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Lourdes Baquero
Lunes, 7 de octubre 2024, 14:20
La lengua azul se trata de una enfermedad vírica infecciosa, también conocida como fiebre catarral ovina, que se transmite a través de un insecto vector. Los vectores son infectados con el virus tras ingerir la sangre de animales contagiados, y sin éste, ... la enfermedad no puede transmitirse.
El virus afecta principalmente al ganado ovino, y se propaga a través de la picadura de diferentes especies de mosquito del género Culicoides, donde la gravedad de la enfermedad varía según el serotipo y la especie. Se han identificado veinticuatro serotipos diferentes.
La lengua azul ha ido expandiendo su margen geográfico. Actualmente, algunos serotipos se encuentran en países del sur de Europa y pueden ser enzoóticos en esta región. En el 2006, un virus de serotipo 8, que pudo provenir de África, causó algunos brotes en Alemania, Bélgica y en Países Bajos. Debido a la capacidad de adaptación del vector a las condiciones climáticas europeas, este virus ha podido expandirse por toda Europa.
Esta enfermedad vírica está estrechamente relacionada a los del serogrupo de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE), y la capacidad de cada uno en provocar la enfermedad varía considerablemente.
Los síntomas en estos animales también varían según las diferentes especies, con signos más graves en el ganado ovino, que puede llegar a causar la muerte. Para confirmar el diagnóstico se requieren pruebas de laboratorio.
La transmisión del virus de la lengua azul puede ocurrir durante todo el año, pero es más frecuente durante los periodos de lluvia. Los bovinos infectados pueden servir como una fuente de virus por varias semanas sin mostrar síntomas evidentes.
El virus también se ha encontrado en el semen de carneros y toros, y puede transmitirse a las vacas y ovejas, pero este no es un mecanismo de transmisión habitual. También puede transferirse al feto mediante la placenta.
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Salvador Vallejo Caballero
Con el objetivo de evitar la propagación de la enfermedad, se están estableciendo medidas de control y prevención para frenar los contagios. Principalmente se pretende controlar y vigilar el ganado de forma exhaustiva para intentar identificar a tiempo el ganado afectado. Tras la identificación de los afectados, es necesario llevar a cabo restricciones en los desplazamientos hasta que sea posible la vacunación. Esta es la medida y solución más eficaz para frenar la expansión del virus y los contagios entre el ganado.
Otro procedimiento a seguir para evitar la expansión del virus es la evacuación de todos los animales de las explotaciones infectadas, limpieza y desinfección completa, control de insectos y garrapatas y el control del movimiento y vigilancia.
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