Reputación

La confianza no se gana derrochando simpatía sino cumpliendo honestamente con lo que se compromete uno en cualquier asunto. El paro, la falta de disciplina fiscal y el incumplimiento de compromisos lastran la reputación de cualquiera y todo se puede inevitablemente enquistar teniendo luego pocas salidas.

No podemos aparentar ir como un país serio cuando no lo somos. Van diciendo que no gasta más de lo que ingresa, cuando sabemos que eso es poco creíble de esta industria política que nos invade. Con estos antecedentes y las irresponsables expectativas del 'Sanchismo' poco pueden confiar en nosotros la UE.

Si seguimos así, viviendo al día y poniendo parches, no solo perdería el crédito del Gobierno, sino también el de todos los españoles cumplidores con sus deberes y con una reputación intachable, pero abocados a una cruel y triste recesión. No obstante, todo el dinero que nos quieran enviar será de alguna manera bienvenido.

El futuro en todo caso es bastante incierto posiblemente por algunas conductas inapropiadas.