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«Nos dimos cuenta que algo había pasado porque un trabajador entró con su coche y quedó atascado en una arqueta. Entonces es cuando nos ... dimos cuenta que la habían levantado. Que habíamos tenido, de nuevo, la visita de ladrones». Juan Carlos Durán, presidente de la cooperativa Nuestra Señora de la Soledad de Aceuchal, no esconde su hastío. Ni su preocupación. Otra vez los delincuentes, grupos organizados de robo de cobre, vuelven a aparecer por las instalaciones de la sociedad cooperativa 'piporra' en la que están 800 agricultores asociados. En la última semana de febrero, 'La Soledad' junto a Bodegas Romale, en Almendralejo, fueron dos de las empresas damnificadas por la sustracción de abundante cableado de cobre. Y a principios de año lo fue el grupo cooperativo en el que están, Viñaoliva, también con sede en Almendralejo, el que más factura de Extremadura.
Acaba de trascender que entre el jueves y el viernes pasado una nueva oleada de intentos de robos acaban de producirse en la comarca de Tierra de Barros. Esta vez, al menos, se han quedado en intentos pero el enfado de empresas agroalimentarias y agricultores no se mitiga en absoluto. En el caso de Aceuchal, cuenta Juan Carlos Durán que los ladrones no se han llevado cobre porque todavía no está repuesto el que robaron a finales de febrero, unos 2.500 kilos, con unos daños estimados en alrededor de 100.000 euros.
«Lo han vuelto a intentar a hacer y lo malo es que pensábamos que iba a ocurrir. No nos han hecho daño esta vez pero porque no estaba repuesto el cableado; si no, estamos en las mismas», agrega el presidente de la cooperativa de Aceuchal. «Tenemos mucha preocupación y son sentimos indefensos», subraya. Lo dice mientras destaca que la ubicación de la cooperativa, en un sitio de la localidad en el que hay próximas viviendas habitadas, no ha espantado a los ladrones.
A pocos kilómetros, en Almendralejo, otra vez los delincuentes han visitado Romale. Una de las grandes bodegas extremeñas ya sufrió un robo a finales de febrero. Ya tenía repuesto el cobre. Esta vez no se lo han llevado porque las principales arquetas tenían un sistema reforzado de protección que han impedido levantarlas para llevarse el cable. «Sabíamos que iba a pasar y ha pasado. Por eso hemos reforzado los sistemas de protección. La verdad es que no vemos que haya muchos avances para detener a una banda que ha vuelto a hacer de las suyas al poco tiempo de haber robado. Porque son los mismos», relata Diego Nieto, agricultor y dueño de Bodegas Romale.
En Villafranca de los Barros, en la cooperativa de San Isidro, junto al polígono industrial, el intento de robo tuvo otra matiz. Fue el viernes, poco después de las 21.30 horas. «Esa tarde-noche teníamos el consejo rector reunión en la cooperativa. Lo sabían (los ladrones). Nos estuvieron vigilando y esperaron a que nos fuéramos para robar. Pero saltó la alarma y salieron huyendo», indica a HOY su presidente, Juan Casto.
La cooperativa villafranquesa, con 690 socios, ha instalado un sistema de alarma perimetral y otro independiente dentro de las instalaciones de la sociedad agraria. «A los diez minutos de terminar la reunión e irnos saltó la alarma. ¡A los diez minutos! Sonó y no les dio tiempo a robar. Solo a salir corriendo. Hicieron un agujero por el vallado y se montaron en una furgoneta blanca. Allí les estaba esperando el resto del equipo de delincuentes para huir», finaliza Casto.
Ante esta situación, la Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo (Clygal) acaba de emitir un comunicado en el que denuncia una nueva oleada de robos de cobre en la industria agroalimentaria de Almendralejo, en naves agrícolas y casetas de riego en el campo. La Clygal exige a la Delegación del Gobierno que dote a la Policía Nacional y a la Guardia Civil «de los recursos humanos necesarios para perseguir a estos delincuentes».
La Comunidad de Labradores considera que no se puede permitir «semejante impunidad ante el incremento de la delincuencia, ya que hace poco más de un mes asistimos a episodios similares, e instan a los responsables con competencia en materia de seguridad que actúen con urgencia y contundencia para acabar con esta lacra».
Añade que es «intolerable que cada cierto tiempo se produzcan estos saqueos de cobre de las acometidas industriales, y robos en naves agrícolas y casetas de riego como en el campo como ocurre en la actualidad», y exige a las autoridades que controlen vigilen y «persigan a estos delincuentes y a quienes actúan como receptores de la mercancía robada».
La Comunidad de Labradores va más allá en su denuncia y señala que si produce «alguna desgracia personal» culpabilizará a la Delegación del Gobierno. «Los responsables serán quienes, teniendo la competencia de velar por la seguridad, son incapaces de acabar con esta lacra», sentencia en su comunicado.
La asociación agraria dice que, de no adoptarse medidas «para acabar con este saqueo», no descartan llevar a cabo «las acciones de presión que consideren oportunas»
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