Rafael Lemus y Marisa Murillo. HOY
Crisis social y económica

El PSOE expulsa a la alcaldesa de Alburquerque

El secretario provincial, Rafael Lemus, ha perdido la confianza en ella y le ha pedido esta mañana que abandone su cargo público ante la «lamentable» situación de la localidad

J. López-Lago

Viernes, 26 de marzo 2021, 12:41

Al PSOE le ha estallado en las manos el caso de Alburquerque, que tiene a su alcaldesa, Marisa Murillo, ahora mismo en el alambre. La población (5.300 habitantes) padece una crisis económica, social y política que ya trasciende su término municipal.

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Es económica y social porque hay casi doscientos trabajadores municipales que no cobran hace cuatro meses, y servicios públicos como la guardería han tenido que cerrar, además de una polarización del pueblo que da lugar a tensiones entre los vecinos hace años. Y es política no solo porque hayan dimitido la teniente de alcalde y dos concejalas del gobierno municipal socialista en la última semana por la puerta de atrás, sin que el partido lo supiera y sin dar explicaciones más allá del socorrido «motivos personales», sino porque a la primera edil cada vez le quedan menos apoyos.

El PSOE hasta ahora se ponía de perfil y evitaba pronunciarse sobre la complicada gestión de esta localidad. Pero este viernes anunció que expulsaba a su secretaria local, Marisa Murillo, «debido al clima de desencanto y rechazo que se está produciendo», señaló el secretario provincial del partido, Rafael Lemus. Este le pidió desde el atril de una rueda de prensa en Badajoz que abandonara el puesto de alcaldesa. La última vez que ambos hablaron fue hace diez días y por teléfono, reveló.

No es el primer varapalo que sufre la regidora, que el 12 de enero fue destituida como diputada provincial del Bienestar Social, un gesto que ya avisaba de que sus superiores tenían puesto el foco sobre ella.

Desde entonces Murillo rehúsa hacer declaraciones y este viernes tampoco atendió ninguna de las llamadas telefónicas de este diario. La presión a su alrededor es cada vez mayor. El jueves por la noche, fue abucheada con gritos de 'dimisión' a la salida del pleno municipal. Al día siguiente, este viernes, el PSOE obvió este comportamiento vecinal y se desmarcó aún más de Murillo. «Lo que ha ocurrido para dar este paso ha sido una pérdida del control del pueblo y de la situación pública (...). Se le encomendó que presentara un plan de viabilidad que tuviera como objetivo recortar la abultada deuda que el Ayuntamiento de Alburquerque había contraído, y hasta el momento el PSOE no ha recibido noticia alguna. A esto añadimos que la Ejecutiva provincial se ha enterado por la prensa de la dimisión de varias ediles, no obteniendo ninguna información de dicha crisis», dijo Lemus antes de anunciar su expulsión «de manera inmediata», enfatizó.

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El PSOE gobierna holgadamente con nueve concejales contra cuatro de Independientes de Alburquerque (Ipal). Al grupo socialista le quedan seis ediles tras las tres dimisiones, pero otra anomalía derivada de la situación de este municipio es que no consta que ninguno de los siguientes en la lista quiera ocupar su escaño con este panorama. Lemus manifestó este viernes no saber qué ocurrirá al respecto.

Tampoco se espera que Murillo entregue su acta de concejala, por eso el secretario provincial dijo que ha propuesto al resto de concejales del grupo socialista que promuevan una moción de censura contra la actual alcaldesa. Eso mismo lo planteó en el pleno de este jueves Independientes por Alburquerque (Ipal).

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Designada por Vadillo

Para entender cómo se ha llegado hasta aquí hay que saber que Marisa Murillo es concejala desde 2007, y en 2019 fue designada candidata por su antecesor, el exalcalde Ángel Vadillo, que en 1995 arrasaba electoralmente con su propio partido, en 1999 fue fichado por el PSOE y en 2012 lo expulsó por sus problemas con la justicia (fue condenado por amenazas a una vecina), lo que lo llevó a quedar inhabilitado para cargo público. Murillo ganó de calle hace dos años y luego hizo a Vadillo asesor-portavoz del grupo municipal socialista, aunque tras los últimos acontecimientos no da señales.

Mientras se decía que Vadillo seguía moviendo los hilos municipales varios hechos recientes han supuesto un punto de inflexión en este pueblo. Por un lado, la bancarrota de este municipio con una exagerada plantilla de trabajadores públicos que no cobran ha dado lugar desde enero a que cada sábado se produzca una concentración frente al Ayuntamiento, que cada semana es más numerosa.

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La chispa la prendió un policía local que se declaró en huelga de hambre por no cobrar y que supone la mitad de la plantilla, pues el resto de agentes se ha ido, pidieron el traslado en los últimos años para no lidiar con la Corporación municipal.

Por otro lado, un diputado nacional del Partido Popular, Víctor Píriz, ha enviado a Fiscalía varias supuestas irregularidades detectadas, como justificaciones de obras no realizadas del Aepsa, dinero apropiado de manera indebida por el Ayuntamiento de la cuota obrera a la Seguridad Social de sus empleados o facturas falsas para quedarse con la subvención del festival Contempopranea, caso que se está instruyendo en un juzgado de Badajoz.

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Según dijo este viernes Rafael Lemus, «los socialistas no vamos a permitir que Alburquerque se hunda por la mala praxis de su regidora».

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