Carla García Martín es de Jaraíz de la Vera y estudia Filología Hispánica y Clásica en el campus de Cáceres. «Soy la primera de toda ... mi familia que va a la universidad, la primera de todos en tener estudios superiores», comenta esta joven de 20 años.
Publicidad
Su madre, su padre, sus abuelos y sus tíos obtuvieron el graduado escolar, pero no estudiaron más. Es una situación que se da en gran parte de las familias extremeñas. Solo uno de cada cuatro cuenta con estudios superiores.
«Mi padre fue camarero y albañil y ahora está trabajando en una fábrica. Mi madre siempre ha trabajado en temas relacionados con la ayuda a domicilio y en residencias de mayores», detalla Carla.
Su padres son jóvenes. Ninguno pasa de los 50 años y son ellos los que le inculcaron lo importante que es contar con estudios superiores. «Tú que tienes la posibilidad deberías hacerlo, me comentaban. Lo que nosotros no hemos tenido te lo podemos ofrecer ahora a ti», asegura.
Publicidad
«Ellos están muy orgullosos de mí y me apoyan mucho. No entienden muy bien lo que estoy haciendo, pero se muestran muy felices y eso hace que me sienta más realizada», explica esta joven a la que le gustaría dedicarse a la docencia.
José Luis Centeno
21 años
«Quiero ser profesora de Hispánica o de Clásica en una universidad o en un instituto», afirma Carla, consciente de que el camino no será fácil porque la oferta de empleo en los centros privados no es mucha y tampoco suelen convocarse numerosas plazas para opositar en esas especialidades.
Publicidad
Ella tiene un hermano pequeño de 14 años y sus padres también quieren que estudie, según detalla esta joven desde la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras, en el campus de la capital cacereña
A apenas cien metros está el edificio de Formación del Profesorado y allí, un grupo de siete estudiantes hace un pequeño descanso antes de comenzar la siguiente clase.
Soledad Barras, de la localidad cacereña de Torreorgaz y de 24 años, es una de ellas. Estudia Educación Infantil y también es la primera de su familia que cursa una carrera. Lo dice orgullosa e incluso sorprendida, pues en un principio tampoco tenía intención de realizar un grado.
Publicidad
«Mi padre tiene hasta Primaria y luego se puso a trabajar como cerrajero. Ahora está en el paro. Mi madre sí obtuvo el graduado escolar y ahora trabaja en el Ayuntamiento. Mis abuelos se han dedicado toda la vida al campo», cuenta.
«Tengo un ciclo formativo de grado superior de Educación Infantil, pero como la vida está tan mal y si no tienes estudios no te contratan en nada, me metí en la universidad. Ahora estoy muy contenta por haber tomado esa decisión».
Publicidad
Soledad Barras
24 años
Asiente con la cabeza José Luis Centeno, otro joven que cursa el grado universitario de Educación Infantil. «Mi padre ha trabajado en cocina siempre y mi madre se puso a trabajar tras bachiller; ahora sus dos hijos vamos a la universidad. Mi hermano, de 18 años, y yo de 21, somos los primeros de nuestra familia que contamos con estudios superiores. Hacemos la misma carrera», cuenta este joven de Zalamea de la Serena. «Ellos querían que estudiásemos y están orgullosos».
Lo mismo le sucede a Laura Gómez. «Mi padre es barrendero y mi madre se dedica a la limpieza y se ha sacado la oposición de ordenanza. Mis abuelos tampoco fueron a la universidad», comenta. «Para ellos esto es algo nuevo», concluye.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Marc Anthony actuará en Simancas el 18 de julio
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.