tenían que quitarle los puntos del pecho, donde le habían puesto una batería».
Los hechos ocurrieron muy rápido y en cuestión de minutos la ambulancia estaba envuelta en llamas, devorada por el fuego. «Habíamos repostado en una gasolinera y una vez que volvimos a la autovía empezó a oler a quemado. Nos dimos cuenta de que salía humo de la parte delantera de la ambulancia». En ese momento la conductora, de 36 años, se apartó al arcén y paró el vehículo. «Yo me bajé a fumar y otras personas se quedaron dentro. Mi marido, que viajaba delante, también se bajó y ayudó a la conductora a levantar el capó para ver qué pasaba», relata María Isabel, aún con el susto en el cuerpo. Entonces se percataron de que todo se estaba quemando por dentro. Cogieron un extintor pero ya no se podía hacer nada, «así que nos alejamos de allí lo que pudimos». El vehículo empezó «arder muy rápido». Les dio el tiempo justo de sacar la documentación médica y material sanitario. El vídeo que acompaña esta información muestra por ejemplo las bombonas de exígeno y las camillas que los ocupantes salvaron en la cuneta.
María Isabel aún no se explica por qué ningún conductor de la autovía «se paró a ayudarnos». Primero llegaron la Guardia Civil y los sanitarios, que les tomaron la tensión y comprobaron cómo se encontraban. Los reflejos y la rápida actuación de los afectados evitaron que ninguno de ellos resultara herido. La conductora tuvo que ser atendida en el centro de salud de Valmojado por una crisis de ansiedad. Cuando llegaron los bomberos la ambulancia ya estaba calcinada.
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