Paciente durante una operación de riñón a través de un robot la semana pasada en Badajoz. Casimiro Moreno

El robot cirujano del SES empieza a ganar terreno en el quirófano

Hospital Universitario de Badajoz ·

Urología ya usa el robot Da Vinci en todas las operaciones oncológicas de próstata y se ha lanzado a por otro tipo de intervenciones

Domingo, 9 de junio 2024, 07:42

La paciente ya está anestesiada y de costado. A la altura de su riñón derecho el cirujano ha hecho cuatro marcas con rotulador. Justo ahí ... un láser abre cinco orificios en su abdomen y un brazo metálico penetra con una cámara y una luz que alumbra el interior. Cada uno de los otros agujeros tiene ocho milímetros de diámetro y por él pasan herramientas minúsculas que pinzan y cortan tejidos internos con precisión extrema.

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Todo lo que ocurre en el interior de la persona se ve por dos pantallas, una de ellas en tres dimensiones, por eso el urólogo Ángel Abengozar lleva unas gafas oscuras especiales. Él se encarga de guiar uno de los brazos. Los otros, numerados del uno al cuatro, parecen extraídos de un androide. A menos de tres metros los mueve desde la esquina del quirófano el doctor Juan Alonso Cabo, jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario de Badajoz. Él es quien da las órdenes, es la persona la que está operando, no el robot, aunque a esta novedad que crece exponencialmente por los quirófanos de todo el mundo se la llame cirugía robótica y en ocasiones se dé a entender que las máquinas van colonizando los hospitales.

El doctor Cabo, que trabaja en el SES, tiene la frente apoyada en un visor por donde ve por dentro a la paciente. La resolución de la imagen es tan alta que cualquiera que se asome sentirá que está dentro de ese cuerpo ajeno. Con sus dos índices y pulgares insertados en un mando articulado el cirujano maneja las herramientas saltando de un brazo metálico a otro gracias a seis pedales que pulsa descalzo y con los que controla cámara, coagulación, energía, un brazo más y otros parámetros. Sin siquiera tocar a la paciente, que tiene un problema en un riñón, en apenas cuatro horas la ha operado sentado desde la postura más cómoda. En Extremadura, la robótica aplicada a la medicina ya no es el futuro, es el presente.

Llegó hace año y medio al HUB y médicos y enfermeros coinciden en que ha sido un punto de inflexión en sus carreras

El 11 de enero de 2023 hubo un antes y un después en el Servicio Extremeño de Salud (SES). El robot Da Vinci, que se terminó de desarrollar en Estados Unidos en el año 2000, llegó al Hospital Universitario de Badajoz. Todos los médicos y enfermeros de cirugía consultados coinciden en que esto ha sido un paso adelante en sus carreras. Son conscientes de que la robótica aplicada a la medicina no hará más que avanzar. De manera general, sirve para facilitar la cirugía compleja invadiendo mínimamente el cuerpo del paciente, lo que mejora ostensiblemente su recuperación, lo que al final reduce costes en hospitalización y tratamientos postoperatorio, apunta el doctor Abengozar.

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Los urólogos Ángel Abengozar y Juan Alonso Cabo, del Universitario de Badajoz. Casimiro Moreno

En el SES, 18 meses después de su llegada, se reparten el robot Da Vinci para operar pacientes. Lo usan los departamentos de cirugía torácica, ginecológica, esofagogástrica, proctología y hepatobilial un día cada especialidad. En el caso de Urología aprovechan el Da Vinci dos días a la semana.

Solo en este departamento, desde enero del año pasado han realizado ya 63 operaciones de cáncer de próstata (prostatectomías), una carrerilla suficiente como para empezar a abordar otro tipo de intervenciones. Esta semana, por ejemplo, se acometió con la asistencia del robot por primera vez una cirugía reconstructiva de un riñón, técnicamente conocida como pieloplastia. Se trataba de darle solución a una mujer joven que tenía una malformación de nacimiento en el riñón para que este no se deteriorara.

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Supera a la laparoscopia

El robot Da Vinci costó más de dos millones y medio de euros, requiere pagar un mantenimiento periódico y hubo además que adaptar en la tercera planta un quirófano para albergar sus tres componentes principales: consola ergonómica para el cirujano, carro con los brazos que entran en contacto con el enfermo y torre de visión–. Después hubo que impartir una formación específica y las primeras operaciones fueron asistidas de forma presencial.

No es necesario usarlo para todas las operaciones por su alto coste y también porque no siempre está disponible puesto que se requiere en todas las especialidades citadas, de ahí los turnos, pero lo cierto es que cada vez es más versátil por la pericia que van adquiriendo los cirujanos, deseosos de aprovechar todas sus posibilidades. Si hubiera dos Da Vinci, se usarían ambos a diario, coinciden los doctores Cabo y Abengozar, que estudiaron Medicina en la UEx y se especializaron en la región.

