El convenio de Albufeira merece una revisión. Es lo que piensan los regantes extremeños. El tratado firmado en 1998 por España y Portugal para gestionar los ríos comunes, en el caso extremeño el Tajo y el Guadiana, debería retocarse para evitar desembalses en la zona ... extremeña del Guadiana que sirvan para llevar más agua a Portugal cuando aquí escasea.
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El embalse de Alqueva, el mayor de Europa occidental, permitiría una modificación del tratado en ese aspecto, estiman. El cambio se puede introducir en 2026. Para eso habría que empezar a negociar el próximo año entre los dos países.
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Celestino J. Vinagre
El convenio de Albufeira recoge que los ríos Tajo y Guadiana deben llegar con un caudal mínimo cuando entren en territorio portugués. Una condición que sin muchos problemas se ha podido cumplir generalmente desde el año 2000, cuando entró en vigor, pero que ha conllevado esfuerzos extraordinarios desde el lado español entre 2021 y 2022.
¿Qué ocurre cuando hay sequía? En el convenio se contemplan unos «periodos de excepción», en los que no se aplica el requisito de entrega de los volúmenes previstos. Estos se determinan comparando «las precipitaciones en una serie de estaciones durante los meses previos con los valores medios de una serie histórica».
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Especialmente en los últimos años, esos indicadores no ha permitido reflejar una situación de sequía que se estaba dando en el Guadiana español. Esto ha propiciado que en años de precipitaciones bajas, pero que no alcanzan la situación de excepción, ha sido necesario aliviar desde pantanos extremeños para alcanzar los volúmenes de entrega mínimos.
En verano y con embalses extremeños con poca agua, se ha visto cómo la presa de Villalba de los Barros ha soltado agua al Guadajira para que el Guadiana acumulara caudal. Nunca, subrayan los regantes, se ha llevado a cabo una reducción de la aportación del agua desde la zona extremeña a pesar de momentos de sequía.
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En octubre de 2022 los gobiernos luso y español admitieron un posible cambio en el convenio de Albufeira. En noviembre, dijeron, se iban a reunir para esa revisión. No se hizo y ahora sería legalmente posible en 2026. HOY ha preguntado la semana pasada al Ministerio para la Transición Ecológica sobre este asunto pero no ha obtenido respuesta.
«El convenio está bien. Pero se hizo antes de que funcionara Alqueva y este lo cambia. Cuando lo ves casi lleno desde hace años y aún así hay desembalses desde presas extremeñas a Portugal... No estoy de acuerdo», expresa Francisco Sánchez, presidente de la Plataforma de Comunidad de Regantes de Extremadura.
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Alqueva, con 4.150 hectómetros cúbicos de capacidad, y con 3.700 embalsados ahora, se inauguró en 2002. Cuando se firmó el tratado de Albufeira estaba en construcción. El embalse riega 120.000 hectáreas en Portugal y produce energía eléctrica a través de 380 megavatios.
«Los convenios son normas vivas, revisables y no parece normal que no se haya revisado desde cuando entró en vigor», añade Luis Gutiérrez, presidente de la comunidad de usuarios del canal de Orellana. Es la que más regantes –unos 6.000 agricultores– y hectáreas –58.000– tiene de la región.
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Explica que hay una «realidad y una impresión» en este asunto. Lo primero es que «en los últimos cinco o seis años las lluvias se han acumulado sobremanera en la parte oeste, en la frontera con Portugal. En las Vegas Altas del Guadiana han sido mucho menos».
La impresión tiene que ver con las imágenes de desembalses de presas para cumplir con los lusos. «Impactan, pero con los números que he conocido no es tanta agua la liberada», afina. Con todo, Gutiérrez mantiene que hay que dar una vuelta al convenio de Albufeira. «La revisión tiene más sentido aún en un contexto de cambio climático y luego está también que Portugal tiene Alqueva», finaliza.
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La revisión del convenio de Albufeira es otro asunto también planteado por los regantes de la provincia de Huelva, que demandan usar más agua para sus cultivos del Guadiana internacional.
En el final de 2023 se empezó a arreglar la sequía y definitivamente esta desapareció en el primer cuatrimestre de este 2024. Tanto que en clave agraria los temores sobre una nueva campaña de regadío se han esfumado. Con lo que hay en los embalses extremeños del Guadiana, se asegura agua para dos campañas de riego. Incluso, con una mejor gestión de los recursos hídricos por parte de los regantes y con unas precipitaciones normales al acabar este año, podría haber agua suficiente para tres campañas. Se trata de una situación impensable hace pocos meses tras la falta de agua en las dos últimas campañas de regadío.
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