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«Siendo la comarca del agua no tenemos ni una sola hectárea de regadío en ninguno de sus municipios. Es inexplicable». A Saturnino Alcázar, alcalde de Herrera del Duque, le sobran los motivos para argumentar por qué el Ayuntamiento herrereño quiere convertir 208 hectáreas de su dehesa boyal, donde abunda el pastizal más que las encinas, en zona de regadío para cultivar ciruelas, nectarinas, melocotones, almendros y, en menor medida, olivar. El Consistorio herrereño quiere aprovechar una mínima parte del agua que almacena la presa de García de Sola para transformar un terreno de secano y generar empleo no solo en la localidad sino en La Siberia.
«Pocos proyectos tan evidentes como este para fijar población en una de las zonas más despobladas de Extremadura», relata Alcázar a HOY. Mientras la comunidad autónoma tiene una ya de por sí baja tasa de 25,6 habitantes por kilómetro cuadrado, en Herrera del Duque (3.480 habitantes, el pueblo más grande de La Siberia) esa densidad poblacional cae hasta los 12,3 habitantes por kilómetro.
«Nos sobran hectáreas para poder desarrollar proyectos como el de regadío que impulsa este Ayuntamiento y en el que llevábamos tiempo trabajando. Y, sobre todo, nos sobra mucha agua, recursos que se pueden optimizar aún más para ayudar a la vida de la gente», remata el regidor.
En La Siberia se agolpan, de forma consecutiva, tres de los grandes embalses de Extremadura. Son el de Cijara (1.505 hectómetros cúbicos de capacidad), García de Sola (554 hm3) y el de Orellana (808 hm3). Están interconectados. Por si fuera poco, el segundo gran embalse de Europa y el primero de España, el de La Serena, tiene buena parte de sus aguas en municipios de la comarca.
La Consejería de Medio Ambiente y Rural ha iniciado la evaluación de la declaración de impacto ambiental de la propuesta de transformación en regadío, fundamentalmente para frutales, de terrenos de la dehesa boyal de Herrera del Duque. La finca municipal tiene un total de 1.255 hectáreas.
SATURNINO ALCÁZAR, Alcalde de Herrera del Duque
Una declaración ambiental determinante a la hora de que la Confederación Hidrográfica del Guadiana conceda agua para regar a través de la presa de García de Sola (también conocido como Puerto Peña), muy cerca de la pedanía de Peloche, a ocho kilómetros del casco urbano de Herrera del Duque.
La petición es de 1.218 metros cúbicos al año. Para poder llevar el agua hasta la dehesa boyal se extendería una red de tuberías que alcanzan un total de 15,5 kilómetros. El agua que llegue de Puerto Peña se almacenará en una balsa elevada de riego con capacidad de 26.572 metros cúbicos que estará en la propia finca comunal.
Las claves del proyecto de regadío pasan, de una parte, por cultivar a lo largo de 208 hectáreas 82,75 hectáreas de nectarina y ciruela; 84,68 de almendro y olivar; y 28,46 de melocotón. Serían, en el caso de los frutales, variedades tanto tempranas como tardías para poder escalonar las labores agrícolas y de recolección.En el caso del olivo, se va a poner intensivo.
De otro lado, la inversión prevista para llevar el riego por goteo ronda los tres millones de euros. «El planteamiento es que sean pagados entre el Consistorio y la Junta», indica Saturnino Alcázar.
Son cultivos, se resalta en el informe presentado para la evaluación ambiental, «de alta rentabilidad y elevada demanda de mano de obra, que garantizan la viabilidad económica y social». La diversidad de los mismos genera más empleos, se enfatiza, además de que, en caso de que surjan plagas, sean más sencillas de controlar.
El proyecto presentado ante Medio Ambiente y Rural contempla que se verán afectadas en la dehesa boyal 1.116 encinas, de las que 170 se encuentran en mal estado. Unas 500 serían taladas y el impacto se reduciría porque por cada encina que desaparezca se plantarían otras tres en esos terrenos del Ayuntamiento de Herrera del Duque.
El Consistorio estima que la declaración ambiental para el nuevo regadío debe estar lista antes de que acabe el próximo verano.
El proyecto de regadío impulsado por Herrera del Duque ha mirado en parte a otro promovido por otro ayuntamiento, en este caso, el de Villanueva del Fresno, que ha logrado concesión de aguas del pantano de Alqueva, un máximo de 2,9 metros cúbicos al año para poder regar. En el municipio fronterizo acaban de comenzar las obras de la transformación en regadío de 260 hectáreas la finca comunal para poner frutales. Generarán 65.000 jornales anuales en la zona. La actuación tiene un coste de 1,8 millones.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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