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«El robot supera a la cirugía tradicional abierta y a la cirugía laparoscópica porque nos permite intervenciones con mayor complejidad, tanto por el acceso, como por los instrumentos. Nos aporta seguridad, mejor visión, más movimiento y más precisión. Nosotros hemos empezado por las intervenciones de cáncer de próstata, pero vamos a ir ampliando cada vez a más intervenciones más complejas. Hoy vamos a hacer por primera vez una reconstrucción de una dilatación de la pelvis renal (pieloplastia); pero más adelante la idea es abordar cistectomías radicales por tumores vesicales, esto es, quitar la vejiga; y nefrectomías parciales, que consiste en quitar solamente el tumor y no el riñón entero. Iremos poco a poco, pero cada vez haremos más cosas», explicaba este jueves antes de entrar en quirófano el doctor Abengozar, que además de urólogo es jefe de robótica.

Desde 2017 en la región

Hay que saber que la cirugía robótica ya tiene en la región siete años de recorrido. En Extremadura el Da Vinci se probó por primera vez en 2017 en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres, donde también han probado otro robot que ayuda a operar, aunque menos sofisticado, denominado Versius. En el sistema público, el Hospital Universitario de Cáceres (HUC) realizó a principios de abril su primera intervención quirúrgica con el sistema robótico llamado Hugo, que costó 1,7 millones y fue comprado por la Diputación de Cáceres.

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La primera pieloplastia que ya ha realizado el SES con el Da Vinci, la cual tuvo lugar el jueves pasado en Badajoz, no es más compleja que las operaciones de cáncer de próstata, que como se sabe es el más frecuente con diferencia entre varones, pero curable si se detecta a tiempo. La experiencia adquirida en apenas año y medio con la nueva herramienta ya ha conseguido que ahora mismo en la región todas las prostatectomías las haga ya el robot. «Empezamos por el veinte por ciento, luego el cincuenta por ciento y en la actualidad el cien por cien», indica el doctor Cabo, jefe de Sección de urología del Hospital universitario de Badajoz.

Tras las operaciones a cuerpo abierto la laparoscopia se reveló como el siguiente paso con el fin de invadir mínimamente el cuerpo del paciente. Esta es un tipo de cirugía –también se aplica en el diagnóstico– que permite al cirujano observar mediante una minicámara el interior del cuerpo sin realizar una incisión grande. Ahora la robótica ha abierto una nueva era. «En Estados Unidos se hace hoy día más cirugía por robot que por laparoscopia», ilustra el doctor Juan Alonso Cabo, quien recalca que la máquina no es autónoma y necesita de la intervención de un humano que opere y tome las decisiones.

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El doctor Cabo operando en la consola desde una esquina del quirófano. Casimiro Moreno

Tanto él como su compañero Abengozar saben que existe debate sobre la evolución en esta combinación de medicina, informática e ingeniería, pero de momento son tan diferentes –dicen– los cuerpos de los pacientes, así como sus órganos en disposición, estado y tamaño, que pensar en que un robot pueda operar en solitario es hoy una quimera. «La Inteligencia Artificial aportará, pero siempre hay cosas que no se pueden hacer. A día de hoy hay operaciones inabordables con robot, en el futuro ya veremos. Pero seguramente serán con otro tipo de robots», señala.

De momento, en la operación a la que asistió HOY la semana pasada el protagonista era el robot Da Vinci, pero este se puso a trabajar gracias a una anestesista, dos urólogos, tres enfermeras, un auxiliar y un celador.

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Operaciones evaluadas a distancia y siempre un plan B

La robótica en Medicina ha venido para quedarse. Solo con el robot Da Vinci, desarrollado en Estados Unidos a principios de siglo por la empresa Intuitive Surgical se habrán realizado ya quince millones de cirugías a nivel mundial cuando acabe este 2024. Existen unos 9.000 robots Da Vinci repartidos por el mundo y en España, donde se estrenó en 2005, ya hay unos 80 instalados en algunos de los más de 300 hospitales públicos del país. En centros privados hay unos 50. Ahora mismo el SES usa la versión más actualizada, la Xi, que hace incisiones de 8 mm, si bien la siguiente en la que ya se trabaja , la SP, reduce a 2,5 mm los orificios en el paciente. No hay que olvidar que un robot Da Vinci cuesta entre 1,5 y 2,5 millones de euros, y además el hospital debe pagar un mínimo de 140.000 euros anuales de mantenimiento. El cirujano trabaja 'on line' y su operación puede ser evaluada y comparada con otras similares. Además, siempre hay un ingeniero a distancia disponible por si fallara algo. Igualmente, el instrumental clásico también se dispone junto a la mesa de operaciones por su fallara todo.

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