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Con solo dos incendios, en agosto del año 2003 Extremadura vio arder 16.000 hectáreas. El fuego que afectó a Valencia de Alcántara (9.750 ... hectáreas) procedente de Portugal y consecuencia también de una tormenta seca, es de momento el que más daño en extensión de superficie ha ocasionado entre los siniestros forestales de Extremadura, junto al que tuvo lugar a finales de julio de 2005 en las Villuercas, en Cañamero, que alcanzó las 9.900 hectáreas quemadas; además, en la Raya fronteriza hubo que desalojar a unas 3.000 personas, que fueron desplazadas hasta Cáceres.
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Pocas semanas después, al de Valencia de Alcántara se añadía otro de grandes dimensiones precisamente en Las Hurdes; ardieron 6.300 hectáreas en un verano de 2003 que, como el actual, se alcanzaron muy altas temperaturas. En aquella ocasión, fueron los habitantes de Horcajo, Robedo, Avellanar, El Gasco y Caminomorisco los que tuvieron que abandonar sus viviendas, y 74 ancianos de una residencia de Azabal también fueron evacuados por precaución.
En Las Hurdes se registró otro importante incendio forestal en el verano de 2009, con más de 3.200 hectáreas calcinadas y cientos de evacuados; en 2012 se repetían las escenas de llamas en las proximidades de Caminomorisco y nivel 2 de peligrosidad, aunque en esta ocasión la superficie quemada fue de un millar de hectáreas.
Más reciente fue el incendio que asoló una parte de la Sierra de Gata hasta calcinar unas 7.800 hectáreas en el año 2015. En este caso, además del profundo daño medioambiental, también tuvo importantes consecuencias económicas inmediatas, al ser una zona muy apreciada para el turismo rural con un importante número de alojamientos que vieron perder sus reservas de verano. Después de este siniestro, surgió el proyecto Mosaico como modelo de gestión de la superficie forestal y agrícola para evitar la propagación de grandes incendios con un uso adecuado del terreno.
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Otro incendio forestal que afectó a una superficie muy amplia fue el que tuvo lugar en los Llanos de Cáceres, en 2004, que quemó 4.400 hectáreas, aunque en este caso sin masa arbolada, pero sí en una zona valiosa por ejemplo para la avutarda.
En el fatídico verano del 2003 también hubo fuegos por encima de las 3.000 hectáreas calcinadas en Grimaldo y Alcuéscar, y un poco menos en Acebo, en la Sierra de Gata.
También hay que recordar el gran incendio de agosto de 1991 que afectó a términos municipales de Gata y Hurdes partiendo de Torrecillas de los Angeles y que acabó con 7.000 hectáreas quemadas. El daño medioambiental fue muy importante.
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