![El regadío de Tierra de Barros, al borde del precipicio al perder 3.500 hectáreas de extensión](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/12/18/Hurtado-RyMCakmfsmaAcFGlYH2spiM-1200x840@Hoy.jpg)
![El regadío de Tierra de Barros, al borde del precipicio al perder 3.500 hectáreas de extensión](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/12/18/Hurtado-RyMCakmfsmaAcFGlYH2spiM-1200x840@Hoy.jpg)
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«La opción de rendirse no está de momento sobre la mesa pero la situación del proyecto está peor que nunca en los últimos diez años, desde que comenzó su tramitación administrativa. El desánimo es total entre los regantes». Isidro Hurtado, presidente de la comunidad ... de regantes de Tierra de Barros, no esconde que el llamado a ser un proyecto estratégico de la agricultura extremeña, y por extensión de una comarca, se encuentra en un callejón sin salida. La Junta de Extremadura, promotora del proyecto, ha planteado a los regantes un nuevo convenio que sustituya al anterior, pero este es calificado de «inasumible» por los regantes porque pierden 3.500 hectáreas. No solo eso.
Los agricultores tienen ahora muchas dudas sobre la voluntad política del Gobierno regional de apoyar financieramente el plan, como se había comprometido. A los 104 millones del proyecto que se destinan a otras medidas del Plan de Desarrollo Rural se suman otros 27 millones retirados del plan estratégico de la PAC.
«Estamos peor que nunca. No es posible firmar un convenio nuevo con lo que nos plantea la Junta», relata Hurtado, que el lunes pasado tuvo una reunión con el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero; la directora general de Infraestructuras Rurales, Patrimonio y Tauromaquia de la Junta, Yohana Balas; y el director general de Sostenibilidad, Germán Puebla. Entiende Hurtado que mantener un convenio en el que la financiación con fondos europeos es imposible, como recoge el texto vigente, obliga a una revisión pero no desde luego en los términos que plantea el Ejecutivo de María Guardiola.
La comunidad de regantes de Tierra de Barros celebró en la noche de este martes una asamblea, y en ella se ha trasladado la información disponible en estos momentos. Relata el presidente de la comunidad que la Junta ha dicho que no se puede incluir en el nuevo convenio alrededor de 3.500 hectáreas que tenían los agricultores en lista de espera, terreno de reserva para cubrir bajas previsibles por el fallecimiento, cese de actividad o renuncia de otros agricultores en este largo periodo de tramitación del proyecto.
«En mayo que viene cumple diez años de tramitación. En un periodo tan largo es lógico que haya hectáreas que desaparezcan del plan de regadío porque sus propietarios fallecen o cesan en la actividad. O renuncian a ellas viendo el cariz que está tomando esto. Por eso, desde un inicio, habilitamos una lista de espera con otros agricultores y otras hectáreas que suplieran esas bajas. Hay terreno de sobra. Siempre se nos dijo que se podría echar mano de ellas en caso de que se produjeran bajas pero la Junta nos dice ahora que no puede cubrir el hueco dejado porque no lo permite la declaración de impacto ambiental aprobada. ¿Quieren hacer una nueva declaración de impacto, con el tiempo de tramitación que eso supone y sin saber ahora si va a ser favorable o no?», subraya Isidro Hurtado.
Relata que pasar de un proyecto planteado, con unos costes y una rentabilidad vista para alrededor de 15.000 hectáreas a otro recortado a poco más de 10.500 es «inviable. Y la Junta lo sabe». Además, los regantes trasladan su cada vez mayor escepticismo sobre la voluntad real del actual Ejecutivo extremeño para sacar adelante el proyecto de regadío.
«Nos dicen que van a poner 20 millones al menos para el próximo año. Pero no hay certeza ni que se pongan realmente ni se retome el proyecto. Y, además, a 20 millones por año, ¿cuándo estaría ejecutado el regadío? ¿Cuántos agricultores quedarían entonces activos?», se pregunta.
En este sentido, cabe recordar que las previsiones actualizadas apuntaban a un coste que rondaría los 300 millones de euros, de los que 70 los deben poner los agricultores. «Nosotros tenemos que poner esa cantidad, sí o sí. ¿Y qué hacemos, empezamos a poner ya los avales y a pagar intereses con la incertidumbre de si la Junta va a cumplir con su financiación y cuanto antes», cuestiona Hurtado.
Por eso, tras la asamblea de los regantes de ayer, el mensaje de los agricultores se mueve entre «el desánimo total» y, de momento, la «lucha por mantener vivo este proyecto porque no tenemos otro futuro más que apostar por el regadío. Lo sabemos aquí y sobre todo lo saben en otras zonas de la región. Esto no es un proyecto para agricultores, esto es un proyecto para una comarca, para su desarrollo y su futuro de riqueza».
Los regantes de Tierra de Barros -añaden- no piensan firmar un nuevo convenio en las condiciones que lo plantea la Junta de Extremadura e insisten en que «es el momento, si verdad apuestan por el proyecto, de certezas. Y no las hay en absoluto. Se acabó el momento de las declaraciones y los golpes de apoyo en la espalda de los agricultores. La voluntad se demuestra con hechos».
Isidro Hurtado concluye que hay que dar «solución» al proyecto y no plantear medidas que lo hacen inviable. «Si hay que dar carpetazo al proyecto, por los agricultores no va a ser pero todo tiene un límite».
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